[...]
Sentí como la flecha me atravesaba el hombro por completo y a pesar de que estaba de rodillas, el golpe fue tal que caí encima de Alice. Maldije por lo bajo mientras observaba a Vlas de reojo. La ultima vez que lo había visto, era un pequeño niño rubio con una fea cicatriz en el rostro. Ahora era un hombre musculoso con la misma cicatriz, un tanto más pequeña. Y esta vez en sus ojos no veía amabilidad como antes, sino odio y rencor hacia mi. No lo culpaba, pero tampoco dejaría que nos matara por saldar la muerte de Shulen.
- Estas bien?- pregunto Alice en un susurro. Estaba asustada y en ese segundo vi cuan vulnerable era ella.
- Si estoy bien- dije con rabia en la voz- necesito fuego- hable y tome su mano con fuerza. Alice me miro algo asustada y sorprendida a la vez.- ahora!- insistí.
Vi el rostro de Alice, más asustado y casi pálido como el papel, no le quedaba mucho tiempo sino hacíamos algo con esa herida. Con la poca fuerza que le quedaba prendió una ligera llama en su mano. No tarde ni un segundo en tomarla y lanzársela a Vlad que ya estaba alistando otra flecha al ver que no estaba muerta. Le cayó justo en la mano que sostenía el arco haciendo que este cayera al suelo. Me levante del suelo y mi mirada se hizo fría, sentí como todos mis músculos se tensaban, estaba lista.
- Vlad, Vlad, Vlad. No has cambiado en nada, verdad?- pregunte con la voz segura y con la frialdad que siempre utilizaba al tratar a esa gente.
Vlad me miro algo extrañado. De seguro habría pensado que como mostré debilidad al principio, yo seria una presa fácil pero estaba completamente equivocado. Sentí como por todo mi cuerpo recorría el calor inminente del fuego azul de Alice que había activado la esencia. Ardía más de lo debido pero era por que ella me odiaba y todo ese odio se reflejaba en su fuego y ahora en mi. Me volvía fuerte pero el sentimiento del odio también me hacia sentir extraña. Con la rabia que tenia contenida dentro, arranque de un solo movimiento parte de la flecha, dejando solo la parte de la punta que salía por detrás de mi espalda.
- Siempre fuiste el más débil, veo que aun lo eres a pesar de que tu cuerpo demuestre otra cosa- dije y una sonrisa retorcida apareció en mi rostro mientras me disponía a prender otra flama en la mano.
- Contrólate- me hablo Alexander.
- Estoy controlado- masculle y le lanceé una bola de fuego a Vlad que esquivo por poco.
Vlad no era tonto después de todo. Sacó en un segundo una ballesta que tenia en la espalda y sin miramientos la disparo. Sentí como la estaca se introducía en mi piel, esta vez en mi brazo derecho. No pude evitar lanzar un pequeño grito de dolor al darme cuenta que mi hueso se había fracturado por lo brutal del golpe.
- Vas a morir hoy, traidora!- grito con fuerza. Sonreí al darme cuenta que en la estancia ya no estábamos solos.
- El que morirá hoy serás tu- hable con total certeza al instante en que Sebastian atravesaba la espalda de Vlad con un cuchillo cubierto de fuego azul. El muchacho me miro una vez más.
- Ella era tu amiga- fueron sus ultimas palabras antes de caer al suelo sin vida. Me tambaleé llena de dolor y de tristeza.
El día en el que mi madre murió, no sabia a donde ir, estaba aterrada por todo lo que me había dicho, por que ya no tenia su protección y me tendría que hacer cargo de mi hermana menor. Solo tenia 12 años, que podía hacer yo?
Salí corriendo al bosque. Quería escapar, perderme dentro de el y desaparecer para siempre, olvidarme de todos y todo. Me escondí dentro de un tronco viejo. La lluvia comenzó a caer pero yo solo me quede allí, en silencio, dejando que las lagrimas recorrieran mi rostro. Ya era de noche, escuchaba a mucha gente gritar mi nombre a lo lejos pero yo no quería salir de allí.
