miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capitulo 1




La autopista bordeaba las montañas boscosas que daban a profundos acantilados hasta llegar al mar. Observé pegada a la ventanilla del auto como a unos 100 metros o quizás más nos separaban de la zona rocosa y de las olas amenazantes que chocaban con fuerza. Miré a mi izquierda y el bosque y el mar aterrador desaparecieron al ver las perfectas facciones de Will. Esa cabellera que caía en rizos dorados, sus ojos con tonalidades azules, su piel tostada, el lunar al inicio de su mandíbula, su nariz perfilada y esos labios ni finos ni carnosos solo deseables. Mirarlo era un deleite personal, ver los músculos de sus brazos tensarse con gracilidad al hacer giros con el volante del auto, observar como su pecho se movía con cada respiración...

Will sonrió ligeramente, demostrando que aun que tenia la vista en la autopista sabia que yo lo miraba. No era una sonrisa maliciosa sino de felicidad. Mi piel se torno ligeramente rosa mientras sonreía tontamente. Will giro ligeramente y me guiño un ojo, fue suficiente para entender que  me deseaba tanto como yo a él.  

-      ¡Búsquense un hotel! – Gritó Carrie desde atrás y se interpuso entre nosotros. Su melena castaña cayó como una cascada, separandonos. Me miró con sus ojos verdosos brillantes mientras me sonreía con malicia y prendía la radio a todo volumen.

Mi rostro se puso de un color carmesí mientras oía a la entrometida de su amiga Ana reír detrás de mi. Carrie te voy a matar pensé mientras la fulminaba con la mirada. Mi hermana pareció no darse cuenta de mi molestia, sonrió ampliamente, esa sonrisa maliciosa que la caracterizaba y la hacia tan diferente a mi a pesar de ser mi gemela. Comenzó a cantar junto a Ana como si nada hubiera pasado. Resople furiosa y mire al frente mientras sentía que mi cara regresaba a su color habitual. Segundos después sentí la mano de Will sobre mi rodilla izquierda y mi estomago se tenso al instante, observé su mano y luego ligeramente subí la mirada hasta su rostro. Sus ojos me observaron con amor.

-   Hey, será cuando estés lista.- habló en un susurro mientras observaba mis ojos y me sonreía tímidamente. Puse mi mano sobre la suya sin temor o vergüenza y la ajuste a modo de agradecimiento. No dejaría que mi hermana malograra este fin de semana con sus comentarios sobre  sexo.

-      ¡Will cuidado! – chilló Carrie y todo fue repentinamente rápido.

No fue culpa de Will, el jamás hubiera sabido que venia una curva cerrada sino hubiera sido porque me estaba tranquilizando como a una niña pequeña. Fue mi culpa. Will giro el volante con violencia mientras Ana y Carrie gritaban con desesperación. El movimiento brusco combinado con la velocidad del auto solo hizo que este perdiera el control. Comenzamos a dar vueltas de campana mientras nos golpeábamos brutalmente. Todo pasaba tan rápido que solo podía atinar a gritar llena de horror al ver que un cuerpo salía volando por la luna delantera. Carrie estaba sin cinturón pensé por solo un segundo hasta sentir la caída vertiginosa por el acantilado. Sentí un dolor profundo en todo el cuerpo al momento de chocar contra las rocas, mi cabeza choco brutalmente contra el tablero y eso me dejo por unos segundos mareada mientras mi vista se tornaba roja. Por Dios, es sangre. Cerré los ojos presa del dolor y el miedo, y me obligué a abrirlos al sentir el primer choque brutal de una ola contra el auto. Trate de salir desesperada mientras sentía como el agua helada se colaba por las ventanas rotas, pero mis piernas estaban fuertemente aprisionadas.
-      ¡Will! – grite.
Por primera vez después de todo el aturdimiento inicial caí en la cuenta de que no estaba sola. Gire la cabeza a pesar del dolor que esto me producía y busque a mi hermana, a Will y a Ana con desesperación. Carrie no estaba, Ana estaba desparramada en la parte trasera del auto, en una posición poco humana como estar aun con vida y Will… Oh mi Will. La cabeza la tenia apoyada contra el volante del auto, tenia el rostro irreconocible por la sangre y los vidrios.
-      ¡Will! – volví a gritar pero no recibí respuesta.

La siguiente ola choco con más fuerza haciendo que el agua cubriera todo el auto. Aun que trate de aguantar las respiración el agua fue más rápida que yo, entro por mi boca y nariz haciendo que comenzara ahogarme. La sensación de ardor en los pulmones por el agua salada era indescriptiblemente dolorosa. No se cuento tiempo dure, para mi fue un tiempo interminable en el que solo pensaba en que esto era todo, me estaba muriendo y no quería hacerlo así. Deje de moverme a  pesar del miedo que sentía y trague un poco más de agua. Esto es todo pensé al sucumbir ante la oscuridad cuando sentí una mano tirar fuertemente de la mía. ¿Will? Quise abrir los ojos para regresar con el pero ya era demasiado tarde, la oscuridad ya me había acorralado y termino engulléndome por completo.

Desperté tomando una gran bocanada de aire aun que extrañamente no significo alivio alguna, aun seguía sintiendo un vacío infinito en mi pecho como si el aire jamás hubiera logrado entrar. Quise abrir los ojos pero simplemente no pude o tal vez todo estaba completamente oscuro y daba igual. Sentía mi cuerpo tan pesada que no podía moverlo, era como si estuviera debajo de algo que me aprisionaba por todos lados. Comencé a desesperarme, respirando agitadamente una y otra vez pero seguía sin sentir el aire dentro de mis pulmones así que me dije a mi misma que lo que hacia era en vano y no volví a hacerlo más, a mi cuerpo no pareció molestarle mi decisión. Me quede en silencio para escuchar algo fuera o dentro de mi pero no escuche nada. Mi corazón pensé asustada al no oírlo y fue en ese instante que recordé todo.

