miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capitulo 1




La autopista bordeaba las montañas boscosas que daban a profundos acantilados hasta llegar al mar. Observé pegada a la ventanilla del auto como a unos 100 metros o quizás más nos separaban de la zona rocosa y de las olas amenazantes que chocaban con fuerza. Miré a mi izquierda y el bosque y el mar aterrador desaparecieron al ver las perfectas facciones de Will. Esa cabellera que caía en rizos dorados, sus ojos con tonalidades azules, su piel tostada, el lunar al inicio de su mandíbula, su nariz perfilada y esos labios ni finos ni carnosos solo deseables. Mirarlo era un deleite personal, ver los músculos de sus brazos tensarse con gracilidad al hacer giros con el volante del auto, observar como su pecho se movía con cada respiración...

Will sonrió ligeramente, demostrando que aun que tenia la vista en la autopista sabia que yo lo miraba. No era una sonrisa maliciosa sino de felicidad. Mi piel se torno ligeramente rosa mientras sonreía tontamente. Will giro ligeramente y me guiño un ojo, fue suficiente para entender que  me deseaba tanto como yo a él.  

-      ¡Búsquense un hotel! – Gritó Carrie desde atrás y se interpuso entre nosotros. Su melena castaña cayó como una cascada, separandonos. Me miró con sus ojos verdosos brillantes mientras me sonreía con malicia y prendía la radio a todo volumen.

Mi rostro se puso de un color carmesí mientras oía a la entrometida de su amiga Ana reír detrás de mi. Carrie te voy a matar pensé mientras la fulminaba con la mirada. Mi hermana pareció no darse cuenta de mi molestia, sonrió ampliamente, esa sonrisa maliciosa que la caracterizaba y la hacia tan diferente a mi a pesar de ser mi gemela. Comenzó a cantar junto a Ana como si nada hubiera pasado. Resople furiosa y mire al frente mientras sentía que mi cara regresaba a su color habitual. Segundos después sentí la mano de Will sobre mi rodilla izquierda y mi estomago se tenso al instante, observé su mano y luego ligeramente subí la mirada hasta su rostro. Sus ojos me observaron con amor.

-   Hey, será cuando estés lista.- habló en un susurro mientras observaba mis ojos y me sonreía tímidamente. Puse mi mano sobre la suya sin temor o vergüenza y la ajuste a modo de agradecimiento. No dejaría que mi hermana malograra este fin de semana con sus comentarios sobre  sexo.

-      ¡Will cuidado! – chilló Carrie y todo fue repentinamente rápido.

No fue culpa de Will, el jamás hubiera sabido que venia una curva cerrada sino hubiera sido porque me estaba tranquilizando como a una niña pequeña. Fue mi culpa. Will giro el volante con violencia mientras Ana y Carrie gritaban con desesperación. El movimiento brusco combinado con la velocidad del auto solo hizo que este perdiera el control. Comenzamos a dar vueltas de campana mientras nos golpeábamos brutalmente. Todo pasaba tan rápido que solo podía atinar a gritar llena de horror al ver que un cuerpo salía volando por la luna delantera. Carrie estaba sin cinturón pensé por solo un segundo hasta sentir la caída vertiginosa por el acantilado. Sentí un dolor profundo en todo el cuerpo al momento de chocar contra las rocas, mi cabeza choco brutalmente contra el tablero y eso me dejo por unos segundos mareada mientras mi vista se tornaba roja. Por Dios, es sangre. Cerré los ojos presa del dolor y el miedo, y me obligué a abrirlos al sentir el primer choque brutal de una ola contra el auto. Trate de salir desesperada mientras sentía como el agua helada se colaba por las ventanas rotas, pero mis piernas estaban fuertemente aprisionadas.
-      ¡Will! – grite.
Por primera vez después de todo el aturdimiento inicial caí en la cuenta de que no estaba sola. Gire la cabeza a pesar del dolor que esto me producía y busque a mi hermana, a Will y a Ana con desesperación. Carrie no estaba, Ana estaba desparramada en la parte trasera del auto, en una posición poco humana como estar aun con vida y Will… Oh mi Will. La cabeza la tenia apoyada contra el volante del auto, tenia el rostro irreconocible por la sangre y los vidrios.
-      ¡Will! – volví a gritar pero no recibí respuesta.

