sábado, 22 de octubre de 2011

Capitulo 33 - Fire Girl


- Enserio quieres probar?- pregunto con un rostro pícaro. Yo asentí con la cabeza y me senté en la hamaca.
- Me vas ha enseñar o ya te achicaste?- pregunte con dureza.

Siempre ponía la dureza como un campo de fuerza cuando tenia miedo y ahora lo tenia, un poco talvez pero lo tenia y una vocecilla dentro de mi me decía una y otra vez que lo que estaba a punto de hacer era totalmente estúpido aun que solo sean cigarros.

- Solo quiero advertirte que estos no son los normales ok –dijo el y se sentó a mi costado.
- A que te refieres con eso.
- Son hechas de flores secas de Ignibus.
- Ignibus significa incendio en latín- dije en un susurro tratando de reconocer ese nombre. Abrí los ojos como platos al recordarlas.- Son como un tipo de marihuana pero mucho mas fuerte, para que nos haga efecto!- hable rápidamente y me quede en silencio. Que estaba a punto de hacer?
- Exacto por eso las fumo aquí y no adentro. Aun quieres?- pregunto y me puso el cigarrillo en la cara.

Ahora que lo veía bien era algo rustico por que lo había hecho Nicholas. De el emanaba un olor muy dulce pero a la vez algo acido y refrescante. Lo tome entre los dedos y mire los ojos de Nicholas.

- Soy la primera que traes aquí o siempre traes a tus amigas?- le pregunte con recelo, el me miro algo confundido. – contesta.
- Eres la primera- dijo rápidamente y acerco su rostro mas a mi- y podrías ser la única.- hablo mientras cogía el encendedor y lo prendía con rapidez, parecía algo impaciente. le di el cigarrillo algo nerviosa para que el lo prendiera.
- No te pasara nada, yo estaré aquí- dijo y me sonrío ligeramente.

“Exactamente eso era lo que me preocupaba” pensé, no estaba haciendo bien, era una estupidez pero aun así quería hacerlo, quería que él me tomara enserio, que no solo me viera como una niña. Lo quería a él y si tenia que hacer esto para gustarle lo haría a pesar de que era una locura. Tome el cigarrillo entre mis dedos, ahora estaba prendido. Estuve a punto de inhalar cuando se escucharon sonidos en el bosque. En menos de 10 segundos apareció una chica. Su piel era muy clara, tenia los labios pintados de rojo fuerte y el cabello negro recogido en una coleta despeinada, vestía totalmente desaliñada, parecía recién levantada de la cama pero con un estilo algo roquero.

- Oye Nick pásame uno pues!- dijo refiriéndose al cigarrillo, supongo por que había sentido el olor dulzón a metros de distancia. Lo dijo tan rápido que ni siquiera se percatado de mi. Nicholas se quedo en silencio y la chica recién me miro.- Oh mierda! Así que si iba enserio lo de corromper a la hermana de Leo, estas loco! Quieres que te despedace vivo no?!- pregunto divertida. Al parecer estaba tan borracha o drogada que no se daba cuenta de lo que en verdad decía.

Mire a Nicholas con frialdad absoluta, las lagrimas no querían salir se secaron, no había lagrimas solo odio hacia el, había sido una completa estúpida. La frialdad me cubrió por completo, como siempre solía hacer cuando alguien me hería.

- Así que corromperme?- pregunte con frialdad mientras me paraba. Tome el cigarro en mis manos y lo estruje para que el fuego prendiera mi llama. Al principio sentí un ardor tremendo pero no me importo, era el castigo que merecía por ser tan ingenua.
- Déjame explicarte, Dariana no sabe lo que dice, esta muy drogada- hablo el mientras se paraba y trataba de acercarse a mi. Mi mano prendida en llamas hizo que el parara en seco.
- No te me acerques Nicholas- dije con la mano apuntando a su pecho.- confíe en ti, pensé que eras mi amigo, pero todo era un simple juego no?
- No, Lily…
- Cállate!- le grite. Hice una bola más grande de fuego en mi mano y en vez de lanzársela a el, la lance a su pequeño escondite de cigarros y licor. El licor hizo que el fuego se expandiera con tal violencia y rapidez que ocurrió una pequeña explosión que nos hizo caer al suelo a los tres.
- No!!!- grito Nicholas con fuerza y me miro con odio, tanto odio que me dio miedo.- me las vas a pagar mocosa!- grito.