-      ¡Will! ¡Carrie!- trate de gritar pero de mi boca solo salió un ligero susurro sin aire. Me agite desesperada - ¡Will! ¡Carrie!- volví a decir con más fuerza, desesperada por escuchar sus voces nuevamente, por abrir los ojos y saber que estaban junto a mi.- ¡Will! ¡Carrie!- grite y la voz se me resquebrajo mientras sollozos sin lagrimas hacían que me frustrara más. ¿Estoy muerta? ¿así se siente morir?
-      ¿Recuerdas el accidente? – pregunto una voz ronca proveniente de un hombre. Y a pesar de lo grave que sonaba y lo distante que se escuchaba, parecía sorprendido.
-      Si.- dije temblorosa mientras sentía como se acercaba más y más a mi, hasta sentir el peso de su cuerpo al costado del mío - ¿Dónde estoy? ¿Dónde están? ¿Will esta bien? Carrie…- la voz se me apago al recordar como había salido disparada por la ventana. Un silencio sepulcral se apodero de la estancia en la que estaba y segundos después sentí que alguien me ponía una mano en el rostro, tenia dedos largos y una palma helada, tan fría que dolía.
-      Debra- susurro mi nombre y sentí una punzada dentro de mi. Debía de tener miedo, pero no lo hacia, solo sentía un profundo vacío. ¿Acaso así se sentía la muerte?- Will y Carrie ya no están aquí. – dijo con tranquilidad y sentí como si me dieran una puñalada en el estomago y al mismo tiempo me desgarraran por dentro con un cuchillo. Sabia a que se refería pero no quería creerle.
-      ¿Qué quieres decir con eso? – pregunte con miedo y trate de mover la cabeza para alejarme de él pero no podía, simplemente no podía moverme.
-      Ellos están muertos. – concluyó. Un gemido de dolor salió de mi garganta, como si de verdad me estuvieran matando poco a poco.- olvídate de ellos.- me susurro nuevamente y acaricio más mi mejilla. Esta vez sentí un odio profundo por esa mano que me pedía algo imposible y sin embargo, no quise replicar, no tenia fuerzas para ello. El hombre se alejo de mi. – Tienes una segunda oportunidad. Considérate afortunada.
-      ¿Qué?- pregunte aturdida. Yo quiero morirme.
-      Para que ese corazón vuelva a latir, un alma debes consumir.- recito.- un simple beso bastara y más fuerte te harás. – hubo un prolongado silencio. – Hasta que no consumas ese alma parecerás una muerta errante, no podrás comer ni beber y tampoco podrás hablar, hacerlo te demandara mucha energía.
-      Lo hago contigo.- replique.
-      Ni si quiera mueves los labios.- susurro el. – cuando puedas moverte ligeramente quiero que recites el nombre que esta en el anillo que esta en tu dedo anular, después de eso procura consumir lo que te dije rápido. No quiero que te maten. – Yo quiero morir pensé tan confundida y sin fuerzas que no fui capaz de contradecirle.

No se cuanto tiempo paso si horas, minutos o hasta días, no lo se. Solo se que poco a poco el dolor por perder a mi hermana y a Will comenzó a irse, a destilarse de mi cuerpo hasta que ya no sentí nada. Grite con todas las fuerzas que tenia, harta de esperar a que algo pasara y sucedió. Como si se hubiera roto un cascaron comencé a sentir nuevamente mis extremidades, poco a poco pude mover mis manos y también mis pies. Estoy despertando pensé mientras comenzaba a abrir los ojos. Se como es ver, he visto durante 17 años de mi vida pero esto era diferente, lo veía todo más claro como si estuviera en HD, podía sentir la textura de las paredes blancas con solo observarlas. Podía ver las marcas de la puerta de madera frente mío, cada astilla, cada marca eran registradas por mis ojos. Pestañe un par de veces y comencé a ver la habitación en la que había despertado. Paredes blancas, la puerta rustica de color caoba, una ventana con cortinas cremas que no me dejaban ver más que la nítida luz de una mañana de verano y un espejo, justo al costado de la cama. En el se reflejaba una joven que se parecía a mi pero no era yo, no podía serlo. Ahora soy ella me dije a mi misma al observarme sin poder creerlo aun. Mi cabello largo y en ondas de color castaño ahora era corto, hasta el ras de mi mejilla y de color negro azabache acompañado de un cerquillo hasta mis cejas. Mis labios eran de un rosa muy claro, mis ojos parecían de un gris humo y mi piel estaba tan pálida que parecía un fantasma. El contraste con mi cabello oscuro no ayudaba mucho, era tal que me descuadraba por completo. Comencé a observar mis manos y mis brazos, piel que ya no era mi piel y un vestido de ceda color negro que cubría mi cuerpo desnudo.

Era fácil distraerse con todos los detalles que mis ojos podían captar ahora pero las palabras de ese hombre me hicieron reaccionar en un segundo. Cuando puedas moverte ligeramente quiero que recites el nombre que esta en el anillo que esta en tu dedo anular. Instintivamente observe mis dedos y descubrí que había un anillo en mi mano izquierda. Era grueso con bordes plateados, la parte de adentro era negra y tenia figuras tipo enredaderas de color plata, en el centro había un ojo negro con halo plateado que me miraba, una hoja minúscula de plata lo cubría ligeramente, como si fuera parte de un parpado. Observe mi palma, buscando el nombre del anillo en la parte trasera y allí estaba: Adamis.

-      Adamis.- susurre con voz rasposa.

El anillo reacciono al nombre, fue como si cobrara vida apenas lo dije. Sentí un palpitar proveniente del anillo y un calor infernal me hizo gemir mientras un dolor punzante se apoderaba de mi dedo anular. Se esta fusionando me dije a mi misma mientras el dolor se extendía con más fuerza por todo mi cuerpo. Grite llena de dolor mientras arqueaba la espalda por las corrientes eléctricas que recorrían cada uno de mis nervios y me dejé caer a la cama sin fuerzas. Eres mía, escuché una voz femenina hablando dentro de mi cabeza. La vista se me nublo, me obligué a cerrar los ojos y sin querer inhalé con fuerza. Estoy respirando pensé sorprendida al darme cuenta que mis pulmones se hinchaban de aire, retuve el aire por unos segundos, deleitándome con la sensación de estar llena y luego lo deje ir. No volví a respirar más, fue un segundo que me hizo recordar como se sentía aquello que ya me parecía tan antiguo y casi olvidado.

-      Por fin despertaste, creí que jamás lo harías.- hablo una voz masculina que hizo que abriera los ojos y me sentara en un segundo.

