Hola chicas! primero
decirles que el capitulo de Fire Girl que tanto esperan, llega el miércoles!
lamento la demora, es solo que cada vez que escribo aparece una distracción y
me bloqueo jeje, si me distraigo muy fácil y como es vacaciones y todos mis primos
están en mi casa, bueno es fácil perder la concentración pero a pesar de todo
eso, el capitulo ya esta quedando listo.
Pero esta entrada no es
solo para disculparme sino para decirles que gane un concurso! si!! es de un
blog que aprecio mucho y me encanta llamado Cazadora
Errante así que realmente es un gran honor haber ganado el primer
lugar. Nuevamente, muchas gracias Nessy! y para las otras aquí les dejo el
relato, espero que les agrade y comenten al respecto.
Pandora
Just close your eyes
The sun is going down
You'll be alright
No one can hurt you now
Come morning light
You and I'll be safe and
sound
Safe and
Sound, Taylor Swift
Observe el cielo nocturno, las
luces de un par de reflectores muy potentes proyectaban
hermosas figuras en la inmensa oscuridad. Aun que estábamos realmente
lejos supe enseguida que ya estábamos acercándonos a la fiesta del granero
abandonado. Aquella fiesta que se hacia cada año y solo la gente más exclusiva
y selecta lograba encontrar. Estábamos a punto de conseguirlo, camine más
rápido haciéndome paso entre las largas plantas de maíz que se marchitaban a
cada toque de mis manos.
- ¿Vez
eso?- me pregunto Damian. Sus ojos tan verdes como los de un gato me miraron
con suma intensidad. Asentí con la cabeza y el me sonrío con malicia.
Comenzamos a correr más rápido,
éramos casi imperceptibles en la oscuridad. En pocos minutos ya estábamos a
unos 300 metros del granero, aun ocultos en el maizal. Observe con sumo cuidado
como ya habían muchos autos estacionados por do quier. No era necesario afinar
el oído o el olfato para saber que ese lugar estaba repleto de almas jóvenes,
rebosantes de euforia, presas muy fáciles de cazar, listas para ser devoradas.
- Recuerda
que solo buscas a alguien en especial- hablo Damian al sentir por donde iban
mis pensamientos. Asentí ligeramente mientras volvía a mirar esos ojos tan
hipnotizantes.
Esa era la parte más odiosa de
estar enlazada a otro Crowling, saber que el sentía cada uno de tus
pensamientos como sentimientos desde que fue marcado. Es casi como parte de ti,
una parte muy esencial y eso es lo que molesto tanto.
Observe mi mano izquierda y vi
como la serpiente que me había tatuado con Damian y era el símbolo de nuestra
unión cobraba vida, se teñía de un verde mágico y brillante al igual que
nuestros ojos. Se enrolló en mi dedo índice y fue avanzando por la palma de mi
mano hasta quedarse enrollada en mi muñeca. Observe ahora la palma de mi mano derecha, vi con melancolía
mi marca de nacimiento, un rustico lunar que de alguna manera parecía una
pequeña estrella de David. Cerré la mano rápidamente y vi a Damian. El sonrío mostrando sus dientes
afilados y casi felinos. Pronto observe como sus facciones se hacían menos
perversas. Su cabello de un plomizo verdoso sobrenatural cambiaba a uno
azabache. Un ligero flequillo le comenzó a crecer y tapar ligeramente uno de
sus ojos. El color verde intenso siguió allí, penetrante e hipnotizante. Su
ropaje anticuado fue dando lugar a un polo negro y unos jeans plomos algo
gastados. Lo mire totalmente
sorprendida, él río, una risa gutural, no era humano, no ; y eso era algo que
el no podía ocultar a pesar de bajar la ferocidad de sus facciones y cambiar su
ropa, el no era humano, era un Crowling.
- Trata
de volverte atractiva para los humanos- dijo escupiendo las palabras con asco como
si ese tipo de seres vivientes que nos daban alimento y nos llenaban de fuerza
fueran la cosa más repugnante de este mundo.
- Tengo
entendido lo que tengo que hacer- dije malhumorada y luego me deje llevar.