La siguiente ola choco con más fuerza haciendo que el agua cubriera todo el auto. Aun que trate de aguantar las respiración el agua fue más rápida que yo, entro por mi boca y nariz haciendo que comenzara ahogarme. La sensación de ardor en los pulmones por el agua salada era indescriptiblemente dolorosa. No se cuento tiempo dure, para mi fue un tiempo interminable en el que solo pensaba en que esto era todo, me estaba muriendo y no quería hacerlo así. Deje de moverme a  pesar del miedo que sentía y trague un poco más de agua. Esto es todo pensé al sucumbir ante la oscuridad cuando sentí una mano tirar fuertemente de la mía. ¿Will? Quise abrir los ojos para regresar con el pero ya era demasiado tarde, la oscuridad ya me había acorralado y termino engulléndome por completo.

Desperté tomando una gran bocanada de aire aun que extrañamente no significo alivio alguna, aun seguía sintiendo un vacío infinito en mi pecho como si el aire jamás hubiera logrado entrar. Quise abrir los ojos pero simplemente no pude o tal vez todo estaba completamente oscuro y daba igual. Sentía mi cuerpo tan pesada que no podía moverlo, era como si estuviera debajo de algo que me aprisionaba por todos lados. Comencé a desesperarme, respirando agitadamente una y otra vez pero seguía sin sentir el aire dentro de mis pulmones así que me dije a mi misma que lo que hacia era en vano y no volví a hacerlo más, a mi cuerpo no pareció molestarle mi decisión. Me quede en silencio para escuchar algo fuera o dentro de mi pero no escuche nada. Mi corazón pensé asustada al no oírlo y fue en ese instante que recordé todo.

-      ¡Will! ¡Carrie!- trate de gritar pero de mi boca solo salió un ligero susurro sin aire. Me agite desesperada - ¡Will! ¡Carrie!- volví a decir con más fuerza, desesperada por escuchar sus voces nuevamente, por abrir los ojos y saber que estaban junto a mi.- ¡Will! ¡Carrie!- grite y la voz se me resquebrajo mientras sollozos sin lagrimas hacían que me frustrara más. ¿Estoy muerta? ¿así se siente morir?
-      ¿Recuerdas el accidente? – pregunto una voz ronca proveniente de un hombre. Y a pesar de lo grave que sonaba y lo distante que se escuchaba, parecía sorprendido.
-      Si.- dije temblorosa mientras sentía como se acercaba más y más a mi, hasta sentir el peso de su cuerpo al costado del mío - ¿Dónde estoy? ¿Dónde están? ¿Will esta bien? Carrie…- la voz se me apago al recordar como había salido disparada por la ventana. Un silencio sepulcral se apodero de la estancia en la que estaba y segundos después sentí que alguien me ponía una mano en el rostro, tenia dedos largos y una palma helada, tan fría que dolía.
-      Debra- susurro mi nombre y sentí una punzada dentro de mi. Debía de tener miedo, pero no lo hacia, solo sentía un profundo vacío. ¿Acaso así se sentía la muerte?- Will y Carrie ya no están aquí. – dijo con tranquilidad y sentí como si me dieran una puñalada en el estomago y al mismo tiempo me desgarraran por dentro con un cuchillo. Sabia a que se refería pero no quería creerle.
-      ¿Qué quieres decir con eso? – pregunte con miedo y trate de mover la cabeza para alejarme de él pero no podía, simplemente no podía moverme.
-      Ellos están muertos. – concluyó. Un gemido de dolor salió de mi garganta, como si de verdad me estuvieran matando poco a poco.- olvídate de ellos.- me susurro nuevamente y acaricio más mi mejilla. Esta vez sentí un odio profundo por esa mano que me pedía algo imposible y sin embargo, no quise replicar, no tenia fuerzas para ello. El hombre se alejo de mi. – Tienes una segunda oportunidad. Considérate afortunada.
-      ¿Qué?- pregunte aturdida. Yo quiero morirme.
-      Para que ese corazón vuelva a latir, un alma debes consumir.- recito.- un simple beso bastara y más fuerte te harás. – hubo un prolongado silencio. – Hasta que no consumas ese alma parecerás una muerta errante, no podrás comer ni beber y tampoco podrás hablar, hacerlo te demandara mucha energía.
-      Lo hago contigo.- replique.
-      Ni si quiera mueves los labios.- susurro el. – cuando puedas moverte ligeramente quiero que recites el nombre que esta en el anillo que esta en tu dedo anular, después de eso procura consumir lo que te dije rápido. No quiero que te maten. – Yo quiero morir pensé tan confundida y sin fuerzas que no fui capaz de contradecirle.