En el umbral de la puerta, ahora abierta estaba un muchacho de cabellera azabache y piel clara. Vestía unos jeans oscuros y una camisa negra que dejaba ver parte de su pecho, tenia un tatuaje de cruz justo en el lado del corazón. Se acerco un poco más, como si mi expresión de estupefacción fuera un deleite para él. Dejo ver su cuerpo en forma y sobre todo ese rostro tan armonioso. Sus facciones se parecían a las de Will de una manera muy extraña. No podía explicarlo bien pero algo en él me recordaba a mi Will aun que no entendía porque. Su rostro era anguloso y tenia las facciones masculinas muy marcadas, su nariz era simplemente perfecta para ese rostro, al igual que esos labios ligeramente carnosos y sus ojos profundos, en el sentido que al verte podían llegar hasta tu alma. Había un halo plateado alrededor de sus iris oscuros. Me sonrió maliciosamente y recordé llena de vergüenza que tenia tan solo esa tela negra tapando mi cuerpo. Rápidamente abrase mis piernas, tapando así la mayor parte de el.

-      ¿Cuánto tiempo dormí? – pregunte tímidamente con la voz aun ronca como si no hubiera hablado en días.
-      Exactamente dos semanas.

La boca se me abrió sin poder evitarlo. Estaba tan sorprendida que no podía creerlo. El muchacho sonrió burlonamente lo que hizo que cerrara la boca avergonzada de mi actitud infantil. Si hubiera estado viva me hubiera sonrojado totalmente pero ahora que no lo estaba el color de mi rostro no cambio.

-      Que no te sorprenda, el sueño significa tiempo de superación.

No quise preguntar a que se refería porque lo entendía bien. Esas dos semanas fueron el tiempo que necesité para superar las muertes de mis dos únicos seres queridos, tiempo necesario para dejar la culpa a un lado y aceptar que tenia una nueva oportunidad. No me pareció raro no haber pensado en mi padre, después de todo él no significo gran cosa en mi vida, siempre pendiente de su trabajo o sus amantes, ni si quiera fue un modelo a seguir. Carrie y yo prácticamente nos criamos solas desde que mi madre murió. Ana por otro lado no significaba mucho para mi, tal vez para Carrie porque  era parte de su grupo de amigas pero yo solo tenia a Carrie y a Will. Una persona solitaria que había necesitado dos largas semanas para superar la muerte de las dos únicas personas a las que amaba. Patética.
Quise suspirar pero mi cuerpo no reaccionó a eso sin embargo, y sin que yo diera el consentimiento comencé a moverme fuera de la cama con torpeza. El muchacho me observo cauteloso.

-      La que mueve tu cuerpo no eres tu.- dijo al fin.

Trague saliva algo nerviosa por los movimientos que mi cuerpo hacia. Toque el piso con los pies y el frio de la madera hizo que mi cuerpo temblara ligeramente. La sensación era extraña, sentía algo frio alrededor de todo mi cuerpo, como un aura fantasmal que me poseía por completo.

-      Lo se.- hable mientras observaba los dedos de mis pies moverse algo entumecidos. Gire la cabeza y observe esos ojos tan extraños y cautivadores.- Es Adamis.- dije como si realmente lo entendiera. El asintió solo una vez con la cabeza y siguió estudiando mis movimientos.
-      Esta hambrienta y hasta que aplaques esa hambre tendrá más fuerza que tu.- dijo con seriedad.
Apoyé las manos en la cama y me impulse, al pararme mi cuerpo se tambaleo un poco pero logro estabilizarse. Observe mis piernas pálidas, el vestido a penas cubría hasta mis muslos, desee coger algo para cubrirme pero simplemente mi cuerpo no me respondía. Parecía que Adamis estava decidida a ir de caza a pesar de que estuviera casi desnuda. Entonces, el pánico me entro, eso era lo que realmente pretendía hacer. Levante la mirada hasta observar los ojos del muchacho, vasto solo un segundo pero el me entendió. Se puso frente a mi en un instante y me tomo de los hombros haciendo que parara abruptamente. Mi cuerpo se movió tratando de zafarse pero él me tenia aprisionada con esas manos tibias y fuertes.
-      Mi nombre es Alaric protector de Odelis. Te ordeno que pares Adamis, Debra aun no esta lista. – hablo con voz imponente y mi cuerpo se paralizo.

Pero tengo hambre se quejo la voz femenina que ya me había hablado anteriormente. Primero deja que me vista le dije molesta y la voz no volvió a replicar. Alaric sonrió ligeramente, notablemente complacido por que Adamis le había hecho caso. Me soltó de su agarre y en un movimiento casi felino tomo la sabana de la cama y me tapo con ella. Lo miré con agradecimiento por lo que acaba de hacer. Pronto sentí como mi cuerpo perdía aquella fuerza que me mantenía parada. Mis piernas flaquearon ligeramente y sentí como me iba al suelo. Alaric me tomo de los codos para que no callera y me sentó en la cama como si fuera una muñeca de trapo.

-      Adamis no la dejes sola- regaño a quien estaba dentro mío.

No es mi culpa tengo hambre reclamó otra vez la voz pero esta vez se notaba mucho más débil que antes.

-      Tiene hambre.- dije en un susurro casi inaudible. No podía creer como las fuerzas se me habían ido tan rápido. Aquel hombre tenia razón, hablar agotaba. Alaric hizo una mueca de disgusto sin soltarme.
-      Planeaba explicarte tu nueva vida, pedir que te bañaras y que te arreglaras para ir a cazar pero supongo que han cambio de planes. Voy a traerte algo de ropa limpia y apenas estés vestida te llevare a un hospital.
-      ¿Hospital?- pregunte aturdida. Deja de hablar tonta. Hablar solo me cansaba más y eso no era buena.
-      Tienes que cazar a alguien, generalmente es alguien con mucha vitalidad pero estas muy débil para luchar así que tendremos que buscar a alguien moribundo que por lo menos te de un chance de tiempo para capturar a alguien más. – mis ojos se abrieron rápidamente, impactada por que comenzaba a entender. ¿Cómo había sido tan tonta? Consumir almas significaba matar a alguien. ¿Cómo…? Alaric toco mi rostro sin previo aviso, su mano acuno mi rostro como lo solía hacer la de Will. Un pinchazo de dolor hizo que cerrara los ojos y lo recordara con nostalgia, añorando su cálida mano en mi rostro.  
-      Deja de pensar en él, eso solo te hace más débil.- habló y me obligue a abrir los ojos. ¿Cómo hago eso si aun lo extraño tanto? ¿si aun lo amo?