Sentí la fuerza caliente recorrer
mi columna y desde allí mis extremidades hasta cubrir todo mi cuerpo. Poco a
poco el color de mi cabello que era rojo fuego fue dando lugar a uno totalmente
azabache igual que el de Damian. Era inevitable verme similar a él después de
todo, estábamos unidos por algo más sagrado que la sangre. Mi frente se cubrió
con un cerquillo recto hasta las cejas, el resto de mi cabello solo logro caer
hasta mis hombros, totalmente recto y alisado. Mis ojos verdosos se intensificaron un poco al ser
delineados con negro, los afile hasta que parecieran los de un gato. Mi ropa no
fue muy difícil de crear; un brasier rojo se dejaba ver por los costados de un
top negro que llegaba hasta mi cintura, unos pantalones del mismo color y unas
botas negras. Damian me vio de pies a cabeza como si quisiera devorarme con la
mirada, lanzo un pequeño rugido gutural y me miro con intensidad.
- Si
me gustaran las humanas tu estarías realmente sexy – comento y yo le sonreí con
algo de malicia.
- ¿Si
te gustaran?- pregunte con algo de ironía y el solo se limito a sonreír lleno
de malicia y lujuria.
Sin decirle nada más comencé a
caminar al granero. Al entrar tan solo cerré los ojos y me deje llevar por la
música a todo volumen. Era en vano que buscara a mi primera presa especial con la mirada o el olfato,
sabia muy bien que tan solo lo sentiría. Damian me tomo de la mano.
- ¿Qué
haces? – pregunte al sentir la electricidad punzante entre nuestras palmas
juntas. Me sonrío ligeramente y se
acerco a mi hasta susurrar en mi oído.
- Ves
a todas esas chicas de allí, quiero que se diviertan un poco- dijo refiriéndose
a una docena de muchachas que lo miraban como hipnotizadas.
- Pensé
que no te gustaban las humanas- hable a su oído.
-Y
no lo hacen pero no por eso voy a perder la oportunidad de hacerlas sufrir-
dijo y me atrajo más a él para que comenzáramos a bailar.
La música comenzó a sonar con más
fuerza. Era electrónica pero aun así Damian y yo bailábamos muy pecados, como
si fuéramos uno y la música no tuviera nada que ver con nosotros. Estaba muy
relaja, tanto que comencé a sentir el flujo de energía de aquel ser tan
especial para mi. Abrí los ojos y observe a Damian. Estaba aun con los ojos
cerrados pero los abrió y tomo mi rostro con las dos manos, sentí una ligera
electricidad al contacto con ellas.
- Lo
encontré- susurre y Damian sonrío mientras sus ojos brillaban de malicia.
- Sabia
que lo harías- dijo y unió nuestros labios en un beso tan salvaje que sentí
como toda la gente nos observaba. Sonreí mientras mi ego se iba hasta el cielo.
Me aleje de él y le di un ligero golpecito en la mejilla.
- No
te pases de listo, Damian- hable mientras me alejaba completamente e iba
directo a mi presa.
Camine entre la gente, asiéndome
espacio como podía. Los hombres trataban de acercarse a mi pero tan solo
lanzarles una mirada inquisidora se detenían en seco y volvían a hacer lo de
siempre. Cerré los ojos tratando de guiarme por mis instintos y otra vez sentí
ese flujo de energía tan sutil. El individuo se movía con rapidez hasta que se
quedo quieto. Fue entonces cuando lo vi de espaldas, era un muchacho con un
gran saco negro y el cabello algo enmarañado de color castaño. Estaba apoyado
en el umbral de la gran puerta trasera del granero, con una bebida en la mano,
parecía no darse cuenta de mi y eso me inquietó. Según Damian, mi elegido
sentiría una fuerza de atracción hacia mi como yo hacia el pero entonces ¿por
qué este individuo no se percataba de mi presencia? Camine tranquilamente hacia
él, ya no habría nada que me alejara de mi presa. De aquel ser humano tan
especial para mi que su alma me permitiría tener más fuerza y vitalidad y es
que en el mundo cada Crowling tenia un humano elegido, aquel ser que al
quitarle el alma completabas la tuya.
En ese momento sentí como alguien
me tomaba de la cintura con fuerza. Su asqueroso olor a sudor mezclado con
licor sofoco mis fosas nasales produciendo que hiciera una mueca de asco. El
chico era alto y rubio, muy fortachón para tener solo 17 años. Talvez estaba
muy borracho o se creía muy hermoso como para que no me resistiera pero lo cierto
es que me estaba ya alejando de mi presa. Clave mis uñas en sus brazos que ya
rodeaban mi cintura. Gimió ligeramente y observo mis ojos con odio.
