Capitulo 25

“Ahora que él no puede tenerla, piensa que no puede vivir sin ella.

Algunas personas son graciosas.”

Alfie.

Apenas pude correr a velocidad vampírica lo hice sin mirar atrás, tan solo una mirada bastaría para que me quedara junto a el y no me lo permitiría, no podía ser tan débil. Corrí hasta llegar al bosque, ya adentrada en el escuche el típico silbido de Sebastian y sin perder mas tiempo lo encontré, ya estaba con los demás. la muchacha que habían capturado estaba inconciente en los brazos de uno de los cazadores. Era tan pequeña y delgada que parecía que podía romperse en cual quier momento. Su cabellara rubia, casi blanca no dejaba que viera su rostro inconciente pero eso por el momento no me importo. Mire a Sebastian y me abalancé a el, no para atacarlo sino para que me abrasara fuerte y no me dejara ir. El me abraso con fuerza como si hubiera entendido lo que me estaba pasando.

- tranquila- dijo el en un susurro mientras me acariciaba el cabello. Como podía pedirme que me tranquilizara si acaba de ver a Alec?

Todo los sentimientos que había pensado ya olvidados regresaron tan rápido que sentí que jamás se habían ido. La herida estaba de nuevo abierta, lo extrañaba tanto, que en ese instante desee no haberme acercado a Sebastian. Sabia que no podría escapar y muy dentro de mi entendía que no podía hacerlo, Alec creía que yo estaba muerta y seria mejor que me quedara así, después de todo ahora yo tenia otra vida y el al parecer había seguido con la suya. Trate de tranquilizarme y observe el rostro de Sebastian y por un instante totalmente extraña me sentí segura en sus brazos, tan cerca de el.

- Lo sabias?- le pregunte en un susurro que sonó muy frío y distante, observe sus ojos para ver si me mentía pero el solo negó con la cabeza. Lo abrase mucho mas, el no me había traicionado, el nunca lo haría.

- Me di cuenta cuando ataque a esa rubia que se hace llamar Jane. Quise regresar con tigo para sacarte de allí pero sabia que si querías ser parte de nosotros tenias que pasar la prueba.

- Y lo has hecho.- pensó Vladimir pero estaba tan molesta con el por haberme traicionado de esa manera que no le respondí.

[…]

Alec se quedo paralizado al escuchar a esa muchacha decir su nombre con tanta naturalidad y luego huir de esa forma tan sutil y extraña. Observo la mano que acaba de tocarla y se sintió extraño. Hace mucho que no se había sentido así, solo había una chica que le hizo sentir así y esa fue Effy pero ella ya hace mucho que se había ido. Alec recordó una vez mas a esa extraña chica, era tan diferente a Effy, mas segura de si y no es que Effy fuera insegura pero esta chica no era recatada, a ella no le importaba lo que pensaran los demás, tenia la voz perfecta, típica a la de un vampiro y muy distinta a la de Effy. Sus ojos tenían un brillo especial y único que nunca había visto Alec y esa sutileza al caminar que hacia parecer que flotara en vez de caminar.

- Alec, tienes que venir a ver esto- le dijo rápidamente Félix e hizo que Alec despertara de ese pequeño transe en el que se había sometido por recordar a esa chica en medio de la fiesta.

- Que pasa?- pregunto rápidamente Alec algo malhumorado por que Félix le estaba tocando el brazo.

- Es Demetri- dijo el

Alec supo en ese instante que algo había salido mal en su misión pero que importaba? Ya nada importaba nada después de que Effy murió, esa era la razón por que Alec todos estos años había tratado de morir. Primero se había convertido en lo que los Vulturis odian mas, un vegetariano. Luego comenzó a fallar las misiones y todo iba según su plan, si fallaban esta misión aun que fuera sin la intención de Alec los Vulturis ya estarían tan artos que terminarían matándolo y al fin el sufrimiento terminaría para siempre.- “estaré pronto con tigo, te lo prometí el día de tu funeral”- pensó Alec mientras caminaba hacia Demetri con paso decidido.