Asentí con la cabeza poco convencida y me obligue a sacar a Will de mis pensamientos pero era tan difícil que sucumbí ante mi memoria y me deleite con su sonrisa, sus cabellos dorados y esos hermosos ojos azules. Aun no lo había olvidado, era imposible. Mi visión comenzó a volverse borrosa y solo sentí como volvía a caer en esa sensación de pesadez. ¡No! Por favor, no quiero regresar... Pero ya era demasiado tarde, la oscuridad volvió a engullirme.


Espero que les guste, como ya dije en Facebook, perdón por alejarme así de los blogs, es una parte importante de mi vida y decidido que por lo menos este verano va a estar abierto para todo publico con una nueva historia y nuevos relatos, escritos por mi en el tiempo de mi ausencia. 

lunes, 5 de marzo de 2012

Capitulo 48 y Epilogo - Fire girl


Chicas hoy las respuestas de los comentarios están en sus respectivos comentarios por que son largos, en algunos casos :D. En cada uno de sus comentarios estoy escribiendo “me despido” por que este es el ultimo capitulo de Fire girl, si lo se, da pena pero ya era momento de acabar esta maravillosa historia y se que talvez a muchas ya no las volveré a encontrar en el blog por que solo seguían Fire girl, por eso me despido y si regresan a leer mi nueva historia (la cual aun no se ) será realmente genial. 

Espero que el capitulo les guste y lo disfruten. Ya que es el ultimo capitulo haré algo nuevo. Existen 3 canciones en especial que me inspiraron mucho con este capitulo, sobre todo en algunas diálogos así que les dejo los nombres de las canciones con un numero al costado, cuando lo vean en el relato, le dan clic y escuchan la canción, cuando vean nuevamente el numero, sabrán que ya ha concluido la parte de la canción. 

Canciones recomendadas: 

(  I will follow you into the dark - Death Cab for Cutie)... (1) 

(Speaking a Dead Language - Joy Williams)... (2) 

(Today – Chantal Kreviazuk)... (3) 


Capitulo 48 


Jena me mira sorprendida, se muerde el labio inferior y hace muecas mientras escuchaba cada una de mis palabras. Como solía hacer, termina de escucharme para poder decir lo que piensa. 

- Tenemos que ir en busca de los demás.- dice ella con completa convicción y yo asiento con la cabeza muy seria. – y respecto a Josep…Josep verdad?- pregunta 

- Si.- respondo en casi un susurro. 

Es la primera persona que sabe todo sobre Josep y se que va poder decirme lo que puede pasar por que ella tiene mas experiencia que yo. 

- Se que va ser duro pero tienes que dejarlo ir.- dice ella y las lagrimas comienzan a caer por mis mejillas. No quiero llorar por que dentro de mi sabia que me alejaría de el pero escucharlo de la boca de Jena me hace dar cuenta que es real. – cuando alguien mata a alguien el sentimiento es horrible Lily. Fue muy valiente al hacerle eso a Isabela para protegerte pero no sabia las consecuencias que traería aquello. 

- Lo se- digo con tristeza. 

- No, aun no has matado a nadie y espero que no lo hagas por que es la sensación mas horrible que existe. Tu no eres una acecina Lily y el tampoco lo es por eso siempre recordara a Isabela de esa fea manera y sin querer te relacionara con ella. Por eso para que no sufras tienes que alejarte de el, me entiendes? 

- Si. – digo por que es lo único que puedo decir. 

Me hecho a llorar sin mas, no soy fuerte, me duele y se que voy a extrañarlo pero esto es lo mejor, lo mejor que puedo hacer por mi. Jena me abraza y me consuela por un rato hasta que yo misma entiendo que ahora la mayor preocupación es Alice. Me alejo de Jena y me seco las lagrimas. 

- Tenemos que ir a la ciudad- digo y ella asiente con la cabeza. 

- Ve a ponerte algo abrigador, yo iré con Milos y le pondré al tanto de todo. Nos encontramos en 15 minutos en la puerta central. 

- Ya.- digo y salgo de allí con dirección a mi pabellón. 

(1) Entro a mi cuarto, me lavo la cara y me pongo una casaca. Salgo lo mas rápido que puedo, pero ver a Nicholas al frente de mi puerta me paraliza. Esta muy agitado y no entiendo porque. 

- He escuchado que te vas? – pregunta con la voz entrecortada. 

- Si, tenemos que estar en la ciudad ahora- digo y cierro mi puerta tras de mi pero Nicholas no se mueve, lo que hace que el espacio que nos separa se acorte. Agacha la cabeza y toca una de mis mejillas con delicadeza. Giro el rostro para el otro lado y agacho la mirada. 

- Has estado llorando verdad?- pregunta y yo lo miro a los ojos. 

- Sabes como esta Dariana?- pregunto rápido para cambiar de tema, el gruñe ligeramente pero se limita a contestar. 

- Va a estar bien, Josep esta con ella y la cuida bien.- asiento con la cabeza mientras recuerdo el rostro de Josep, no puedo evitarlo. 

- Nada va ser igual Nicholas- digo con tristeza y el sin previo aviso me abraza con mucha fuerza pero no me hace daño solo quiere darme apoyo. 

- Se que no pero…déjame ayudarte. – me dice sin separarse de mi. 

- Que?- pregunto extrañada y me alejo ligeramente de el. Aun sigo muy cerca, me sostiene una mano y con la otra me quita los cabellos de la cara. 

- Puedo ayudar?- pregunta y yo me alejo de el con tosquedad. Pero me vuelve a aprisiona entre sus brazos con fuerza y no deja que me vaya. - Eres la única chica que ha logrado cambiarme Lilian Herion y talvez sea demasiado tarde, te haya hecho demasiado daño para que vuelvas a confiar en mi o….o en verdad te has enamorado de el pero…pero yo quiero…- Nicholas se traba cada vez mas, nunca lo he visto de esa manera. 

Le tomo el rostro con las dos manos sin saber muy bien lo que hago por que así no es como actúo pero necesito que entienda de alguna manera que si me importa a pesar de todo lo que me ha hecho. 