- Te encontré!- dijo una niña con la piel tostada. Parecía feliz por haberlo hecho. Al ver mi rostro tan demacrado su semblante también se puso triste.- tranquila, no se lo diré a nadie- dijo en un susurro y se sentó a mi lado. Me abrazo con todas las fuerzas que pudo.
- Shulen, se que tu también perdiste a tus papás hace unos años. Que se siente?- le pregunte en un susurro.
- Dolor, tanto que piensas que te quebraras y nunca mas podrás reponerte.- hablo ella con tranquilidad.
- Te has curado de eso?- pregunte al darme cuenta que sentía exactamente lo mismo. Ella negó con la cabeza.
- No, pero se que lo lograremos algún día. Fuerza Sofi yo se que tu eres fuerte.- hablo y me beso la frente.
Ese día no regresamos a casa. Shulen me llevo a la ciudad, nos perdimos por las callecillas empedradas, éramos solo dos niñas agarradas de la mando, viendo la ciudad de una forma diferente, de una forma normal. En un momento me mostró un lugar en donde hacían tatuajes. Vi el rostro de Shulen brillar al ver lo hermoso que eran y supe que tenia en mente algo para las dos.
- Si podemos soportar ese dolor- hablo señalando la tienda- podremos soportar todo lo que venga de aquí en adelante.- dijo cada una de esas palabras sin soltarme la mano y por primera vez después de mucho tiempo sonreí y supe que lo superaríamos juntas.
Al caer casi inconciente por lo doloroso que había sido ese recuerdo, y la perdida de sangre, sentí que las manos de Sebastian me agarraban.
- Vas a estar bien- me susurro al oído y yo asentí levemente. Aun que jamás lo estaría, había matado a la chica que me salvo de una vida llena de tristeza y con su vida, se me iba la esperanza de ser feliz con alguien nuevamente. Había tomado la decisión de alejarme de Leo para siempre, había salvado a Alice.
[...]
- Hola- hablo una muchacha de cabellera blanca.
Yo estaba casi ida. Después de ver como mataban a Vlas ya ni siquiera podía mantener los ojos abiertos sin sentirme cansada y adolorida. No se como lograron sacarme de allí o talvez no me sacaron sino seguía adentro pero lo cierto es que ahora había una tenue luz que nos iluminaba.- gracias por venir a salvarme- dijo nuevamente la muchacha
- Tu...tu eras la de la voz?- pregunte en susurro al no saber quienes estaban en la habitación. La muchacha se encogió de hombros y asintió con la cabeza.
- No quise que pasaras un mal rato, es solo que estaba desesperada- hablo y me tomo la mano- te prometo que lo solucionare- dijo y una sonrisa que calmo ligeramente mi alma se dibujo en su rostro.
- Donde estamos?
- Solo debes de saber que estamos seguros- hablo la voz de Milos
- Por el momento…- corrigió Sebastian, entonces observe a mis costados.
Era una habitación pequeña. Lo primero que vi es que Milos estaba parado frente a la puerta, con las manos encendidas en llamas azules, listo para atacar. Caí en la cuenta que yo estaba en una cama, supongo que era la cama de aquella mujer. Trate de buscar con la mirada a mi hermano y lo encontré para mi mala suerte, agarrando a Sofía con una delicadeza que nunca había visto jamás, la tomaba en sus brazos para que ella no se cayera y le susurraba cosas al oído intangibles para mi. La rabia se apodero nuevamente de mi ser, como era posible que después de Leo ahora quería capturar a mi hermano?
- Ella no lo hace queriendo- dijo la muchacha de cabellera blanca.- tiene la necesidad de estar al lado de ese muchacho rubio por que en su venas corre la esencia de este.
- Que?- le pregunte en un susurro y ella me guiño el ojo
- Yo no dije nada- hablo y me acaricio la frente.- ya te sientes mejor?- pregunto y yo la mire algo extrañada.
Había sido todo parte de mi imaginación? Luego instintivamente y a pesar de lo que acaba
de pasar, toque mi tórax, la parte del tajo ya no dolía tanto y es mas, ya no sangraba.