En ese instante se centro solo en la misión que le habían dado los vulturis, recordó como Felix se había besado con esa chica de cabellera roja, amiga de la muchacha con la que el había bailado. “Algo estaba mal” pensó mientras casi corría por el gran salón. Salio con rapidez a las afueras de la mansión, donde estaba la pileta y con asombro vio a Demetri apoyado en ella, como si estuviera cansado o mejor dicho herido.

- que a pasado?- le pregunto Alec y Demetri levanto la vista. Tenia el brazo derecho sujetado con mucha fuerza con la mano izquierda, era como si se la hubiera tratado de arrancar.

- No lo se, de pronto me he sentido tan mal que..- se le resquebrajo la voz- que he querido suicidarme- dijo débilmente.

- Jane- dijo Alec paralizado.- Ah sido una trampa, Jane esta en peligro- dijo y sin ni siquiera prestar atención a Félix y Demetri salio disparado hasta la planta alta.

Llego en pocos segundos, busco el olor de Jane y entro rápidamente al cuarto 320 que estaba aun con la puerta abierta. Entro desesperado, ya había perdido a una persona muy importante, no quería perder a la única que le quedaba y aun que el estaba decidido a morir no permitiría que Jane también se fuera con sus imprudencias. Para su alivio encontró a Jane intacta pero recostada en el piso en forma fetal.

- que pasa Jane? Que pasa?- le pregunto Alec mientras se arrodillaba y veía a su hermana.

- Se llevaron a la chica- dijo débilmente ella.- fue una emboscada, no tuve tiempo…- trato de pararse pero al parecer algo la detuvo de golpe- hay..- era la primera vez que Alec le oía quejarse de dolor tan abiertamente. Vio como Jane ponía la mano en uno de sus costados y al destaparla vio un corte profundo en su estomago que se curaba con lentitud

- Te han herido- dijo el con asombro jamás había visto una herida tan extraña en un vampiro.

- No se con que, pero duele horrible- dijo ella malhumorada y Alec trato de ayudarla a pararse, su hermana estaba tan débil ahora, como una simple humana. Tan solo pensarlo Alec se estremeció, todo eso había sido por su culpa, sino se hubiera quedado entretenido con esa muchacha nada de esto hubiera pasado.

[…]

Había pasado una semana y aun no estaba preparada para salir de mi habitación, me daba igual si mi compañera de cuarto, la detestable de Kris estuviera refunfuñando siempre para que saliera o si no me había movida de mi cama ni un solo día desde que regrese, o que Leo estuviera tan preocupado que solo paraba en mi cuarto o que por alguna extraña razón solo podía pensar en el baile que tuve con Alec y en los fuertes brazos de Sebastian sosteniéndome para que no escapara, para que me quedara con el. Me daba igual, todo me daba igual ahora que los sentimientos habían vuelto a renacer y otros nuevos habían aparecido para malograrme la vida.

- trajiste lo que te pedí?- pregunte al instante que Sebastian entro a mi habitación. Yo estaba hecha un ovillo al fondo de mi cama. Leo sentado a mi costado vio con molestia a Sebastian y este le hizo el mismo gesto- a ya paren los dos!- grite sin mucha paciencia y observe a Sebastian esperanzada. El saco de su chaqueta negra y sucia por que recién había ido de caza una cajetilla de cigarrillos. Me la lanzo y como un gato agarrando su presa la tome con rapidez.- eres lo máximo lo sabias- dije mientras me recostaba y sin perder el tiempo prendía mi cigarro con la vela.

- Sabes que eso no te hará nada verdad?- pregunto Sebastian

- Y que?- pregunte- esto es lo único que me calma cuando estoy en este estado.- dije y Leo me tomo la mano libre con mucho cariño mientras le daba mi primera pitada al cigarrillo después de mucho. Sentí como el humo llego a mis pulmones y por alguna extraña razón me sentí algo mas aliviada.- esto es lo que necesitaba- dije con una semi sonrisa.

- Espero que los cigarrillos te pongan de mejor humor- bromeo Leo y yo le sonreí

- Yo también espero eso, estoy hecha mierda y detesto estar así- dije con tanta molestia y asco de mi misma que ni me reconocí.

- Parece que hoy despertara tu protegida, deberías de alistarte- dijo con cariño Leo. Asentí con la cabeza.- estaré también allí, apoyándote, lo prometo- dijo el y yo asentí, lo quería tanto, era como un hermano menor que siempre estaría para apoyarme, pasara lo que pasara. Me recordaba a Alex, paciente y atento siempre con migo.