No se cuanto tiempo paso si horas, minutos o hasta días, no lo se. Solo se que poco a poco el dolor por perder a mi hermana y a Will comenzó a irse, a destilarse de mi cuerpo hasta que ya no sentí nada. Grite con todas las fuerzas que tenia, harta de esperar a que algo pasara y sucedió. Como si se hubiera roto un cascaron comencé a sentir nuevamente mis extremidades, poco a poco pude mover mis manos y también mis pies. Estoy despertando pensé mientras comenzaba a abrir los ojos. Se como es ver, he visto durante 17 años de mi vida pero esto era diferente, lo veía todo más claro como si estuviera en HD, podía sentir la textura de las paredes blancas con solo observarlas. Podía ver las marcas de la puerta de madera frente mío, cada astilla, cada marca eran registradas por mis ojos. Pestañe un par de veces y comencé a ver la habitación en la que había despertado. Paredes blancas, la puerta rustica de color caoba, una ventana con cortinas cremas que no me dejaban ver más que la nítida luz de una mañana de verano y un espejo, justo al costado de la cama. En el se reflejaba una joven que se parecía a mi pero no era yo, no podía serlo. Ahora soy ella me dije a mi misma al observarme sin poder creerlo aun. Mi cabello largo y en ondas de color castaño ahora era corto, hasta el ras de mi mejilla y de color negro azabache acompañado de un cerquillo hasta mis cejas. Mis labios eran de un rosa muy claro, mis ojos parecían de un gris humo y mi piel estaba tan pálida que parecía un fantasma. El contraste con mi cabello oscuro no ayudaba mucho, era tal que me descuadraba por completo. Comencé a observar mis manos y mis brazos, piel que ya no era mi piel y un vestido de ceda color negro que cubría mi cuerpo desnudo.

Era fácil distraerse con todos los detalles que mis ojos podían captar ahora pero las palabras de ese hombre me hicieron reaccionar en un segundo. Cuando puedas moverte ligeramente quiero que recites el nombre que esta en el anillo que esta en tu dedo anular. Instintivamente observe mis dedos y descubrí que había un anillo en mi mano izquierda. Era grueso con bordes plateados, la parte de adentro era negra y tenia figuras tipo enredaderas de color plata, en el centro había un ojo negro con halo plateado que me miraba, una hoja minúscula de plata lo cubría ligeramente, como si fuera parte de un parpado. Observe mi palma, buscando el nombre del anillo en la parte trasera y allí estaba: Adamis.

-      Adamis.- susurre con voz rasposa.

El anillo reacciono al nombre, fue como si cobrara vida apenas lo dije. Sentí un palpitar proveniente del anillo y un calor infernal me hizo gemir mientras un dolor punzante se apoderaba de mi dedo anular. Se esta fusionando me dije a mi misma mientras el dolor se extendía con más fuerza por todo mi cuerpo. Grite llena de dolor mientras arqueaba la espalda por las corrientes eléctricas que recorrían cada uno de mis nervios y me dejé caer a la cama sin fuerzas. Eres mía, escuché una voz femenina hablando dentro de mi cabeza. La vista se me nublo, me obligué a cerrar los ojos y sin querer inhalé con fuerza. Estoy respirando pensé sorprendida al darme cuenta que mis pulmones se hinchaban de aire, retuve el aire por unos segundos, deleitándome con la sensación de estar llena y luego lo deje ir. No volví a respirar más, fue un segundo que me hizo recordar como se sentía aquello que ya me parecía tan antiguo y casi olvidado.

