Capítulo 1

(Capítulo renovado y arreglado)

Entre al nuevo salón de clases, acompañaba con el director del Lycée. Un hombre alto y con el cabello cano. Al entrar todas los jóvenes me miraban extraño, como si fuese un bicho raro. Acaso nunca habían visto una chica como yo? Eso ya no me importaba, hace mucho que me llegaba lo que pensaban los demás. En vez de sentirme cohibida les retuve la mirada, como si fuera superior a ellos, así me sentía en esos momentos.

- Señorita Delaveau, estoy seguro que los alumnos quieren conocerla, por favor preséntese- dijo el director. Pero para que presentarme, si ya todos conocían mi historia? Me pregunte un tanto fastidiada por el hecho de contar mi vida.

- Ok- acepte sin mas- hola, mi nombre es Mía Delaveau Buchelly- dije con un tono pausado mientras observaba cada uno de los rostros.-  tengo 16 años, nací aquí en Paris y me transfirieron del Lycée Henri IV que queda en al otro lado de la ciudad.

- Por que?- pregunto un joven de cabellera oscura que quería hacerse el gracioso. Los demás alumnos comenzaron a hablar por lo bajo, en cuchicheos que deseaba callar con un golpe. Mis manos se hicieron puños, respire profundamente para tranquilizarme y así no lancearme a uno de ellos.

- Por que tenia mala conducta – hable cortante.

- Eh, ej eso ya no importa señorita Mía, sabemos que fue un tropiezo y creo que los demás no querrán saberlo.- lo mire con el seño fruncido, pero si ya todos lo saben. Me dije a mi misma.

- Ok- respondi, sin darle mucha importancia aun que realmente ya estaba fastidiada.

- Bueno, bueno, bienvenida Mía- dijo el profesor, un hombre pequeño y robusto con una calma extraordinariamente pulida y brillante- por favor siéntate al lado de Patrick- dijo señalando al mismo joven que me había preguntado. Suspire. Grandioso, pensé poniendo los ojos en blanco y caminando hasta mi nuevo lugar.

La clase paso muy lento y es que era matemáticas, odiaba ese curso. Papá siempre me había ayudado a practicar y lograr pasar mate por que realmente no era mi fuerte. Ahora que ya no estaba, quien me ayudaría? Me pregunte con tristeza mientras miraba la pizarra sin entender nada.

La campana hizo que regresara en mi y me pare de un brinco, ahora me tocaba química.

- Donde te toca?- Pregunto Patrick

- En el A-15, sabes donde es? – le pregunte ya mas calmada y sin resentimiento alguno.

- Química he, a mi también me toca, vamos juntos?

- Ok- dije de mala gana. No me apetece, quise decir pero preferí callarme.

- Por que te cambiaron?

- Patrick, se que todos en este lycée saben por que estoy aquí. – dije y el muchacho se encogió de hombros.

- Son puros rumores, nada concreto.

- Y que dicen los rumores? Que desde que mi familia murió me he estado portando mal?

- Si, eso dicen

- Pues es verdad y mira Patrick, no es que sea descortés, ni mucho menos maleducada pero no quiero seguir hablando con tigo, adiós- hable y di media vuelta. La verdad es que al tocar ese tema ya no tenia ganas de entrar a clases. Al cuerno con el nuevo Lycée, me iría a casa, no estaba preparada para esto.

Salí corriendo, tome el primer bus que me llevaba a casa. Ya después de media hora de viaje, comencé a calmarme, pensé que seria mejor escuchar música así que prendí mi Ipod, me puse mis audífonos y le puse a todo volumen. Ya tenia que aprender a soportar todo esto, ya había pasado casi dos años, así que era mejor que me fuera acostumbrando, ellos jamás regresarían .

Antes de entrar a mi casa di un gran suspiro y abrí la puerta, si tan solo no hubiera estado tan distraída, me hubiera dado cuenta de que la chapa estaba movida.