- Y hoy es el ultimo día que puedes convertirte en cazadora como yo- dijo con malicia la estúpida de Kris mientras entraba a la habitación

- Kris!- dijo sorprendido Sebastian- ya…ya te convertiste?- pregunto

- Si y es una lastima que no estuvieras allí, me hubiera encantado que tu me pusieras la marca- dijo con picardía y vi como Sebastian sonreía de esa misma manera

- Puaj!-dije con repugnancia- si quieren hacer sus cochinadas busquense un motel!- dije casi furiosa y me pare de la cama de un salto. Como una total ebria y loca tome de un solo trago toda la sangre que estaba en la botella, fume una ultima pitada de mi cigarrillo y lance la colilla del cigarro a la cama de Kris.- ojala que te quemes- dije con todo el odio que pude y salí de allí rápidamente.

- Effy!- grito Sebastian detrás mío y yo comencé a correr aun mas rapido.

Sabia que Leo me conocía tan bien que no pretendería venir, el me conocía y sabia que yo quería estar sola por que estaba dolida y confundida pero Sebastian no era así, el si que vendría y me complicaría la vida como siempre. Llegue al bosque y comencé a correr hasta donde me lo permitiría el campo de fuerza. Llovía fuertemente pero eso no me inmuto, seguí corriendo. Quería estar sola, entender todos los sentimientos encontrados que tenia en este momento y no podía comprender con claridad.

- Effy, espera!- grito Sebastian y me lanzo contra un árbol, mi espalda choco con violencia pero no me dolió. Sebastian me acorralo con sus fuertes brazos e hizo presión con su cuerpo sobre el mío para que no pudiera escapar.

- Que quieres?!- le pregunte mientras forcejeaba para quitármelo de enzima.

- Que pasa?- pregunto el con mas calma.

- Sabes lo que pasa!- le grite con mucha rabia mientras la lluvia nos dejaba empapados.- no se lo que siento, no lo se!- le grite y observe en sus ojos un atisbo de luz, de esperanza, no entendía lo que significaba pero esa fue la gota que colmo el baso.

Todo este tiempo había pensado que a Sebastian solo lo miraba como un hermano, como un mejor amigo pero no era así, con el me resultaba extraño expresarme y hablar sobre Alec, me sentía rara y evitaba el tema para verlo siempre feliz. Ahora entendía que no odiaba del todo a Kris por que no me dejo saber que le pasaba a Alec sino era por que ella estaba interesada en Sebastian y el también. Lo observe a los ojos por un largo instante, sentí como la adrenalina subía a mil por mi cuerpo, no lo amaba eso estaba claro pero lo deseaba, oh cuanto lo deseaba.

Sin pensarlo dos veces empuje a Sebastian con todas mis fuerzas y el callo al suelo pero en vez de que me alejara me lancé sobre el, mis piernas atraparon sus brazos con mucha fuerza, mis manos chocaron con la tierra húmeda que estaba a los costados de su rostro, me acerque a su cara y sentí su fuerte aroma a Catnip. Era imposible resistirse al deseo que sentía por el, era realmente difícil parar y no acortar el especio que nos separaba, me miro confundido pero no le di tiempo para actuar, acorte el poco espacio que teníamos y lo bese. Lo bese como nunca había besado a alguien, con mucha fuerza, con sed de mas. Se que había besado antes a muchos, hasta a Alec, pero nada se comparaba a besar a otro vampiro cuando tu ya estabas convertida en uno. No me frene y el tampoco lo hizo. Deslizo sus manos por mi cintura ahora que yo ya estaba mas relajada, mis brazos se entrelazaron en su cuello y de vez en cuando jalaban un poco su cabello rubio que ahora estaba embarrado pero no importo. Rodamos por el suelo y el ahora estaba justo encima mío.

- por que?- pregunto después de un rato en el que solo podía besarlo para saciar mis ansias de estar con el o talvez de tener de nuevo a alguien junto a mi para que ocupara el lugar de Alec.

- No lo se…- dije aun que sabia muy bien la respuesta pero dudaba que le gustara. El suspiro y se sentó con cuidado haciéndome a un lado con cariño. Me acaricio el rostro y me sonrío débilmente.