-      Por fin despertaste, creí que jamás lo harías.- hablo una voz masculina que hizo que abriera los ojos y me sentara en un segundo.

En el umbral de la puerta, ahora abierta estaba un muchacho de cabellera azabache y piel clara. Vestía unos jeans oscuros y una camisa negra que dejaba ver parte de su pecho, tenia un tatuaje de cruz justo en el lado del corazón. Se acerco un poco más, como si mi expresión de estupefacción fuera un deleite para él. Dejo ver su cuerpo en forma y sobre todo ese rostro tan armonioso. Sus facciones se parecían a las de Will de una manera muy extraña. No podía explicarlo bien pero algo en él me recordaba a mi Will aun que no entendía porque. Su rostro era anguloso y tenia las facciones masculinas muy marcadas, su nariz era simplemente perfecta para ese rostro, al igual que esos labios ligeramente carnosos y sus ojos profundos, en el sentido que al verte podían llegar hasta tu alma. Había un halo plateado alrededor de sus iris oscuros. Me sonrió maliciosamente y recordé llena de vergüenza que tenia tan solo esa tela negra tapando mi cuerpo. Rápidamente abrase mis piernas, tapando así la mayor parte de el.

-      ¿Cuánto tiempo dormí? – pregunte tímidamente con la voz aun ronca como si no hubiera hablado en días.
-      Exactamente dos semanas.

La boca se me abrió sin poder evitarlo. Estaba tan sorprendida que no podía creerlo. El muchacho sonrió burlonamente lo que hizo que cerrara la boca avergonzada de mi actitud infantil. Si hubiera estado viva me hubiera sonrojado totalmente pero ahora que no lo estaba el color de mi rostro no cambio.

-      Que no te sorprenda, el sueño significa tiempo de superación.

No quise preguntar a que se refería porque lo entendía bien. Esas dos semanas fueron el tiempo que necesité para superar las muertes de mis dos únicos seres queridos, tiempo necesario para dejar la culpa a un lado y aceptar que tenia una nueva oportunidad. No me pareció raro no haber pensado en mi padre, después de todo él no significo gran cosa en mi vida, siempre pendiente de su trabajo o sus amantes, ni si quiera fue un modelo a seguir. Carrie y yo prácticamente nos criamos solas desde que mi madre murió. Ana por otro lado no significaba mucho para mi, tal vez para Carrie porque  era parte de su grupo de amigas pero yo solo tenia a Carrie y a Will. Una persona solitaria que había necesitado dos largas semanas para superar la muerte de las dos únicas personas a las que amaba. Patética.
Quise suspirar pero mi cuerpo no reaccionó a eso sin embargo, y sin que yo diera el consentimiento comencé a moverme fuera de la cama con torpeza. El muchacho me observo cauteloso.

-      La que mueve tu cuerpo no eres tu.- dijo al fin.

Trague saliva algo nerviosa por los movimientos que mi cuerpo hacia. Toque el piso con los pies y el frio de la madera hizo que mi cuerpo temblara ligeramente. La sensación era extraña, sentía algo frio alrededor de todo mi cuerpo, como un aura fantasmal que me poseía por completo.