- Que has hecho?- le pregunte asombrada y trate de recostarme pero la muchacha me detuvo.
- La he curado pero no puedes moverte mucho por ahora.
- Has hecho lo mismo con Sofía?- pregunte y ella se encogió ligeramente de hombros. No me había dado cuenta pero era tan joven como Jena o talvez tenia unos años mas pero no pasaba de los 25. Tenia unos lindos ojos plomizos, unas prominentes ojeras y el rostro algo enrojecido, talvez porque había llorado.
- No puede por que yo soy inmune.- dijo Sofía con la voz rasposa desde donde estaba.
- Tiene sangre de hija de la luna en las venas, eso la vuelve inmune a mi. En cambio tu, eres una hibrida lo cual me facilita las cosas.
- No entiendo bien- dije con toda sinceridad, la cabeza ya me estaba dando vueltas- y a todo esto que hacemos aquí?
- Esperamos a que Sofi logre tener la fuerza para salir caminando, igual que tu.- hablo Sebastian. Sofi? Me pregunte con molestia. Ahora le decía Sofi? Esta bien, talvez estaba siendo inmadura y no estaba reconociendo el simple hecho de que Sofia me había salvado la vida pero desde cuando había este lazo tan extraño entre ellos dos?
- Deberías de calmarte. Creo que no ganas nada guardando todo ese rencor hacia ella- dijo la muchacha de cabellera blanca y en ese momento me di cuenta que no lo habia hablado.
- Como puedes hacer eso?- pregunte en un susurro. – solo los hijos de Fleaur pueden hacer eso. – la muchacha sonrío.
- No saben muchas cosas de nosotros, en verdad casi no saben nada de mi raza.- dijo nuevamente sin mover los labios.
- Como te llamas?
- Pensé que nunca lo preguntarías- dijo esta vez en voz alta- mi nombre es Eve
- (I-vi) y estoy en deuda con tigo.
- Porque? Sino hice mas que estorbar.
- Estorbar?- pregunto Sofía.- nos trajiste aquí. Si no te hubiéramos perseguido, jamás la hubiéramos encontrado a ella.- hablo y en ese instante cai en la cuenta de que Leo no estaba alli presente.
- Leo…- susurre- donde esta Leo?- pregunte algo mas alterada. Los nervios se apoderaron de mi, estaba bien? Le había pasado algo? Por que no había venido hasta ahora?
- Se separo de mi al escuchar la voz de su padre- hablo Sofía y la misma preocupación que yo sentía se reflejo en su rostro. – tenemos que ir a buscarlo, debe de estar en peligro!- dijo exaltada y trato de moverse pero Sebastian se lo impidió.
- Estas mal, no creo que puedas ayudarlo- hablo Sebastian con seriedad.
- Es que no entiendes?- pregunto ella y se separo de Sebastian con brusquedad.- si la salve a ella fue para que el fuera feliz, no puedo dejarlo morir allí!
[…]
- Si, si puedes- dijo una voz en mi cabeza. Mire a Alexander con rapidez y el se encogió de hombros.
- Yo no fui, fue ella- dijo señalando a Eve.
- Que quieres decir?- pregunto en silencio, mirando solo sus ojos plomizos que aun que parecían inofensivos, tenían una intensidad que daba miedo.
- No estarás completa hasta que toda su esencia te pertenezca. Tiene que morir como los otros- dijo en mi mente con total calma. Negué rotundamente con la cabeza.
- Jamás!- le dije furiosa y salí de allí con rapidez antes que Sebastian me detuviera de nuevo.
Ya todo estaba lleno de un espeso humo que no me dejaba respirar con normalidad. Como pude logré subir al primer piso y comencé a buscar el lugar en donde me había separado de Leo. Llegue a una puerta grande de acero. Supuse que era el salón principal por que era imponente y diferente a las demás. Al tocarla un dolor recorrió mis dedos, estaba calientísima. Rápidamente entre a pesar del dolor que producía el contacto con este. Necesitaba ver lo que ocurría adentro. Al entrar me sorprendió ver toda la estancia encendida en llamas. El calor que emanaba era casi insoportable y el humo era tan denso que ni siquiera podía ver con normalidad pero si logre escuchar lo que ocurría allí.