- Hey!
pero que te pasa?- pregunto y su tufo llego hasta mis entrañas.
- Aléjate
de mi- susurre con una voz tan infrahumana que observe como su rostro palidecía
y me soltaba completamente.
Fue en ese momento que observe
como mi presa posaba sus ojos en mi. Se quedo completamente pasmado ¿me abría
escuchado? Lo más probable era que no, que solo hubiese sentido mi presencia
como una gran fuerza magnética por que después de todo era solo un humano y yo
solo había susurrado. Sin poder evitarlo y para no perder más tiempo le sonreí
ligeramente mientras observaba su facciones con precisión. Su rostro, de rasgos
suaves inspiraban confianza a cualquiera. Sus ojos del color de las almendras
parecían brillar en toda esa oscuridad. Aun que su cuerpo era flacucho y se le
notaran ligeramente los huesos del pecho lo cierto es que no se veía nada mal.
Me acerque a el hasta estar al frente suyo atraída por el magnetismo, lo mire y
le sonreí ligeramente. Me miro totalmente extrañado y giro para ver si estaba
alguien detrás suyo.
- ¿Me
sonríes a mi?- pregunto con el seño fruncido y yo asentí con la cabeza.- No
sabia que chicas como tu se acercaran a mi.- hablo y yo ligeramente achine los
ojos.
- ¿A
que te refieres?- pregunte con neutralidad. El negó con la cabeza algo
nervioso.
- No,
no , no….no lo tomes a mal – se escuso- es que las chicas lindas precisamente
no se fijan en alguien como yo- hablo e hizo un ademán con las manos para que
me fijara en su pinta. Sonreí sin poder evitarlo.
- O
comprendo- hable y me acerque mas a el- Entonces ¿no te sientes atractivo?-
pregunte y el se sonrojo ligeramente. En ese instante por un ligero segundo observe
como algo a la altura de su cinturón brillaba. El muchacho se movió
ligeramente, algo incomodo y no me dejo ver más el interior de su saco.
- La
verdad no.- dijo con completa sinceridad y tomo un gran trago de su bebida,
hasta acabarla toda. La dejo en una mesa cercana a la puerta y me observo con
mucha intensidad.- mi nombre es Alexander- dijo con un dejo ruso mientras me
daba la mano.
Titubeé por unos segundos al
comprender que tenia que dar mi mano y que el contacto entre nosotros ya era
inminente. Con ligera timidez (muy extraña en mi) me acerque y le di la mano
derecha. Sentí en ese instante como una oleada de corriente eléctrica recorrió
nuestros cuerpos de pies a cabeza, lo extraño fue que no dolió, era una
sensación calida y hasta placentera. Sin darme cuenta ya había cerrado los ojos
y me dejaba llevar por esa sensación tan extraña y gratificante.
- ¡Concéntrate!-
resonó la voz de Damian furiosa dentro de mi.
Di un ligero respingo y abrí los ojos. No se cuanto tiempo paso
pero lo cierto es que fue como si Alexander hubiese entrado en el mismo transe
que yo y no se hubiera percatado de los minutos que pasaron.
- Pero
que extraño- susurro viendo su mano.
- Estática-
dije rápidamente y sonreí con nerviosismo- y por cierto, mi nombre es Pandora.
En ese instante Alexander levanto
la cabeza. Fue como si al saber mi nombre olvidara completamente lo que paso
unos segundos antes. Su mirada se intensificó, fue como si en ese instante al
fin tuviera su completa atención.
- Un
nombre misterioso para una chica misteriosa- susurro y me sonrío.
Le sonreí de igual manera y sentí
como mi mano ardía ligeramente, la vi de soslayo. La serpiente parecía muy
inquieta, se retorcía ligeramente cosa que Alexander no detectaba por ser solo
un humano.
- ¿Podemos
salir? – pregunte levantando la mirada y limpiándome las palmas de las manos en
mis pantalones. Tratando de que así la serpiente dejara de moverse pero el
hormigueo seguía presente e incesante.- Aquí no escucho nada y realmente tengo
ganas de conversar con alguien que no solo quiera besarme- hable y el rió
mientras salía del granero.