- Nicholas- le corto y comienzo a verlo a los ojos- necesito tiempo- digo al fin- es cierto, aun estoy enamorada de Josep, abrumada por todo lo que esta pasando con mi familia y no se lo que siento por ti porque, a pesar de todo el daño que me has hecho aun quiero que estés bien.- digo rápidamente y no se de donde me ha salido todo eso por que yo no soy de hablar con sentimientos, me dan miedo pero ahora lo estoy diciendo, todo por él. Nicholas afloja ligeramente los brazos y es justo en ese momento que me doy cuenta que tengo que ir con Jena. - necesito mucho tiempo.- concluyo y salgo corriendo de allí. 

Se que el lo ha entendido y me va dar el tiempo que necesito. No se en que va terminar esto, solo se que ahora lo mas importante es que mi familia este a salvo. (1) 


[…] 


- Vamos Faride corre- dice Leif y le tiende la mano para que Rin la tome. Sin embargo, ella no quiere hacerlo. Niega con la cabeza aun que el miedo en su rostro es casi palpable. 

- No.-dice con la voz temblorosa. 

- Entonces vámonos ahora!- hablo mientras saco la mitad de mi cuerpo por la puerta trasera. 

- No- dice Leif.- no se lo que sentí esos días junto a ti Faride, es muy confuso para mi pero te juro que no quiero perderte otra vez y si es necesario te daré lo que necesitas para regresar, solo no te quedes aquí.- cada palabra que dice cala dentro de mi ser. Es lo mismo que yo siento por Alice y es exactamente lo que yo haría por ella si estuviera en mis manos salvarla. Dar todo para que viviera aun que yo ya no estuviera a su lado. 

- Toma su mano, tonta, que no vez que si te quiere?- pregunto furioso y Rin me mira a los ojos. Es en ese instante que Rin toma su mano y Leif la jala hacia nosotros. Salimos por la puerta trasera justo en el instante que se escucha un fuerte estrépito en el salón de química. 

- Se que estas aquí Leif!- grita una voz femenina que reconozco como Astrid.- vas a morir traidor y contigo todos los que están aquí, todos! 

Corremos lo mas rápido que podemos, escuchamos como Astrid se acerca, quema todo a su paso con tanta facilidad que ya comprendo por que le temen tanto. Rompe puertas y vidrios, no le importa destruir todo, solo quiere encontrarnos. 


[…] 


Estamos escondidos en el gimnasio, Daniela esta completamente aterrada y sin entender nada de lo que esta sucediendo, tiene tanto miedo que esta escondida en una de las esquinas del gimnasio. Mientras tanto, Vladimir saca dos pistolas de su mochila y se pone unas cuantas cuchillas en las botas. Me acerco a Daniela y me acuclillo para estar a su misma altura. 

- Quiero que te escondas y no digas nada a pesar de todo lo que veas, esta bien?- pregunto y ella asiente con la cabeza- no quiero que escapes por que si lo haces no podremos protegerte.- hablo y la muchacha asiente con la cabeza. 

Su rostro es delicado, tanto que hace que parezca muy gentil, sus ojos son azules claros y sus labios de un rosa intenso. No parece tener 17 a lo mucho unos 15. Es pequeña y delgada, tan frágil que tan solo verla da ganas de protegerla a toda costa. 

- No tienen que hacer esto por mi- dice ella mientras se arremanga la casaca y me muestra las vendas en sus muñecas, están aún manchadas de sangre. La miro horrorizado por que comprendo que quiere morir. Niego con la cabeza y tapo sus muñecas con delicadeza. 

- Estas confundida, es por eso que no sabes lo que te sucede pero podemos ayudar.- la muchacha niega con la cabeza. 

- Nada de lo que hagas cambiara mi decisión. Tu no entiendes lo que estoy viviendo, tu no sabes lo que veo- dice ella y la voz se le resquebraja y comienza a llorar en silencio. Siento lastima por ella, se que esta confundida por que no sabe que es diferente, no entiende que es una hija de la luna y lamentablemente no puedo hacer casi nada para ayudarla. 

- Solo quédate acá!- le digo con la voz firme justo en el instante en el que alguien entra por una de las tantas puertas del gimnasio e interrumpe la conversación. 

- Vladimir?- pregunta Sofía y lo observa como si no pudiese creer lo que ve. 

Vladimir le apunta con una de las pistolas y no deja que se nos acerque. Esta sola y eso genera un peso en mi pecho que no puedo soportar. Donde esta Lidia? 

- Sofía, por favor escúchanos- dice Vladimir en tono tranquilizador. Ella niega con la cabeza tajantemente. En ese momento me paro y ella puede verme también. 

- David entrégamela- dice ella con voz autoritaria. 

- Ella les esta manipulando. Alice no esta enferma, Alexander esta con Astrid y… 

- Alice no esta enferma?- pregunta desconcertada Sofía y yo asiento rápidamente con la cabeza en el instante que escuchamos un gran estrépito fuera del gimnasio. Otra de las puertas se abre, es Lidia, esta sangrando en diversas partes del cuerpo y cojea terriblemente. 

- Que ha sucedido?- pregunta asustada Sofía mientras yo corro para socorrerla. 

- Hay una mujer afuera junto a un chico. Por poco me mata- dice ella y yo observo a Sofía con preocupación. 

- Hay que salir de aquí- dice ella. 

- Pero la chica…el plan?- pregunta Lidia.- quiero ver a mamá, quiero recuperar a mi clan- dice con la voz resquebrajada. 

La angustia y el dolor dentro de mi crecen. Como voy a decirle todo lo que a sucedido? Que su madre y su tía están muertas? Me limito a abrasarla con fuerza por unos segundos y transmitirle todo el apoyo que puedo darle ante esta situación. 

- Todo va a estar bien- le miento y la ayudo a caminar hasta donde esta Daniela. 

- Tu…tu eres la hija de la luna, verdad?- pregunta Lidia al ver a la joven 

- Que es eso?- pregunta Daniela extrañada. 

- Lidia ni te molestes, no sabe lo que es.- dice Sofía mientras carga una de las tantas pistolas de Vladimir. 

- Corran! Corran!- grita Leo al instante en el que entra al gimnasio. Una gran explosión se escucha muy cerca de la estancia. 

- Esta acá.- dice Lidia con la voz temblorosa. 

- Vladimir, llévatelas, por favor.- dice Sofía- mantenlas a salvo.- le habla y el asiente con la cabeza. Leo llega hasta nosotros junto a Leif y Rin. Están cansados y tienen la ropa algo chamuscada. 

- Rin?- pregunta Sofía al ver la mano de Leif entrelazada a suya. La mujer suelta su mano y se aleja de Leif. 