Salí corriendo de allí, deje a Dariana llorando y riendo como una desquiciada y a Nicholas tratando de sacar lo que quedaba de su preciosa Ignibus. En ese momento no me importo mi pie ni nada, solo quería entrar a la urbe y estar segura. Cuando estaba ya por la mitad del camino las lagrimas comenzaron a caer sin cesar. Había sido tan tonta. Escuche alguien correr tras de mi, me asuste al pensar que podía ser Nicholas, trate de correr mas rápido pero el pie me lo impidió, sentí como unos brazos fríos me rodeaban por la cintura. Patalee y grite tratando de safarme como si la vida se me fuera en ello.
- Shuu cállate Lilian te van a oír- dijo Josep y me llevo hacia unos matorrales.

Existieron unos minutos de tensión en los que los dos nos quedamos escondidos y en silencio hasta que paso primero Dariana a tal velocidad que supe que era una hija de Fleaur, 5 minutos después paso Nicholas, parecía muy molesto, al parecer no había logrado salvar nada, lo único que había logrado era mancharse la ropa.

- Josep?- susurre después de que ellos dos desaparecieron en el bosque.
- Lamento que te pasara esto…trate de advertirte- hablo el algo nervioso.
- Viste todo?- susurre y el asintió con la cabeza.- como…como sabias que estaría aquí?- Josep suspiro y me miro a los ojos.
- Conozco a Nicholas desde hace mucho. Dariana, Nicholas y otros cuatro muchachos pertenecen a un grupo, lo llaman el circulo y hacen cosas estúpidas como estas.
- También perteneces a ese circulo verdad? Por eso sabias donde estaba, por que eso dijiste que no me acercara a Nicholas, por que sabias sus intenciones, tu también eras parte de esto!- dije y cada vez mi voz fue subiendo de tono y trate de alejarme de el. El me tomo de la muñeca he hizo que me quedara quieta.
- No pertenezco a ese grupo, jamás quise o querré hacerlo.
- Entonces? Como sabias todo eso?
- Mi hermano perteneció al circulo, antes de morir el era el líder es por eso que todos me tienen un cariño significativo y me tienen cierta confianza con migo. Apenas llegaste y estabas inconciente por los sedantes mi padre me dejo con tigo para protegerte y fue allí cuando escuche todo lo que Nicholas planeaba. Trate de advertirte pero eres tan necia!- suspire y me deje caer en la hierva. Josep soltó mi mano y también se hecho a mi costado, mirando el cielo igual que yo. En ese momento solo quería que la tierra me tragara.
- Soy una estúpida- dije con completa certeza
- No, no lo eres. Solo eres una niña.
- No, no lo soy!- dije molesta
- Entonces eres muy ingenua- concluyó él sin mirarme.


[…]

Abrí los ojos y vi a Leo apoyando la cabeza en mi regazo, se había quedado dormido. Observe la habitación un poco desorientada, era un cuarto de hospital, como cualquier otro, blanco y lleno de maquinas solo que este tenia a un costado una gran ventana con las persianas cerradas. Vi mis manos, tenia una intravenosa en la mano derecha y un oximetro de pulso en el dedo índice de la mano izquierda. Vi a Leo con mas precisión, estaba sentado en un sillón y por eso tenia medio cuerpo en la cama, trate de acercarme pero sentí como unos tubos en mis orificios nasales me lo impedían ligeramente. “Así que también tenia un respirador” me dije mientras trataba de recordar que es lo que había sucedido.