- ¿Como
sabes que no quiero besarte?- se aventuró a preguntar
- Por
que lo veo en tu mirada, eres muy predecible. Esperabas a alguien ¿verdad?-
pregunte y su cuerpo se respingo ligeramente. Pude observar como se ponía tenso
y nervioso. – ¿Cómo se llama?
- Pandora-
contesto y sonrío misteriosamente mientras se adentraba con rapidez al maizal
que rodeaba todo el granero.
Corrí tras el, ya no importaba
que las plantas se marchitaran al tocarlas o que el granero rebosara de gente,
ahora solo importaba mi presa. Mis manos se curvaron formándose filosas garras.
Mi cabello volvió a tener la tonalidad rojo fuego y mi mirada se hizo más
penetrante y atemorizante que nunca al igual que mis facciones. Estaba lista
para mi iniciación. Comencé a correr sin importar que mi velocidad fuera
vertiginosa.
- ¿Alexander?-
pregunte, imitando mi voz humana aun que mi estado ya no era ese. No recibí
respuesta entonces me quede quieta, cerré los ojos y trate de sentir su energía
¿pero donde estaba? Era como si se hubiese esfumado.
- Aquí
estoy- susurro detrás de mi.
Gire con rapidez y lo observe a
los ojos. Su semblante palideció al ver mi nueva forma. Fue en ese instante que
sentí la primera punzada en mi pecho, exactamente en mi corazón ya casi muerto
y podrido por haber pactado con un Crowling ¿pero que sucedía?
Sin darme cuenta ya estaba
caminando hacia el, sedienta del alma de aquel chico que recién había conocido
pero su simple mirada aterrorizada ya trataba de revivir mi corazón corrompido.
- Necesito
besarte- susurre con la voz gutural y lo tome del rostro.
Nuevamente esa punzada en mi corazón,
esta vez más dolorosa que nunca. Grite como si fuera un animal herido y sin
poderlo evitar empuje a Alexander unos cuantos metros, calló de espaldas encima
de los maíces, amortiguando así su caída. No hablaba pero no era necesario, su
respiración agitada y entrecortada, sus pulsaciones a mil por hora y ese sudor frío
recorriendo su espalda me demostraban que estaba aterrado.
- Sal
de aquí- grito la ultima parte humana que me quedaba en mi cuerpo.- Sal de aquí
y por amor a lo que más quieras no gires.- le grite sintiendo la presencia de Damian
muy cerca.
Alexander asintió con la cabeza y
desapareció en la oscuridad de la noche y las sientas de hectáreas de maíz que
nos separaban de la ciudad. Suspire con fuerza y gire para encontrarme con mi verdugo,
Damian.
- ¿!Por
qué!?- grito con impotencia y me agarro de los hombros con fuerza.- ¿!por
qué!?-volvió a gritar y me zarandeó con violencia.
Nuevamente tenia sus facciones
afiladas, las garras y el cabello gris pero esta vez algo en sus ojos
intimidantes y de color verde había cambiado y es que ahora note la decepción en ellos.
- Yo…
yo- tartamudee. No había respuesta para eso y sabia que el no matar a mi primera presa me condenaba a la
muerte.
- ¡Teníamos
todo planeado!- hablo con desesperación en la voz- puedes….puedes matarlo aun,
no debe de estar muy lejos…tu….
- ¡No!-
grite con fuerza y me aleje de Damian.
- ¿Qué?-
pregunto confundido.
- El
es diferente- susurre sin poder mirarlo a los ojos- no se lo que tenia, Damian,
pero el es diferente…
Con un movimiento casi imperceptible
me tomo del cuello y me levanto del suelo clavándome las garras hasta hacerme
daño.
- ¿Solo
10 minutos y te enamoraste de ese humano? ¿Y nosotros qué?- pregunto con la voz
ronca, inhumana. Sus ojos llenos de rabia brillaron mientras ajustaba más sus
manos en mi cuello. Trate de hablar, trate de gritar pero lo único que salía de
mi boca eran ligeros gemidos de dolor.
- ¡Déjala
en paz!- grito Alexander.