- Astrid no tiene punto débil pero quizás si atacamos…- Leif no termina de hablar, las puertas se abren con una fuerte explosión que hace que salgan volando por los aires. 

- Si atacan todos juntos- dice en forma de burla Astrid y entra acompañada de un muchacho con dreds. 

- Alexander!- grita Sofía y el chico levanta la cabeza para verla. Se ve por su forma de mirarla que no sabe si correr hacia ella o quedarse con Astrid. 

- Ni te atrevas que la mato en menos de un minuto- dice Astrid sin perder la paciencia, su voz es tranquila y pausada.- saben, vine aquí solo por Leif pero al final tendré que matarlos a todos.- dice y sin mas preámbulos su cuerpo se prende completamente en llamas de un color verde intenso. 


[…] 


La fuerza que emana es tan fuerte que varios de nosotros caemos al piso. No se lo que sucede a continuación por que la luz de aquella flama es tan potente que me ciega. Solo ciento como choco contra una pared, la espalda me duele terriblemente y la frente comienza a sangrarme. Escucho los gritos de Sofía, llama a Alexander con desesperación. Luego escucho a Aurora gritar, entonces comprendo que ella y Sebastian se han unido a la pelea o mejor dicho a la masacre. Comprendo con el segundo golpe que me doy en la espalda que Leif tenia razón al temerle tanto, es tan fuerte y poderosa que estoy sangrando sin que ella me haya tocado, no entiendo bien lo que sucede. Me obligo a abrir ligeramente los ojos para buscar a David pero solo veo la pequeña escena que se produce frente a mi. Leif esta sangrando, las quemaduras lo están matando poco a poco y dolorosamente. Rin se acerca a gatas hasta el y le toma la mano. No se lo que le dice o que es lo que sucede pero se acerca y le da un beso en la comisura de los labios. 

- Faride.- susurra Leif. 

- Tengo que hacer esto, ya he hecho mucho daño, tengo que tratar de solucionarlo- dice Rin, comprendo que no es ella sino Faride la que habla.- adiós Leif, gracias por todo y…y dile que no pierda las esperanzas, hare que regrese.- Leif asiente con la cabeza. El silencio se prolonga y se que Leif esta leyendo sus pensamientos, al cabo de unos segundos interminables Leif habla con la voz entrecortada. 

- Adiós Faride y que la suerte te acompañe- apenas lo hace la mano de Rin suelta a Leif mientras ella se desploma en el piso, a perdido la conciencia y eso quiere decir que quizás, Faride ya no esta en su cuerpo. 

Pasan unos minutos y la luz y el fuego bajan de intensidad. Levanto la cabeza, veo a Sofía junto a Alexander en el piso. Aurora esta en uno de los extremos y Sebastian en otro. David esta casi a mi lado pero no muestra signos de estar consiente. Leif esta en el centro de la estancia junto a Rin y a unos metros de Astrid. Ella es la única que aun se mantiene en pie pero pronto cae de rodillas y comienza a gritar sin control mientras se coge la cabeza. 

- Sal de mi cabeza Faride, sal!- grita una y otra vez mientras se mueve con desesperación. Leif se arrodilla a duras penas, las lagrimas comienzan a caer por sus ojos en silencio mientras levanta su mano y apunta a los ojos de Astrid. 

- Somnum in pacem cara sororum (duerman en paz queridas hermanas) – habla en latín y seguido a esto vota una flama de fuego azul que consume los ojos y el cuerpo de Astrid dejándola completamente vacía y muerta. Leif cae al suelo cansado y comienza a llorar sin control. Nadie hace nada por callarlo, creo que todos aquí comprendemos que a perdido a su familia y que necesita un momento solo. 


[…] (2)


- Alice? Amor por favor despierta- suplica Leo, una y otra vez mientras toma mi mano con fuerza. Quiero hacerlo, juro que quiero hacerlo pero mi cuerpo no responde aun. 

Se que he progresado a lo largo de los días por que ya escucho lo que sucede y lo siento pero no se si podré despertar, simplemente mi cuerpo aun no responde y ya esta cansado de luchar. 

- Dale tiempo- dice una voz muy conocida. No necesito abrir los ojos para saber que es Milos. Esta aquí? Quien mas esta? Me pregunto mientras trato de escuchar con mas cuidado. 

- Y si no despierta?- pregunta Jena. La alegría me invade, esta aquí también, viva al igual que Leo y mi madre. 

También he escuchado a David, Eve, Sebastian y hasta a Lily. Toda mi familia ha estado aquí durante muchas horas o talvez días, esperando a que despierte y yo aun no puedo hacerlo pero a pesar de eso me siento feliz, todos están a salvo. 

- Que pasa si Sofía utiliza su don sanador?- pregunta David muy preocupado. 

- Lo siento David pero no creo que pueda hacerlo, su cuerpo esta bien, ella no pueden curar algo que ya esta bien. – dice Eve 

- Entonces por que aun no se levanta?- pregunta Leo con dolor en la voz. 

- Quizás el trauma de tener a Faride ha sido mas grande de lo que pensábamos, al igual que con Rin- dice Milos y como es doctor le creo y comienzo a asustarme. Pero que le a pasado a Rin, acaso a muerto? Yo no voy a despertar mas? Me pregunto una y otra vez. 

- Por favor amor, no me dejes solo, por favor.- me dice Leo y escucho su voz entre cortada, esta llorando? 

La angustia me invade, ya no voy a despertar mas. Siento mi cuerpo pesado y un abismo inmenso se abre en medio de toda la oscuridad y comienza a hundirme, me lleva a otro lugar en el que ya no podré escucharlos mas. Grito, trato de aferrarme a mi vida pero solo escucho los gritos desesperados de todos afuera, se alejan poco a poco y entiendo por fin que estoy muriendo de verdad. Que lo que me ha hecho Faride es irremediable, realmente a logrado lo que quería, estoy muriendo. Lo ultimo que veo es una luz tenue, que poco a poco se va haciendo mas y mas potente a tal punto de segarme. No me siento mal, no me siento triste solo se que voy a ir a un lugar mejor. Talvez estaba esperando esto, saber que todas las personas a las que quiero están bien para que así pueda irme en paz. Trato de recordar a Leo. Su sonrisa, su mirada dura y penetrante y todas las veces que me dijo te amo. 