- Jamás fuiste digno de mi!- dijo un hombre con la voz glaciar. Comencé a buscarlo con la mirada y observe a Leo de espaldas a mi y un hombre, supuse que era Jonathan por su gran parecido frente a el. - hicieras lo que hicieras jamás tuviste mi cariño Leo y nunca lo tendrás, traidor!
- El traidor fuiste tu!- grito Leo con la voz llena de rabia mezclada con dolor- dejaste a mi madre, inventaste mentiras y ahora también dejas a la madre de David? Que poco hombre que eres!- Jonathan sonrío al escuchar esas palabras como si hubiera escuchado un chiste o algo así.
- Es la primera vez que me hablas sin ser cobarde, es la primera vez que me faltas el respeto y aun me retienes la mirada. Lastima que sea la ultima…
En ese instante sin poder hacer nada vi como Jonathan le lanzaba un lengüetazo de fuego tan largo y delgado que lo enrosco en el cuerpo de Leo. El grito de dolor y yo no pude evitar lanzar un alarido de terror. Jonatan y Leo rápidamente dirigieron su mirada a mi. Yo me quede por un instante paralizada, ese hombre me recordaba a mi padre y ese hecho me daba terror. De repente ya no me sentía nada segura y mis piernas temblaban.
- Y tu quien eres?- pregunto y con un ligero movimiento de la mano hizo que el látigo de fuego se enrollara mas en Leo haciendo que lanzara un grito desgarrador.
- Suéltalo!- dije con la voz temblorosa y aun sin fuerzas suficientes para luchar. El hombre me miro algo entretenido y se acerco a mi.
- Sofi vete!- logro gritar Leo
- Tu te callas!- dijo su padre y ajusto el látigo.
- SOFIA, me suena ese nombre pero no se de donde. Dime, que eres?- pregunto y se acercó mas a mi.
- No te acerques- dije y acerque mi mano hasta una madera que se estaba quemando. Sentí un ardor tremendo en mis heridas pero lo soporte y le lanceé una llamarada de fuego azul verdoso. El chasqueo la lengua algo molesto.
- Mala decisión- dijo con calma y en tan solo un abrir y cerrar de ojos vi como con su mano libre creaba otro látigo de fuego y me enrollaba en el. Grite de dolor y caí de rodillas también. Jonathan rió nuevamente.- son patéticos.
- Déjalos ya!- grito la vos de Alice detrás de mi. Vi como la mirada de Jonathan se clavaba en sus ojos.
- Así que tu eres la muchacha, aquella que hizo que mi hijo se perdiera mas de lo que ya estaba. – hablo al reconocerla- me han hablado de ti. Hija de la gran Fox- dijo y una risa burlona le ilumino el rostro.- no me digas que me vas a matar con eso- hablo.
Ligeramente gire el rostro para ver que Alice tenia mi arco y una flecha apuntando justo al corazón de Jonathan. La flecha tenia un hermoso fuego azulado y rojizo muy extraño en la punta.
- Suéltalos- exigió Alice con frialdad como jamás la había escuchado. Con tanta seguridad que en verdad parecía que lo iba a hacerlo. Pero yo sabia muy bien que Alice no podría matar a nadie, en ese sentido era muy débil.
- Tus ojos me dicen que no eres como tu madre. Créeme no me mataras, no puedes- hablo y apretó mas los látigos haciendo que Leo y yo gritáramos de dolor. Sentía a cada segundo como el fuego atravesaba mi ropa y quemaba mi piel.
- Lo lamento Leo- susurro y en ese preciso instante lanzo la flecha que atravesó el pecho de su padre.
Me quede atónita, simplemente no podía creer que lo hubiera hecho. Poco a poco sentí como el fuego iba desapareciendo de mi cuerpo, antes de que me desvaneciera por completo, sentí las frías manos de Sebastian tomarme entre brazos.