Y todo ocurrió tan rápido y sin
poderlo evitarlo. Vi como un haz de luz azul se acercaba peligrosamente a mi
rostro pero inesperadamente fue a parar al brazo de Damian haciendo que su piel
se quemara al contacto y al fin soltara mi cuello. Damian grito lleno de rabia y
dolor, yo caí al suelo sin tener fuerza alguna para levantarme y sentí como la
serpiente en mi mano se retorcía quemando todo mi brazo, si herían a Damian
también me herían a mi. Grite de dolor tomando mi brazo con fuerza como si así
pudiera parar el dolor que tenia pero fue inevitable, como también el que
perdiera la conciencia en medio de esa pelea.
- ¿Y no te asusta mi apariencia?- pregunto
Damian con su verdadero rostro. Increíblemente no me daba miedo es más, me parecía
más encantador que nunca. Negué con la cabeza y abrase su cuerpo.
- Lo que me asusta es lo que va pasar ahora-
susurre apoyada en su pecho
quieto.
- Tu eres mi elegida Pam, tengo que matarte.-
dijo con tristeza. Me aleje de el y lo mire con lagrimas en los ojos.
- ¿No hay otra manera de terminar esto?-
pregunte suplicante mientras Damian me agarraba de los cintura y me apegaba a él.
Se acerco a mi oído con mucho cuidado.
- ¿Me amas?- pregunto y yo me quede paralizada
por unos segundos. Sin pensarlo dos veces conteste con la verdad.
- Si.
- ¿Harías cualquier cosa por mi?
- Si- susurre nuevamente como si estuviera hipnotizada
por esos ojos verdes tan intensos.
- Déjame tatuarte, deja que seas parte de mi
como yo de ti y seguirás viva.- susurro.
- ¿Pero?- pregunte y me aleje para verle el
rostro.
- No será como humana Pam, sino como una Crowling.
– hablo y yo suspire.
- ¿Va doler?
- Si y tendrás que comer lo mismo que yo, tu corazón
dejara de latir y…
- No importa- dije negando con la cabeza para
no escuchar más y aforrándome a él con mis brazos- con tal de estar con tigo
para siempre, lo haré, haría todo por que te amo.
- No será tan fácil Pam, recuerda que los
Crowling no sienten amor.
Pero aun así te enamoraste de mi, Damian. Aun así me protegiste de ti,
me diste una segunda oportunidad ¿Y ahora qué? ¿Por qué no me estabas
protegiendo en estos momentos? Talvez… talvez era mi turno de salvarte.
Me obligue a abrir los ojos. Lo primero que observe fue el cielo
oscuro alumbrado por los reflectores del granero. Estaba tendida en medio del maizal.
Mi mano aun me ardía con mucha intensidad, trate de verla y lo que observe a
pesar de la oscuridad me aterrorizo. La serpiente poco a poco se iba
consumiendo en un fuego verdoso que ardía como los mil demonios. Grite con
fuerza y me levante, Damian estaba en peligro, no había tiempo que perder. Me
pare como pude y observe por primera vez desde que había recuperado la
consciencia la pelea que se estaba librando en el maizal. Damian saltaba de un
lado a otro con una rapidez inhumana pero algo torpe por la herida que le había
producido esa espada brillante en una de las manos y quien sabe que otras
heridas más. Alexander lo perseguía con mucha gracilidad, su rapidez era
sorprendente. ¿Qué es lo que era?
Debido a la pelea en el que
estaban enfrascados ninguno de los dos se dio cuenta de que ya estaba consiente
o talvez Damian si pero no me presto atención alguna.
- Te
amo- pensé con todas mis fuerzas para que el me leyera el pensamiento y comencé
a correr hacia Alexander.
No obtuve respuesta pero no me
importo, estaba en falta con él y trataría de compensarle. A pesar de todo el
dolor que sentía me abalancé a Alexander he hice que cayera al suelo, arrojando
su espada lejos de él.
- ¡Qué
haces!- grito él mientras yo le rugía y trataba de apresarlo con mis piernas y
brazos.
- Te
dije que escaparas y no miraras atrás- hable con la voz gutural.
- Tenia
que salvarte, vine a protegerte. Eras tu a la que en verdad buscaba…- hablo
pero yo ya estaba muy cerca de su boca. Lista para succionar su alma a pesar
del dolor que sentía en el pecho por estar tan cerca de el.
- Yo
no necesito ser salvada, elegí este camino- hable con la voz nuevamente humana.
- Pero
no debió de ser así- contesto y vi como su mirada ya estaba resignada a la
muerte.