- Te amo Leo.- pienso y ya no resisto, solo me dejo llevar hasta la luz. Escucho por ultima vez la voz de Leo, dice mi nombre en un susurro casi inaudible, sin embargo ya no regreso a el. (2) 


[…] 


Cinco meses después. 


Ya no queda casi nadie en la urbe central, la gente a huido y trata de mimetizarse con los humanos como lo hacíamos antes, las flores están marchitas a pesar de ser primavera, las calles están desiertas y sucias. Lo cierto es que este lugar ya no se parece en nada a la urbe de hace meses. 

Camino por el parque del dragón y me siento en la pileta ahora completamente seca. Observo el cielo primaveral y suspiro con todas mis fuerzas. 

- Porque tenias que irte de esa manera Alice?- pregunto en voz baja y sigo mirando el cielo. 

Me imagino su rostro, esa sonrisa perfecta, esos ojos color caoba que tenían una intensidad singular, un brillo especial que mostraban a una persona buena y optimista. Pensar en ella, tan solo recordarla por un segundo me hace llorar como el día que se fue. No hay ni un solo día que no piense en ella, no hay ni una sola noche que no sueñe con que regresa. La extraño tanto que ahora me siento perdido. Todos ya tienen su vida hecha excepto yo. 

Sofía y Alexander junto con sus hermanos, Jay y Vladimir han regresado a Nueva York y tratan de arreglar todo el barullo que ocasionó Astrid. Alexander no recuerda nada de lo que ocurrió mientras era un ente pero Sofía se ha encargado de contarle absolutamente todo. Gabriela, Aurora y Lidia han preferido mimetizarse con los humanos ahora que no les queda nada. Lidia a cambiado completamente, es mas callada y casi todo el tiempo párese estar en otro lugar. Me pregunto si yo me veo igual. Sebastian y Fox han preferido distraerse al máximo y alejarse de todo lo que les recuerda a ella. Ahora que Leif les puso al tanto de que Faride era hija del hermano de Fox ella a preferido darle caza. Según lo que entendí, por que no quise meterme mucho en el asunto, su hermano siempre estuvo obsesionado con el poder y la vida eterna, fue el quien inicio el proyecto en Rusia, la urbe que tenia encerrada a Eve y en donde murió mi padre a causa de la ambición. Todos estaban relacionados de alguna u otra manera. Por otro lado esta Jena, John y Milos. Jena se ha quedado a ayudar al nuevo líder, Atos y a su mano derecha, Leif, quien pudo recuperarse satisfactoriamente de todas las quemaduras que tenia. Estan aquí para tratar de poner todo en orden y hacer que la gente regrese aun que en verdad lo dudo mucho. Mientras tanto, John y Milos han decido regresar a su casa en Liverpool, con algunos niños huérfanos. Y para finalizar están mis hermanos, David se ha ido a Londres junto a Eve, Yue y Lily. No los culpo por haberme dejado, es mas creo que fue conveniente por que todo el tiempo paro ensimismado en mis recuerdos, tratando de rememorar cada momento que viví con ella. Según lo que me han contado, David esta con Eve, en una relación de verdad, aun no puedo creerlo y Lily va al colegio como una chica común y corriente… 

- Leo, hay alguien que quiere verte.- habla Nicholas y corta mis pensamientos abruptamente. Lo miro, viste un uniforme verde, ese que utilizan todos los militares y que tanto detesto. Me seco las lagrimas con rapidez y me paro. 

- Quien?- pregunto y el se encoge de hombros. 

- Es una muchacha, esta hablando en estos momentos con Leif y Atos.- dice y me lleva hacia donde esta aquella chica. 

- Oye Nicholas, tu no deberías de estar ya en Londres?- pregunto y Nicholas se paraliza por un rato, lo veo tenso y eso hace que sonría con algo de malicia. 

- Me voy a quedar unos días mas aquí.- habla el, le doy un empujoncito cariñoso y a la vez amenazador. 

- Que mi hermana te haya dado una oportunidad mas no significa que le hagas esperar tanto así que ve lo mas pronto posible y hazla feliz. Si descubro que le has hecho daño, juro que vas a pagar!- hablo con seriedad y el asiente con la cabeza muy nervioso. 

- Seria incapaz de hacerle daño.- dice rápidamente y veo como su frente ya comienza a abrillantarse por el sudor. Evito no reír por que al parecer Nicholas ya no es el tipo rudo que era antes o talvez me tiene miedo. 

- Mas te vale- digo y caminamos en silencio hasta llegar a lo que queda de la plaza central. 

Hay un hueco inmenso en lo que era la pileta de la sirena y una parte de las escaleras hacia el castillo ya no existe sin embargo, la parte interior esta en muy buen estado. Caminamos hasta llegar al salón de la puerta dorada. No se quien es esa chica ni tampoco me interesa. Los soldados abren las puertas y Nicholas se despide. Al entrar observo a Leif y Atos hablando con una chica pequeña y rubia que me parece familiar. 

- Leo! en hora buena, Al…Daniela ha venido a verte- dice Leif. 

- Daniela?- pregunto y recuerdo a la muchacha suicida. 

El día de la pelea con Astrid, Vladimir se llevo a Daniela y Lidia fuera del gimnasio, las puso en un lugar seguro y quiso regresar para ayudarnos solo que no lo logro, la intensidad de la flama era tan potente que ni siquiera pudo acercarse sin sentir quemaduras en el cuerpo y quedar malherido e inconciente. 

Al concluir la lucha, regresamos para auxiliar a Lidia y Daniela. Lidia estaba inconciente y Daniela había desaparecido. Nunca la encontramos y para ser sincero prefería quedarme con Alice a estar buscando a una chica que no ama su vida. Y ahora estaba aquí, tenia el cabello suelto que le caía en pequeñas ondas y ya no era blanco sino rubio, vestía un polo blanco y unos jeans. Dejaba ver sus muñecas, ahora si cortes y un rostro mucho mas sano. 

- Hola Leo.- dice ella y me mira a los ojos. 

 (3) La primera vez que la vi tenia los ojos celestes, muy claros. Ahora los tiene de un color caoba que tiene una intensidad inusual, un brillo que muestra a una persona buena y optimista además de muy dulce. No puedo evitar pensar que se parecen mucho a los de Alice. 

- Creo…creo que ellos tienen mucho de que hablar.- dice Atos y Leif asiente con la cabeza. 