Deje mi mochila en la entrada, colgué mi casaca y me dirigí a la cocina, tenia ganas de un Red Bull helado, esa bebida siempre me calmaba y ponía mas alerta además el sabor era delicioso.  Busque en el refrigerador, que por cierto estaba lleno de botellas de ese energizante y ensaladas pre echas. Ya se, me encantaba comer sano. Reí para mis adentros, si mi madre viera esto daría un grito al cielo. Saque una ensalada de palta, tome un Red Bull y me dirigí a la sala para ver televisión.

Al entrar me di cuenta de algo raro, las fotos estaban movidas, mire el sofá de cuero marrón donde mi padre siempre se sentaba, había alguien. El corazón se me acelero, realmente pensé en ese instante que era el…pero no, el estaba muerto.

- Quien eres?- pregunte al mismo instante que hacia que un cuchillo llegara a mi mano

- Soy Mike Clewert- dijo el hombre. Parecía de unos 40 años,  con el cabello oscuro y algo canoso. Se veía muy demacrado, su rostro demostraba noches sin dormir, muchas noches sin dormir.- y tu debes de ser Mía, verdad? – pregunto sin alterarse y cruzo las piernas mientras se agarraba las manos, como si me estuviera examinando.

- Si, que quieres?- pregunte cortante.

- Vengo a ofrecerte una propuesta.- dijo y yo lo mire con el seño fruncido.

- propuesta?- pregunte

- Conozco tu historia.

- Sabrá, que mis padres murieron junto a mis hermanos en un accidente de coche, hace dos años y me dejaron una herencia realmente grande así que no necesito trabajo, además soy una chica de16 años y no soy buena en nada, se lo aseguro.- recite rápidamente.

- Se la verdadera historia señorita Mía. Usted es una experta en matar vampiros y tiene un don realmente interesante- me quede helada, como rayos sabia eso?

- Disculpe señor, de que esta hablando?- pregunte con toda la serenidad que tenia pero lo cierto es que mis manos ya estaban sudando frío.

- No te hagas, se que a tu familia la mataron dos vampiros y tu te vengaste, eres la única persona en toda Europa que ha hecho eso, matar a dos vampiros con tan solo 15 años.- dijo aun asombrado y yo me quede de piedra.

- A sido un golpe de suerte señor, además solo fueron dos y ya estoy retirada de eso. – hable rápidamente con seriedad.

- No te hagas la modesta Mía, tienes un don, puedes hacer que las cosas se muevan solo por que quieres, además no puedes retirarte de eso fácilmente- di un gran suspiro, como diablos el sabia todo esto?

- Que quiere?

En ese momento el hombre se desplomo y la falsa tranquilidad que llevaba en su rostro se desquebrajo mostrando unos ojos vidriosos a punto de llorar.

- Por favor Mía, necesito tu ayuda, una vampiresa también mato a mi familia y no estaré bien hasta que sepa que halla pagado por ello. – dijo con tanta tristeza en la voz que sentí una opresión en el pecho pero aun así quería ser cauta y no me mostré conmovida aun que lo estaba.

- Lo siento, como sucedió?- pregunte algo fría.

- Viajamos a Volterra, por que tenia una importante reunión, mi esposa y mi hijo fueron en un tour para conocer la ciudad, yo me uniría a ellos después de 3 horas, pero llegue tarde. La ultima llamada que recibí- se le resquebrajo la voz, pero continuo después de unos segundos- fue cuando los asesinaban. Una mujer grito el nombre de su asesina en ese instante y hasta ahora no puedo quitármelo de la cabeza.

- Y como sabes que fue ella?

- Dijo: Heidy, mata de una vez a la madre- y después de eso escuche los gritos de mi mujer, suplicando para que no lo hicieran

- Entiendo, entonces se llama Heidy, pero como sabe que es un vampiro?

- Tengo algunos contactos, los mismos que me hablaron de ti.

- O entiendo- hable con extrañeza, quien podía saber de mi?

- Lo harás??- pregunto, pensé un poco y sopese las cosas.

- Sabe, hoy era mi primer día en el lycée pero al diablo con el lycée, prefiero patear traseros de chupas sangres.- dije y le sonreí sin mostrar los dientes. No estaba feliz pero por alguna razón tenia las ganas de que ese hombre se sintiera mas aliviado.