- Leo- susurre al recordar completamente todo – Leo- volví a decir con mas fuerza mientras le acariciaba la cabeza.
- Ali?- pregunto el repentinamente – hay, por fin despertaste- dijo mientras me tomaba de la mano con suavidad y le daba un ligero beso justo debajo de la intravenosa. Le sonreí ligeramente.
- Por favor, dime que no estoy embarazada- dije rápidamente y la angustia se reflejo en sus ojos igual que en los míos. – después de unos segundos negó con la cabeza.
- Aun no saben lo que tienes, han descartado el embarazo y las enfermedades humanas, dicen que quizás…- se quedo en silencio, su mirada era de profunda preocupación
- Quizás que?- pregunte rápidamente
- Quizás tienes alguna enfermedad de nuestra raza Ali.- dijo al fin
- Y eso es muy malo?- pregunte pero el no contesto- Leo!- volví a insistir- por favor dime, que creen que tengo.
- Chailleadh – concluyo y yo lo mire confundida – es la enfermedad que afecta los dones, existe una perdida progresiva, es poco común ya que solo afecta a los híbridos y tu…y tu tienes algunos síntomas: los desmayos, mareos, perdida de la memoria….-me quede en silencio y las lagrimas comenzaron a caer por mi rostro. Ahora entendía por que no recordaba mis visiones, era esto. Leo me abraso con fuerza pero con sumo cuidado como si me fuera a romper.
- Si pierdo mis dones- sollocé en su oído- moriré verdad?- pregunte y Leo me abrazo con más fuerza como si me fuera a ir si me soltaba un poco, sentí su dolor y su angustia en cada latido de su corazón, en mi piel, en su piel y en sus ojos azules. Tan solo verlo así me partía el alma, pensar que lo dejaría solo me asustaba más que la propia enfermedad.
- No pienses en eso, aun nada esta dicho!- dijo rápidamente- tienes más síntomas y no concuerdan con esa enfermedad - hablo mientras se alejaba de mi y se paraba a mi costado.
- Cuales?
- Los múltiples moretones- dijo y me destapo ligeramente las piernas. Tenia un sinfín de hematomas igual que mis brazos, todos de diferentes tonalidades que iban de morado a verde.
- Pero que rayos- dije algo asustada.
- Me preguntaron si te pegaba o si te habías caído varias veces.
- No me caí y tu no me pegas- dije rápidamente
- Lo se.- hablo el y se sentó nuevamente en el sillón
- Cuanto tiempo ha pasado?- pregunte después de un prolongado silencio.
- Has estado inconciente casi todo el día- hablo el con tristeza. Suspire con fuerza.
- Mi hermano, tus primas, que paso con ellos?
- Eso no importa ahora!-grito Leo cargado de impotencia.

Di un ligero respingo en la cama por el susto que me había pegado su repentina voz elevada y al darse cuenta de lo que había hecho me miro en silencio.

- Lo…lo siento- dijo rápidamente y ya no soporto mas.

El Leo fuerte que había conocido toda mi vida se resquebrajo frente a mis ojos y comenzó a llorar, unas cuantas lagrimas cayeron por sus mejillas, cada lagrima significaba para mi una apuñalada en el corazón. Apoyó su rostro en sus manos y trato de secarse las lagrimas con rapidez.

- Lo lamento, no debí de resquebrajarme así- hablo rápidamente.

Las lagrimas ya habían vuelto a caer por mis mejillas no por el hecho de que talvez moriría pronto, llena de dolor y confusión sino por el hecho de que dejaría a Leo solo en este mundo, por que al fin todo estaba tomando sentido y tenia que ocurrirme a mi. Lloraba de impotencia, de dolor, de miedo.

- Ven aquí- le susurre mientras me hacia a un costado para que se echara a mi lado.
- Ali…- dijo el negando con la cabeza.
- Lo único que necesito ahora es tenerte a mi lado para saber que siempre estaremos juntos- susurre. Los ojos de Leo se volvieron brillantes pero aguanto las lagrimas, se puso a mi costado y beso mis labios con delicadeza.
- Te amo- susurro mientras acariciaba mi rostro- más que a mi vida, más a que a todo, te amo.- volvió a decir.
- Y yo a ti- dije, me apegue más a su pecho y comencé a llorar, se que el también lo hacia pero no dijimos nada y así nos quedamos dormidos.

[…]

Escuche que alguien tocaba la puerta y aclaraba su garganta. Abrí los ojos con cautela y solo vi a Ali muy cerca a mi, durmiendo, tan frágil y hermosa como siempre solo que ahora tenia esa tonalidad pálida en su piel que me asustaba tanto y las ojeras moradas que demostraban que no había parado de llorar hasta quedarse dormida y que algo en su frágil cuerpo estaba mal. Vi la puerta de la habitación, allí parado estaba el doctor Mark.

- Leon- dijo el hombre de cabello cano y mirada dura. Vestía como todo doctor una bata blanca y tenia como siempre una cruz en el cuello, de madera y no de metal como se solía utilizar en las batallas.
- Doctor Mark- dije mientras me paraba de la cama con sumo cuidado para no despertar a Alice.
- Podemos hablar afuera?-pregunto el hombre y yo asentí con la cabeza, me puse las zapatillas con rapidez y lo seguí en silencio.
- Alguna novedad?- pregunte apenas salimos de la habitación. El hombre negó con la cabeza.
- Descartamos todas las enfermedades de nuestra raza, solo nos falta descartar la enfermedad Chailleadh pero sabes que para eso ella debe de estar conciente. – asentí con la cabeza, me habían explicado el procedimiento de ese examen un día antes.
- La despierto?
- Si, hacer esa prueba dura horas y los resultados suelen salir en 3 o 4 días así que quisiera hacerlo rápido.- asentí con la cabeza, estaba apunto de entrar a la habitación cuando me di la vuelta.
- Doctor Mark! Los moretones? aun no saben que son?- el hombre negó con la cabeza.
- Es como si su cuerpo se rehusara a estar infectado por algo que le esta haciendo daño pero no sabemos que. – asentí con la cabeza y entre nuevamente a la habitación.