- Hablar?- pregunto y no recibo respuesta. Después de que nos han dejado solos me acerco mas a Daniela. Es pequeña me queda casi en la altura de los hombros. La chica no dice nada solo me mira como si fuera el único chico en este planeta. – de que quieres hablar? – pregunto con frialdad y ella suspira. 

- Faride dijo que seria difícil convencerte y Leif pidió que te tuviera paciencia. Te conozco tan bien que se que eres terco y obstinado sin embargo, voy a hacer todo para que me comprendas.- dice ella y yo me quedo en silencio. 

- Que?!- pregunto extrañado y algo molesto- en primer lugar no me conoces, segundo, como sabes de Faride y tercero, quien eres?!– pregunto levantando la voz y algo asustado por que estoy comenzando a captar cada una de sus palabras. 

- Sabes Leo Herion, tenemos muchas cosas de las que hablar.- concluye ella con una semi sonrisa y yo por alguna razón recuerdo la conversación de Rin y Leif antes de que Faride se metiera en la cabeza de Astrid y Rin muriera por la conmoción. 

- Será…será posible?- pregunto sin poder creer lo que esta sucediendo y ella asiente con la cabeza mientras vuelve a sonreír. 


Epilogo 


Lo ultimo que veo es una luz tenue, que poco a poco se va haciendo mas y mas potente a tal punto de segarme. No me siento mal, no me siento triste solo se que voy a ir a un lugar mejor. Talvez estaba esperando esto, saber que todas las personas a las que quiero están bien para que así pueda irme en paz. Trato de recordar a Leo. Su sonrisa, su mirada dura y penetrante y todas las veces que me dijo te amo. 

- Te amo Leo.- pienso y ya no resisto, solo me dejo llevar hasta la luz. 

- En verdad lo amas. Es increíble.- dice Faride, abro los ojos y la veo parada frente a mi, tiene puesto el vestido blanco hasta el suelo que tenia las primeras veces que me visitaba sin embargo, el lugar es completamente diferente, es blanco en su totalidad y no negro. 

- Ahora que he muerto por que no me dejas en paz?- pregunto y las lagrimas comienzan a caer por mis mejillas. Me veo el cuerpo, por primera vez después de mucho, tengo un vestido idéntico al de Faride. 

- Tu madre dijo que no era Dios y efectivamente no lo soy pero puedo hacer algo por ti. Algo mágico.- dice y me sonríe con amabilidad.- jamás lograre disculparme del todo pero quiero darte una segunda oportunidad, si tu quieres. 

- A que te refieres?- pregunto y ella suspira. 

- Estamos a punto de cruzar una puerta que no nos va permitir regresar jamás pero puedo regresarte a un cuerpo, puedo hacer que vivas con lo ultimo que queda de mis dones, si tu me lo permites. 

- Pretendes que ocupe el cuerpo de alguien que esta viviendo, que no quiere morir como yo?- pregunto dolida, ella niega con la cabeza y gira ligeramente el cuerpo. Hay una muchacha rubia, acaba de aparecer detrás de ella y viste igual que nosotras. 

- Ella acaba de quitarse la vida por cuarta vez, quiere venir conmigo pero se que tu no. Cierro los ojos, no es necesario decirle lo que realmente quiero para que ella lo sepa. – Recuerda será difícil convencer a Leo, solo ten fe.- es lo ultimo que dice en una especie de susurro que me arrulla. 

No siento nada, solo se que al abrir los ojos, estoy en un cuarto de hospital, mis muñecas están vendadas y mi cuerpo esta paralizado por un montón de intravenosas que están conectados a mis brazos, tengo un tubo en la garganta que hace que una maquina respire por mi y que no pueda levantarme. Hay un hombre sentado al costado de mi cama y apenas se da cuenta de que he despertado me besa la frente con alegría, agradece a Dios y llama a los doctores. Trato de decirles que quiero que me quiten los tubos y así lo hacen. Los doctores nos dejan solos y apenas lo hacen el hombre comienza a llorar. 

- Ya no voy a hacerlo mas.- es lo primero que se me ocurre decir, el hombre asiente pero no deja de llorar. De seguro es mi padre, me digo a mi misma y le sonrío con cansancio para tranquilizarlo.- juro que no volveré a hacerlo.- repito. 

- Esta vez tu corazón se paralizó Dany, estuviste en coma dos días, pensamos que no despertarías. Entiéndeme que ya no puedo confiar en ti, enserio necesitas ayuda.- concluye el. 

Durante 6 largos meses estuve en un centro de rehabilitación, cada uno de los días pensaba en Leo y pedía a Dios que fuera paciente, que todo esto pasaría y yo regresaría a el y así fue. 

Aun no entiendo lo que pasó, no se porque Faride cambio de esa manera, no se lo que hizo para salvarme, talvez como ella dijo fue magia. Nunca terminare de entender a las personas con dones, siempre te salen con algo nuevo que es inexplicable. Pero me atrevo a decir una cosa ahora, me alegra estar de vuelta y siempre le estaré agradecida. (3) 


"Muchas veces las cosas no terminan como uno quiere. Muchas veces la vida te da sorpresas inesperadas que tienes que saber afrontar, con fuerza y valentía."


Si, así termine Fire girl y se que muchas no esperaban este final y también se que muchas de ustedes puede que, me estén odiando en este instante pero la verdad era el único final que podía ponerle, claro que pudieron haber muchos pero lo cierto es que mi corazón me impedía escribirlos, cada vez que lo hacia sabia que estaba mal y que tan solo tenia que seguir mi instinto y así fue, espero que no me odien tanto como mi hermana, al enterarse de cómo termino la historia , aun que aquí entre nos se que también le gusto ^^. 

Como lo digo cada que termino una historia, es lindo concluir una pero a la vez es muy triste por que una llega a encariñarse con cada uno de sus personajes. En el caso de Fire Girl es aun mas emotivo por que es la primera historia totalmente original que termino y aun que sea tonto no puedo dejar de llorar por que ya no voy a ver a mis personajes nunca mas. Mi único consuelo es que esta historia no será olvidada por que tuvo fabulosas lectoras que la siguieron hasta el final y que escribiré una nueva que me haga sentir como cuando escribí Fire girl. Me despido hasta el siguiente sábado que será cuando les diga que historia escribiré. Gracias por comentar y acompañar a Alice, Lily, David y Leo en todas sus aventuras. Espero hablar pronto con ustedes. 


Saludos, 


Luciana