- Gracias, muchas gracias Mía.

- Ya, cuando comienzo y cuanto me pagas, que no arriesgare mi vida gratis.- hable socarronamente. No es que sea convenida, pero no lo haría gratis, era un hecho.

- Te pagare hoy- se apresuro a decir- 6 mil euros, te parece?

- Si, esta bien – hable sin convencerme totalmente.

- Y te iras mañana, ya tengo el pasaje, primera clase.- Lo mire divertida.

-  Así que me tratara como una princesita? – pregunte burlonamente.

- Si, pero eso no es todo, Mía, también quiero que averigües quien fue el que mato a mi hijo.

- Ok, lo haré... espera, hay mas vampiros en ese lugar?

- Si, según lo que averigüé son los que gobiernan Volterra, así que tienes que tener mucho cuidado

- No hay problema, pero, debo de quedarme en algún lugar y todo, usted lo pagara? Por que no voy a vivir en la calle con mi propio dinero.

- Todo esta arreglado, en Volterra hay un internado, queda justo detrás de ese castillo y adivina que, ya estas matriculada.

- Así que ya tenia todo planeado?... Bueno pues, pero sepa que antes de matarla tendré que investigar sobre ella, así que si me tardo no se desespere, cumpliré de todas formas.

- Ok no lo haré y para facilitarte las cosas toma- dijo entregándome un sobre Manila de color amarillo intenso. Al abrirlo, vi fotos y documentos- eso es todo lo que pude investigar, espero que te sirva de algo, hasta pronto Mía.

- Adiós Mike

- Hay, me olvidaba, te deje un regalito allí, también esta el dinero y tu pasaje.- dijo y salio

- Gracias.

En la mesa había dos maletines, al abrir el primero me di cuenta que Mike no mentía, había mucho dinero allí. Pero la verdad, no me intereso mucho. Lo que me preguntaba es como aquel hombre aparentemente normal tenia tanta información, no solo de mi sino de los vampiros. Abrí el otro maletín, en el había un celular, (ultimo modelo claro) tenia el numero de Mike y otros que no sabia de quien eran pero por algo lo habría puesto allí, así que los deje. Vi un folleto que decía “Eton boarding school” y debajo de el un asqueroso uniforme color negro con verde.

- Hay no!! No quiero utilizar uniforme- dije negando con la cabeza. Detesto los uniformes pensé molesta.

Seguí buscando mas cosas, había una libreta en la que decía que me recogerían a las 3 de la mañana por que ese mismo día tenia que entrar a clases. La idea no me entusiasmo en absoluto, pero lo que vi después si. Eran dos dagas, muy delgadas pero también muy filosas. Me encantaba ese tipo aun que también daba algo de miedo por que sabia todo lo que necesitaba, acaso predecía mi futuro? Me pregunte y rei de verdad. Que locura.

Después de un rato, aliste mis maletas, metí todo lo necesario, llame a un cerrajero para que arreglara mi puerta y me dispuse a leer todas las notas que me había dado Mike sobre los Vulturi.

En Volterra

- Señorita Mía Delaveau?? Pregunto un hombre flaco y alto con terno negro y una insignia que decía Eton boarding school.

- Si, mucho gusto – dije mientras jalaba mi carrito con maletas.

- El gusto es mío, me llamo Giampier Arciero y seré el que la lleve al Eton boarding school.- dijo mientras me quitaba el carrito con las maletas.

- Ah ok, de aquí a el colegio, es mucho tiempo? – pregunte observando el aeropuerto y el cielo azul oscuro que se colaba por las ventanas.

- Mas o menos una hora señorita.

- A pues démonos prisa que hoy mismo comienzo las clases.- dije con mas animo, el hombre sonrío ligeramente.

- No se preocupe llegaremos justo para el desayuno.

- Y como son los cuartos, tengo que compartirlos?

- Hay algunos alumnos que comparten, pero ese no es su caso, su padre pidió un cuarto solo para usted.