- Sabes que estaré aquí siempre…cuando estés preparada ven a mi si?- al decirlo entendí que se había dado cuenta que solo lo bese por necesidad , era cierto solo lo había hecho por que estaba desesperada por olvidar a Alec pero el amor seguía aquí tan presente como el ultimo día que lo bese.

- Estoy lista, ya lo olvide…- al decirlo ni yo me creí esas palabras pero al parecer Sebastian si se las creyó, acerco mi rostro al suyo y me dio un beso en los labios.

Caminamos en silencio hasta el cuarto de los cazadores, aquel lugar que había sido antiguamente un invernadero de vidrio y ahora era la sede de todo y donde en unos instantes completarían mi iniciación como cazadora.

- Duele?- le pregunte mientras subíamos las gradas agarrados de las manos. Era de noche, todo estaba oscuro para que los humanos no sospecharan pero a nosotros la oscuridad no nos incomodaba solo nos daba mas intimidad.

- La marca?- pregunto el y yo asentí con la cabeza.

Nunca le había visto la marca a nadie, solo sabia que se hacia con fuego vivo, como a las vacas cuando se les marca pero multiplicado por mil para que nos hiciera efecto. Era la marca que tenían solo los cazadores, Sebastian la tenia desde hace mucho en la espalda pero yo me había enterado de que la tenia hace unos cuantos meses y no me había dejado verla, era “sorpresa”.

- No duele mucho, no te preocupes- dijo el y me dio un besito en la frente. Ahora que había pasado el momento de locura entre nosotros dos, me sentía algo extraña a su lado, había cometido un gran error y el no lo estaba percibiendo.

Llegamos a la gran estancia, solo había una vela prendida y estaba enzima de ese extraño y antiguo libro que estaba sostenido por una mesita muy delgada. Atrás de ella, con una mirada algo lúgubre estaba Melrose que apenas me vio sonrío débilmente, a los costados de ella estaban los hermanos da Vinci muy serios como siempre. Todos vestían sin excepción unas capas azuladas y en ese instante sentí que Sebastian y yo estábamos fuera de lugar, totalmente mojados y llenos de lodo. Solté rápidamente su mano y me sentí avergonzada por que estaba segura que ya todos estaban al corriendo de mis besos furtivos con Sebastian y de mis verdaderos sentimientos por Alec

- es momento mi joven Effy- dijo Melrose y yo me acerqué con cuidado. Al parecer el saber que aun amaba a Alec no les importo ni un poco.

- Quieres que se quede tu novio- pregunto en un tono burlón Vladimir dentro de mi cabeza.

- Si- dije de igual manera y nadie le dio la orden de que se retirara.

- Generalmente te contaríamos toda la historia de nuestro aquelarre, pero ya que tu tienes el don de ver el pasado y el futuro de las cosas quisiéramos que lo vieras por ti misma- dijo Melrose e hizo un ademán con las manos para que tocara el gran libro forrado en cuero antiguo. Me acerque a el con paso vacilante y por fin vi el escudo de este hecho de oro puro. Círculos entrelazados entre si o mejor dicho serpientes, una gran serpiente en forma circular las rodeaba a todas. Me quede paralizada al darme cuenta que era el mismo escudo que aparecían en la mansión Vanahim, era la marca de los asesinos.

- Los asesinos somos nosotros- dije alejándome un poco y casi trastabillando.

- Wauuu te has dado cuenta aun si tocar el libro- dijo Evangeline con una mirada maliciosa y una retorcida sonrisa, como si hubiera estado esperando ese momento por años. Sebastian apareció al instante detrás de mi y con fuerza agarro mi mano e hizo que tocara el libro.

......

Un hombre viejo le entrego el libro de los secretos a Vladimir cuando este aun era tan joven que seguía siendo humano, el hombre beso a los 3 hermanos da Vinci con tanto amor que descubrí que era su padre, Leonardo da Vinci se estaba despidiendo de ellos. Detrás los hermanos se encontraba Melrose, tenia los ojos rojos pero muy claros y el cabello rubio casi castaño.

- gracias Leonardo, prometo cuidarlos bien- dijo Melrose y le dio un beso en la mejilla al hombre.