- Has cometido una locura- susurro pero ya no quise decir nada.
Vi como Alice corría hacia Leo y lo tomaba en brazos como debía de ser. Enterré mi rostro en el pecho de Sebastian para no ver aquella escena.
- Espero que jamás revivas basura- dijo con completo odio Eve.
- Que no…que no es el padre de Yue?- pregunto algo desconcertado Milos
- Así que la llaman Yue- respondió con la voz dulce Eve al referirse a su hija- pues no, el no es su padre, es más el mato al padre de YUE- dijo y le dio otra patada al cuerpo sin vida.
[…]
El enojo, la rabia y odio se me habían ido en un minuto al comprender que Leo podía estar en peligro. Al ver la extraña reacción de Sofía y la mirada cómplice de Eve supe que me quedaba poco tiempo y salí detrás de Sofía apenas pude.
Me había llenado de fuerzas al matar al padre de Leo, solo ver que podía morir me hizo estar mas segura que nunca, olvidar todos los miedos y centrarme en clavar la flecha en el corazón de Jonathan. No perdería otra vez a Leo, a pesar de todo lo que me había hecho y a pesar de las consecuencias que traería matar a su padre, me arriesgaría por él.
Ahora lo tenia en brazos, con el cuerpo quemado, ya casi sin fuerzas y solo le rogaba a lo más sagrado que no me lo quitara.
- No te me vallas por favor, no me dejes otra vez- dije entre lagrimas
- No lo haré - hablo Leo con la voz rasposa y tomo mi mano.- perdón, yo debí…
- Shuuu no digas nada ahora. Guarda tus fuerzas- susurre y le acaricie la mejilla con tristeza.
Después de eso todo paso muy rápido. Los soldados sobrevivientes de Sofía vinieron y nos ayudaron a salir con ayuda de mi madre que por suerte había salido casi ilesa de todo esto. De los 12 del escuadrón Fénix solo 6 lograron morir y los otros 6 escaparon. De los 200 hombres al mando de Jonathan no se sabe cuantos lograron sobrevivir y escapar pero lo cierto es que habían arrasado con casi todos. Mientras que de nuestro bando lamentablemente Erik junto a todos los hombre a su poder habían fallecido en la batalla.
El regreso a casa fue silencioso. Díganme loca o lo que quieran pero apenas supe que Leo estaba bien me aleje de él y me resguarde en los brazos de Fox. Todo el viaje fue terrible para mi, ya regresaban los recuerdos de la matanza, del beso. Al cerrar los ojos lo primero que veía era el beso de Sofía y Leo y enseguida venían los recuerdos de la muerte de Jonathan. Y aun que era cierto que no me arrepentía de ello, sentí un sentimiento extraño, algo así como remordimiento. Talvez esa no había sido la manera adecuada.
El encontró de Yue y Eve fue muy emotivo. La sonrisa de las dos no desapareció nunca al estar juntas. Y aun que sabíamos que ya estábamos cerca de cumplir nuestra meta final, todos teníamos nuestros propios problemas y eso no nos dejaba estar contentos ni ligeramente en paz.
- Podemos hablar? – pregunto Leo después de unos días en los que solo me oculte en mi habitación para no encontrar a su familia.
Su rostro aun tenia algunas heridas y estaba conciente de que le habían roto 3 costillas y tenia quemaduras por todas partes sin embargo, había venido todos los días desde que podía ponerse en pie para hablar con migo y en ninguno le había contestado. Pero hoy era diferente, ya tenia las fuerzas suficientes para hablar con el y aun que no estaba segura de mantenerme siempre fría, sabia que era mejor hacerlo ahora.
- Pasa- dije y el entro rápidamente y cerro la puerta. Se quedo allí parado, mirándome a los ojos sin saber que decir o como actuar. – Que es lo que querías decirme?
- Yo te amo…- estuvo a punto de hablar más y preferí pararlo en seco. Antes de que dijera cualquier escusa tenia que saber algo importante.