- Mi padre?- pregunte extrañada

- Si, el señor Mike Delaveau

- A si claro- como dije antes, ese hombre pensaba en todo, como diablos sabia que me gustaba dormir sola? Talvez entendía que así se me haría mas fácil escabullirme y buscar información.

Al llegar al colegio, casi ya amanecía. Vi por la ventanilla  una gran muralla de piedra que se extendía a lo largo de autopista privada. El carro comenzó a doblar a la derecha y fue allí que observe un gran portón de madera de mas de 6 metros de altura, las puertas se abrieron sin que Giampier comunicara nuestra llegada.  El carro avanzó por una pequeña pista, rodeando una zona amplia de hierva muy clara, finamente cortada que brillaba por las gotas del aguacero con los primeros rayos de sol. Al fondo de este había  un castillo medieval de piedra muy bien conservado que supuse era el famoso internado. El auto paro exactamente en la puerta principal. Suspire al instante en que mi estomago rugía, tenia hambre y me preocupaba no tener tiempo para desayunar y ponerme ese estúpido traje de niña buena.

- Señorita, las mucamas la esperan – dijo Giampier al abrirme la puerta del carro.

- Gracias- hable mientras bajaba del auto y veia con mas claridad el hermoso y amplio castillo. Unas 5 mucamas se acercaron a mi y llevaron todas mis cosas. Me condujeron hasta mi habitación por un sin fin de pasillo amoblados con cosas de época como también típicas cosas de un colegio como carteles de eventos deportivos, clases electivas, trofeos en vitrales, etc.  Me explicaron que no habían pabellones exclusivos de chicos y chicas pero que tenia una hora limite para llegar a mi habitación como también un montón de normas que tenia que leer. Preferí asentir con la cabeza como si estuviera atenta pero realmente lo único que hacia era admirar el pasillo de madera y piedra, lo cierto es que el internado era realmente hermoso.

- El desayuno comienza dentro de 1 hora, le recomiendo que llegue temprano, en el velador esta su horario y sus respectivos libros. Espero que le guste Eton boarding school. – dijo una de las mujeres al mostrarme mi habitación.

- Muchas gracias- le di una sonrisa falsa y serré la puerta.

Al ver mi cuarto suspire, parecía el cuarto de la princesa Dalia. No era mi estilo así que me costaría acostumbrarme, pero era realmente grande, estaba dividido en cuatro estancias, el cuarto con la cama, un lugar donde podía hacer tareas, el baño y un balcón que daba a un bosque trasero inmenso. Los colores de sus paredes eran cremas con ligeros toques blancos, las estanterías, muebles y los armarios eran de un tono caoba oscuro. La colcha de la cama al igual que las almohadas eran de un hermoso tono crema, los cuadros eran de época y sus colores no desentonaban en absoluto con la habitación y para finalizar, el baño era totalmente blanco con algunos tonos dorados tanto en las griferías como en el marco del espejo.  Sin contar que también tenia un hermoso baño. Si que Mike había pagado bastante para que me sintiera cómoda y por eso no lo defraudaría aun que repito, este no era mi tipo de cuarto.

Me bañe rápidamente, me arregle un poco y me vestí con el uniforme. Vi mi horario, nada halagador por cierto, hoy me tocaban los cursos mas pesados, física, química, matemáticas y bueno también deporte que en eso si era buena y realmente era un alivio para mi.