- El libro tiene todos los secretos que quieran saber, solo cuídenlo con su vida y cuando estén listos utilícenlo sabiamente- dijo el hombre.

- Lo haremos padre- hablo Vladimir.

…..

- la sangre de un hijo de la luna te convierte en un ser superior- hablo Melrose a un joven cazador, talvez el primero de su clase- quiero que te encargues de buscar todas las tribus de hijos de la luna, no los maten solo tráiganlos inconcientes, los estúpidos siervos harán todo lo demás.

- si ama.- hablo el hombre con respeto y salio de allí.

….

Sebastian acaba de acender a cazador y gracias a eso podía matar a su primera victima, le trajeron a una niña hija de la luna que se retorcía en los brazos de otros dos cazadores.

- por favor, por favor- dijo la muchachita que apenas tenia algo de 14 años y lloraba llena de temor

- bebe- le dijo Melrose.

Sebastian sonrío con mucha malicia, agarro el cuello de la niña y le quito la vida lentamente mientras succionaba su sangre. No la mato para que no sufriera, no, el quería sentir que ella aun se retorcía, quería sentir su miedo.

En ese instante sentí un extraño dolor en la nuca y supe que ya vendrían las visiones del futuro. Solo logre ver sangre, mucha sangre, todo Pripiat ardiendo en llamas y una batalla campal que se libraba justo en esta habitación. Logre ver a Sebastian, Alec y hasta Teo. Ya no pude con la visión, ya no quería ver tanto odio y desgracia. Me aleje bruscamente y sentí que Sebastian aun me seguía sosteniendo.

- suéltame!- le grite y con todas mis fuerzas hice que se alejara de mi- como pudieron!, como pudieron! Son todos unos monstruos!- grite y salí corriendo de allí

- Effy!- dijo Sebastian

- Déjala- grito Melrose- regresara, solo dale tiempo para que lo asimile.

Corrí por la ciudad hasta llegar a las habitaciones de los nuevo, donde se supone que estaría la muchacha nueva y también Leo, el único con el que podía hablar ahora, el único con quien me sentiría segura en un lugar tan horrible. Llegue cansada hasta la habitación, sin tocar la puerta la abrí y descubrí que Leo estaba a punto de salir. Lo abrase con mucha fuerza y trate de contener todo el miedo que tenia.

- Ya te convertiste?- pregunto sin saber todo lo que acababa de descubrir.

- No, tengo que hablar con tigo, ahora- dije y trate de llevarlo a fuera

- Tendrá que esperar, Luang a despertado y esta muy asustada- dijo el. trague ponzoña y entre a la habitación.

- Quédate aquí- dije antes de serrar la puerta

- Lo haré, no te preocupes- dijo el y se quedo apoyado en la pared

Al entrar observe a la joven abrasando sus rodillas y viéndome con tanto miedo en los ojos que me dio lastima. Era tan pequeña que parecía de tan solo 15 o 16.

- Effy!- dijo y me sonrío ligeramente a lo que yo me quede paralizada, no solo por que dijo mi nombre sino también por el tatuaje que llevaba en uno de los ojos. Pero que le habían hecho a esta pobre chica?

- De donde me conoces?- fue lo único que me atreví a preguntar pero luego me sentí una estúpida al darme cuenta que Leo ha estas alturas ya le habría contado de mi.

- Faris me ha mandado, esta vivo, he venido a pagar su deuda- dijo con rapidez y yo me quede paralizada. Sin pensar otra cosa le tape la boca.

- Nos escuchan- dije en un susurro aun que estaba segura que Vladimir se había dado cuenta de todo ya y en estos momentos estaría mandando a alguien para que nos separara.

En ese instante un dolor punzante en la cabeza me tomo desprevenida y como si fuera algo que hubiera olvidado recordé aquella noche que Michael me ayudaba a salvar a Faris.

- Michael- dije en un susurro y la chica aun con mi mano en su boca asintió y se safo.

- Estas segura a mi lado, tengo un campo de fuerza, nadie nos escuchara, pero tienes que venir, es urgente que salgamos de aquí- dijo ella.

- No entiendo, no entiendo nada, quien eres tu….