- Antes que digas más quiero preguntarte una cosa- hable y el asintió con la cabeza.- porque si me amas, si ya me tenias aquí con tigo, decidiste estar con ella?- le pregunte y las lagrimas se acumularon en mis ojos. Espere paciente su respuesta pero lo había agarrado en frío, eso no se lo espera y como tal no sabia que responder.
- Siento algo por Sofía. – concluyo al fin- No se lo que es ni puedo explicarlo, pero tengo la necesidad de saber que esta bien, que es feliz y a veces… a veces confundo las cosas y creo que seria mejor estar con ella.
- Entonces es eso? Ahora me dejaras por ella??- pregunte con el seño fruncido y Leo me miro con seriedad. Negó con la cabeza después de un rato.
- No, por que como lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo a ti te amo Alice y a ella no.
- Entonces ya entiendo - hable al ver claramente la respuesta en sus ojos- ella despierta ese Leo que ya no esta con migo verdad? El que me besaba hasta sacarme el aire, como si fuera el ultimo beso…- dije y se me resquebrajo la voz al recordar todo lo que había pasado con el.
- Que?! no…
- Si Leo y no trates de negarlo por que yo lo siento. Siento que el Leo que esta aquí, no es el mismo del que me enamore. Es un Leo que ya no reconozco, que solo vive para hacerme daño y ya estoy cansada de eso…
- Por favor no lo digas….yo prometo…-trató de hablar desesperadamente pero yo negué con la cabeza tajantemente.
- Basta de promesas que no vas a cumplir. Si sientes algo tan fuerte por ella, tan fuerte que hace salir al verdadero Leo pues …- se me resquebrajo la voz por lo que estaba a punto de decir pero tenia que hacerlo por el bien de los dos.- quédate con ella.- susurre al fin- y si no es así, y si en verdad me amas como dices, quédate con migo pero…pero no caigas de nuevo por que no volverás a tenerme. – Leo me miro un instante y sentí que era un segundo interminable.
- No te voy a dejar nunca- susurro y se acercó a mi. Las lagrimas comenzaron a caer por mi rostro por que lamentablemente sabia lo que vendría a continuación.
- Entonces dame tiempo para sanar- susurre y el se quedo quieto otra vez.- si es eso verdad…que no me dejaras nunca… Pues espera a que este lista, a que pueda confiar de nuevo en ti.
[…]
Estaba en la cama. Aun no me había recuperado del todo y tampoco tenia fuerzas para nada. Abrí los ojos con cuidado y vi que una mano fría rodeaba la mía. Sebastian estaba allí y no se había movido desde que habíamos llegado y le habían curado las heridas.
- Por que haces esto?- le susurre y el levanto el rostro para verme
- Hacer que?
- No te hagas el tonto, darme tanta atención? Ser tan amable…
- No lo se, talvez es por que me has salvado la vida…
- Yo no he hecho tal cosa- dije frunciendo ligeramente el seño
- Salvaste a mi hermana y demostraste la persona hermosa que puedes llegar a ser. Por eso estaré eternamente agradecido Sofía.- cerré los ojos sin mucha fuerza.
- Solo no te enamores, cometerías un grave error- susurre adormilada.
- Aceptare las consecuencias- hablo y los dos nos quedamos en silencio.
Era lindo, si y tierno y talvez en una vida paralela hubiésemos sido la perfecta pareja feliz pero lo cierto es que yo ya tenia otros planes y en ellos nadie podía estar involucrado excepto yo.
Hola chicas, bueno el capitulo no ha estado muy lindo que digamos pero lo cierto es que Alice ya tenia que poner en su lugar a Leo ^^ y lo bueno es que ya lo hizo! Logro poner la razón antes que al corazón xD. Por otro lado, espero que no se estén confundiendo con tantos nuevos nombres, para ayudarlas un poco, la foto de Eve y la de Vladimir (que es el otro soldado) ya están puestas. No pongo la de Erik, Shulen o el padre de Leo por que ya murieron y no vienen al caso. Y para finalizar les diré que publicare apenas vea 10 capítulos así me dan algo de tiempo xD.
Lu.