Al salir del cuarto me sentí muy cómoda, nadie me veía como en el Lycée, todos hacían lo suyo, nadie posaba sus ojos en mi. Llegue fácilmente al comedor gracias a que las mucamas me mostraron en la mañana como llegar. Era una estancia amplia y con largas mesas de madera. Al fondo había la zona de alimentos en donde ya estaban puestas las cosas para el desayuno. Visualice muy bien la estancia y por fin vi  a los primeros vampiros. Era fácil reconocer a ese tipo de ser, primero por que eran mas blancos de lo normal y tenían una belleza extrema que te daba  la sensación de que no eran de este mundo. Los vampiros que vi tenían los ojos tapados con lentillas de color negro, pero se veía a leguas que el verdadero color era rojo escarlata. La vampireza que estaba mas alejada de mi, era menuda y bajita, talvez de mi tamaño, tenia el cabello rubio trenzado que caía por su costado derecho. Parecía de mi edad, pero vete tu a saber cuantos años realmente tenia. Sentado junto a ella había  un chico, también vampiro, muy guapo. De cabellera castaña, con un flequillo que caía hasta el ras de sus cejas.  El movimiento de sus manos y sus rostros tan serios delataron que discutían. Suspire aun que talvez era muy pronto y el acercamiento a ellos era casi un suicidio tenia que saber de que hablaban.  Saque una bandeja con rapidez, agarre un poco de comida (leche y una barrita de serial) y me senté unos cuantos metros mas a la izquierda. Ellos ni se dieron cuenta y siguieron conversando.

- Maldita sea, no entiendo por que Caius quiere que estemos en este colegio- dijo la joven

- Vamos, no es tan malo, además tenemos una misión recuerda

- Si, pero no asistiendo a clases, podíamos haber pasar de profesores o algo así, hay! Me irrita! – dijo con verdadera furia. Era algo cómico, era tan menuda que no parecía que podía enojarse de esa manera.

- No puedes pasar de profesora Jane, apenas aparentas 16 años y eso..

- Bueno , bueno, talvez si, pero obligarme a estudiar! Eso es el colmo! Es espantoso! – dijo realmente furiosa.

- Vamos, será divertido, no lo crees? Conocer a gente de nuestra edad…

- Si, talvez me divierta un poco con ellos, después de todo, si se me pasa la mano, decimos que se cayó del caballo y ya, verdad?- pregunto con verdadera malicia

- Jane!? – hablo el muchacho y miro al costado de la joven para ver que no había nadie y como yo estaba a su lado no hizo mas que tranquilizarse.

- Alec, sabes que cuando los padres los mandan acá es por que se quieren deshacerse de ellos, así que un peso menos si los matamos no?

En ese momento cometí la estupidez de absorber mi leche, los dos vampiros voltearon y me vieron con fiereza.

- Y tu que escuchas?- pregunto Jane arrogante, por suerte, fui poniendo mis audífonos poco a poco debajo de mi cabellera negra con mi don. – hey tu! me escuchas?- insistió, yo lleve una mano a la oreja y saque mi audífono disimulando.

- Disculpa, me hablas a mi? – le pregunte con el seño fruncido.

- Tenia audífonos Jane- dijo Alec calmándola mientras ella me miraba con antipatía

- O ya veo, pero eso esta prohibido aquí.- hablo con voz acusadora.

- No lo sabia, soy nueva.- dije con una gran sonrisa de chica tonta.

- Nueva?- pregunto Alec y me observo con precisión.

- Si, llegue hace una hora.- hable tratando de ser lo mas amable posible.

- Y ya estas comenzando clases? Que valiente- dijo, aparentemente interesado en mi.

- Si.- conteste cautelosa.

- Alec, vámonos- dijo Jane

- Ya te alcanzo- dijo  sin ni siquiera mirarla, Jane  bufo furiosa.

- Luego no te quejes hermano- dijo entre dientes, mientras tomaba sus cosas y salía de allí.

- Me llamo Alec, mucho gusto- hablo el mientras se deslizaba en la banca y se acercaba mas a mi.

- Hola, yo me llamo Mía Delaveau.

- Mía Delaveau?- ese nombre se me hace conocido

- Así? No pensé que mi nombre era común.- dije algo nerviosa.

- Veo muchas películas, de seguro es de alguna de esas.

- Oo que halago, tengo nombre de actriz- dije con una sonrisa falsa y es que me tenia que ganar su confianza puesto que estaba segura que el era uno de los Vulturis pero me sentía tan estúpida por hablar de esa manera que tenia ganas de vomitar. El río, una risa que parecía de verdad aun que los vampiros suelen mentir, de hecho se les da bien hacer eso.

- Y también tienes la belleza de una.-

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Chicas! espero que les halla gustado el capítulo, recuerden que escribo esta historia por ustedes!

Saludos

Luciana