- Te lo explicare todo en el camino, no hay tiempo, tenemos que salir ya!- dijo ella y yo negué con la cabeza desconfiada. Ella bufo llena de molestia- Teo dijo que eras muy desconfiada, ya lo veo con claridad.

- Teo? el esta con ustedes?- pregunte

- Si!!- dijo ella con entusiasmo como una niña pequeña

- Alec?- pregunte y ella frunció el seño

- No, el no.- se toco el tobillo que aun seguía con sus calcetines y de dentro de el saco una cadenita de oro amarrada a su tobillo llena de lunitas colgantes.- ten, esto te dirá todo lo que quieras. - La tome entre las manos y rápidamente vinieron los recuerdos.

- estas a punto de convertirte y prefieres ir a salvarla?- pregunto notablemente malhumorado Faris mientras abrasaba con mucho cariño a Luang, la muchacha ya no parecía de unos 15 o 16 sino mucho mayor.

- amor- dijo con total paciencia y cariño mientras le acariciaba el rostro- es una deuda que tengo que saldar, ella te salvo la vida, yo salvare la suya. Además es mi destino, lo has visto en tus predicciones, has visto el futuro y sabes que solo así todo será mejor.

- Es uno de los tantos futuros que he visto, en todos ellos sales perdiendo.

- No perderé en ninguno por que te seguiré teniendo a ti. Solo déjame salvarla.

- Creo que ya viste suficiente para creerme no?- pregunto Luang mientras me sacaba la cadenita de las manos.

- Si, iré con tigo- dije totalmente decidida, cual quier lugar era mejor que ese prisión, ahora que sabia la verdad nada me haría desistir.- pero como saldremos de aquí?

- Tengo el don de romper todo don- dijo ella - y créeme soy experta en eso- dijo con una sonrisa, la primera que veía en su rostro llena de seguridad.

Salimos corriendo de la habitación y vi a Leo, aun esperando por mi.

- déjame llevarlo, es confiable.- dije, Luang lo vio por un instante y asintió.

- El estaba siempre dentro del paquete- dijo refiriéndose a las visiones de Faris.

Corrimos por el bosque, aun nadie se había dado cuenta de lo que pasaba. Leo trataba de preguntar pero con una mirada supo lo que pasaba por lo menos parte de. Entendía que Luang estaba a punto de sacarnos de aquí y eso es lo único que le hacia correr aun con mas deprisa.

“Pronto, pronto estaré a tu lado Alec”- pensé mientras Luang nos tomaba de las manos y cortaba el campo de fuerza con el cuerpo como si fuera una cuchilla muy filosa.

- Ahora estoy segura que su líder se dio cuenta- dijo Luang algo preocupada.

- No importa, pónganse esto- dijo Leo y nos lanzó unos pomitos de Catnip que nos pusimos al instante por todo el cuerpo.

Corrimos como nunca por el bosque hasta llegar a Chernobil pero aun así no nos detuvimos. Nos subimos a un camión de fruta y nos escondimos en este. Aun nos faltaba un largo camino que recorrer hasta llegar a Italia pero valdría la pena si el premio era volver a ver a Alec.

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Chicas paciencia, es lo único que les puedo decir a las que no les esta gustando mucho la historia. Espero que comprendan que mis historias siempre son impredecibles, no siempre pasa lo que ustedes quieren y es gracias a eso que muchas me han dicho que tiene ese toque que les agrada y la vuelve diferente. No quiero que mi historia siga siempre el prototipo: La chica se queda con Alec y siempre, siempre tienen que estar juntos y tener una vida feliz y perfecta. En mi historia además de Alec hay otros protagonistas que quiero que sean tan reales que puedan cometer errores. Alec no es perfecto y creo que con este capitulo lo he demostrado, los ojos dorados son muestra de que el a tirado la toalla y solo quiere morir para dejar de pensar en Effy. Por su lado esta Effy mas confundida que nunca y dejandose llevar por un deseo carnal.

Espero que el cap les haya agradado, por lo menos a la mayoría.

Las quiero,

Lu!!!

Gaby! Siento el retraso pero tu historia ya esta recomendada en los blogs recomendados jeje. Decirte personalmente que tu historia me encanta, es original y en fin…genial!!! Gracias por el premio, pronto lo publicare =D y espero que sigan escribiendo hacen en verdad un gran equipo.