Acerque mis labios a él y poco a
poco le di el beso de la muerte. Aquel beso que succionaría toda su vitalidad. Sentí
como cada bocanada me hacia más fuerte, mi mano izquierda ya no me dolía en
absoluto pero en la derecha comenzaba a sentir una sensación extraña, como si
mi mano se congelara a cada segundo. Mi corazón comenzó a latir desenfrenado
hasta que poco a poco fue cediendo dolorosamente y después de unos segundo se
quedó completamente quieto. Al concluir de succionar la sensaciones desaparecieron
y vi como poco a poco los ojos de Alexander se iban cerrando. Las palmas de sus
manos se abrieron y fue entonces cuando vi la misma estrella de David marcada
en su palma derecha. Me quede estupefacta y quieta por unos segundos ¿Qué
significaba aquello?
No se cuanto tiempo pase en ese
estado, casi siempre perdida la noción del tiempo ahora que no envejecía.
Levante ligeramente la cabeza y observe el alba morado con tonalidades rojizas. Me pare y observe mi mano con la serpiente
ahora quieta, había regresado a su tonalidad habitual, ya no amenazaba con irse.
Vi mi mano derecha y note como la estrella se hizo más uniforme y oscura.
Suspire con fuerza ¿qué significaba esto?
Gire para observar a Damian, estaba
parado ahora frente a mi. Nos quedamos en silencio, sin saber como actuar. Su
mano herida estaba oculta por las sombras del maizal igual que la mitad de su
cuerpo, me pregunte con miedo si es que la había perdido. El negó con la cabeza
al leer mis pensamientos.
- Solo
esta algo chamuscada- hablo con una ligera sonrisa.
Vi sus dientes puntiagudos, su
cabello plomo verdoso, su piel ensangrentada y esos ojos verdes que me habían
cautivado desde el principio y supe que había tomado la decisión correcta.
Camine hacia él con cuidado,
observando solo sus ojos y tratando de descifrar si seguía tan molesto con migo
como para matarme. Nuevamente leyó mis pensamientos, acorto el espacio entre
nosotros y en vez de posicionar sus manos en mi cuello me abrazo con fuerza.
- Pam,
un día te dije que los Crowling no podían amar- hablo sin mirarme a los ojos.-
te mentí al igual que tu iniciación.- Sonreí complacida y vi de soslayo el
cuerpo inerte de Alexander.
- Ahora
que tenemos todo el tiempo del mundo puedes decirme la verdad.- hable mientras
buscaba su mirada.
- Cada
cierto tiempo los Crowlings tienen que alimentarse de seres diferentes a los
humanos para seguir con vitalidad.
- ¿Seres
como Alexander?- pregunte y Damian asintió.
- Tu
eras uno de esos seres especiales Pam, pero yo no pude…no pude matarte, eras
tan perfecta que hacerlo hubiera significado mi condena. Por eso te pedí que te
convirtieras. No pensé en las consecuencias que produciría convertir a alguien
como tu.- negué con la cabeza.
- No
importa.
-¡No
entiendes, personas como Alexander siempre nos perseguirán! – hablo exaltado.-
y lo peor es que siempre te sentirás atraída a ellos.
Me aleje de él y suspire mientras
veía el sol salir, entrelacé nuestros dedos. Sentí su palma ensangrentada chocar con la mía, esa extraña
electricidad dolorosa pero ahora gratificante recorrió nuestros cuerpos. Me apoyé
ligeramente en su hombro y por primera vez después de mucho tiempo me sentí
protegida.
- Lo
superaremos juntos Damian. Solo prométeme que no te separas de mi y que no volverás
ha hacer lo que hiciste- hable y sentí ligeramente las heridas que me habían
hechos sus garras.
- Lo
prometo. – hablo y nos miramos a los ojos por un minuto interminable.
Estoy segura que al matar a
Alexander me estaba condenando a
ser perseguida por esos seres extraños pero no importaba, lo único que
importaba ahora es que estaría al lado de Damian y que nada nos separaría. No
se lo que nos depare el destino desde hoy para adelante, talvez muera en el
intento de tener una vida con Damian pero lo cierto es que ya no importaba solo
importa él, esa mirada tan verde y penetrante que siempre hacia que me olvidara
de todo y las ganas de tener una vida feliz.
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Por cierto, tengo problemas con blogger, alguien más tiene problemas?
Lu