-      Lo se.- hable mientras observaba los dedos de mis pies moverse algo entumecidos. Gire la cabeza y observe esos ojos tan extraños y cautivadores.- Es Adamis.- dije como si realmente lo entendiera. El asintió solo una vez con la cabeza y siguió estudiando mis movimientos.
-      Esta hambrienta y hasta que aplaques esa hambre tendrá más fuerza que tu.- dijo con seriedad.
Apoyé las manos en la cama y me impulse, al pararme mi cuerpo se tambaleo un poco pero logro estabilizarse. Observe mis piernas pálidas, el vestido a penas cubría hasta mis muslos, desee coger algo para cubrirme pero simplemente mi cuerpo no me respondía. Parecía que Adamis estava decidida a ir de caza a pesar de que estuviera casi desnuda. Entonces, el pánico me entro, eso era lo que realmente pretendía hacer. Levante la mirada hasta observar los ojos del muchacho, vasto solo un segundo pero el me entendió. Se puso frente a mi en un instante y me tomo de los hombros haciendo que parara abruptamente. Mi cuerpo se movió tratando de zafarse pero él me tenia aprisionada con esas manos tibias y fuertes.
-      Mi nombre es Alaric protector de Odelis. Te ordeno que pares Adamis, Debra aun no esta lista. – hablo con voz imponente y mi cuerpo se paralizo.

Pero tengo hambre se quejo la voz femenina que ya me había hablado anteriormente. Primero deja que me vista le dije molesta y la voz no volvió a replicar. Alaric sonrió ligeramente, notablemente complacido por que Adamis le había hecho caso. Me soltó de su agarre y en un movimiento casi felino tomo la sabana de la cama y me tapo con ella. Lo miré con agradecimiento por lo que acaba de hacer. Pronto sentí como mi cuerpo perdía aquella fuerza que me mantenía parada. Mis piernas flaquearon ligeramente y sentí como me iba al suelo. Alaric me tomo de los codos para que no callera y me sentó en la cama como si fuera una muñeca de trapo.

-      Adamis no la dejes sola- regaño a quien estaba dentro mío.

No es mi culpa tengo hambre reclamó otra vez la voz pero esta vez se notaba mucho más débil que antes.

-      Tiene hambre.- dije en un susurro casi inaudible. No podía creer como las fuerzas se me habían ido tan rápido. Aquel hombre tenia razón, hablar agotaba. Alaric hizo una mueca de disgusto sin soltarme.
-      Planeaba explicarte tu nueva vida, pedir que te bañaras y que te arreglaras para ir a cazar pero supongo que han cambio de planes. Voy a traerte algo de ropa limpia y apenas estés vestida te llevare a un hospital.
-      ¿Hospital?- pregunte aturdida. Deja de hablar tonta. Hablar solo me cansaba más y eso no era buena.
-      Tienes que cazar a alguien, generalmente es alguien con mucha vitalidad pero estas muy débil para luchar así que tendremos que buscar a alguien moribundo que por lo menos te de un chance de tiempo para capturar a alguien más. – mis ojos se abrieron rápidamente, impactada por que comenzaba a entender. ¿Cómo había sido tan tonta? Consumir almas significaba matar a alguien. ¿Cómo…? Alaric toco mi rostro sin previo aviso, su mano acuno mi rostro como lo solía hacer la de Will. Un pinchazo de dolor hizo que cerrara los ojos y lo recordara con nostalgia, añorando su cálida mano en mi rostro.  
-      Deja de pensar en él, eso solo te hace más débil.- habló y me obligue a abrir los ojos. ¿Cómo hago eso si aun lo extraño tanto? ¿si aun lo amo?

Asentí con la cabeza poco convencida y me obligue a sacar a Will de mis pensamientos pero era tan difícil que sucumbí ante mi memoria y me deleite con su sonrisa, sus cabellos dorados y esos hermosos ojos azules. Aun no lo había olvidado, era imposible. Mi visión comenzó a volverse borrosa y solo sentí como volvía a caer en esa sensación de pesadez. ¡No! Por favor, no quiero regresar... Pero ya era demasiado tarde, la oscuridad volvió a engullirme.


Espero que les guste, como ya dije en Facebook, perdón por alejarme así de los blogs, es una parte importante de mi vida y decidido que por lo menos este verano va a estar abierto para todo publico con una nueva historia y nuevos relatos, escritos por mi en el tiempo de mi ausencia.