[…]


Estaba en mi habitación, echado en la cama observando el techo de madera, esperando a que Sebastian o alguien me llamara para que hiciera algo bueno en la vida o me dijeran alguna novedad de Alice pero nada.
Antes, hace ya mucho, cuando aun vivía en la urbe con mi madre ella me había alentado tantas veces para que estudiara en la universidad. Derecho, eso quería pero ahora era un sueño casi imposible, por que las personas de esta urbe creían que nosotros nos limitábamos mucho al tratar de parecer humanos normales pero que pasaba si yo quería ser alguien así? No me culpen, mi madre me habia enseñado desde pequeño que eso era lo mejor, ser un humano normal y no un Anastie. Ahora no se que creer, solo se que aun no encuentro un lugar en el que encaje.

Las puertas de mi habitación se abrieron y Lidia entro con rapidez.

- Valla!- dijo ella con algo de sorpresa- pensé que jamás te encontraría, este lugar es tan grande.

La observe estupefacto, ya no llevaba el traje negro y ajustado, ahora tenia puesto un vestido celeste agua que caía hasta sus rodillas, no llevaba chaqueta y sus hombros estaba desnudos. Era como si estuviera en un típico día de primavera solo que en este caso estábamos casi por los 6 o 8 grados, pero era una Anastie y eso no importaba mucho. Ese era un punto que nos diferenciaba a los dos, ella estaba orgullosa de serlo y yo…y yo aun no sabia que sentía por serlo.

- Que haces aquí?- le pregunte mientras me sentaba y la observaba con más detalle

No la había visto desde que tenia 14 que fue el momento en que nos separaron, pero la verdad es que seguía igual, tan hermosa como siempre, tan Lidia, perfecta y la vez simple, callada pero con el carácter fuerte, sincera y amable en fin Lidia. Y aun que no había perdido el contacto con ella por las cartas que nos mandábamos ocasionalmente, hace más de un año que no sabia como estaba.

- No puedo venir a visitarte? No tuvimos tiempo de hablar ayer por la tensión que se vivía en ese momento y has estado algo….escondido.- contesto ella y sin permiso se sentó a mi costado.- que ha sucedido con esa chica?
- Alice? Esta enferma por eso me he mantenido pendiente de ella.
- Alice…- susurro.- no es la misma de la que me hablabas en tus cartas?- pregunto con algo de sorpresa.- la muchacha de la cual estabas tan enamorado? Por la que sentías cosas iguales o más fuertes que las que sentiste por mi…- culmino en un ligero susurro.
- Es ella.
- Y ahora esta con Leo! pero que descaro!- dijo algo furioso
- Ellos se aman Lidia y yo ya no ciento nada por ella, es como mi hermana.
- Aja, si claro.- dijo sin creerme
- Es la verdad y si quieres no me creas- dije algo malhumorado. Puse mis manos detrás de mi cabeza y me eché en la cama, solo quería ver nuevamente el techo y que Lidia entendiera que no estaba de humor para hablar con nadie.
- Que sientes por mi David?- pregunto mientras se apoyaba en mi pecho. Abrí los ojos y vi su rostro a centímetros del mío.- ya perdiste los sentimientos que tenias por mi igual que por Alice?

Me quede en completo silencio. Las puertas de mi habitación se abrieron nuevamente, gire el rostro con rapidez para ver quien era.
- Hay perdón, no sabia que estabas ocupado- dijo Eve con Yue en sus brazos y cerro la puerta con rapidez.
- Mierda! Eve espera!- hable rápidamente, me levante con rapidez y Lidia cayó a un costado de mi cama.

Por ese minuto no me importó nada, solo Eve y la impresión que se debía de haber llevado por lo que acaba de ver.

- Eve!- dije al salir de la habitación. Ella aun estaba parada al costado de mi puerta. Apoyada a la pared, solo veía a Yue entre sus brazos. Me miro con esos hermosos ojos y su rostro algo ruborizado.
- Pero que vergüenza, debí de tocar la puerta, lo lamento David.- dijo rápidamente, negué con la cabeza enérgicamente
- No pasa nada
- Malogre tu momento…- susurro aun llena de vergüenza
- No malograste nada por que no pasaba nada.
- Pero…
- No se lo que Lidia trataba de hacer en ese momento pero yo no estaba enterado de nada - dije y le sonreí ligeramente a lo que ella también sonrío- para que venias?
- Yue acaba de decir “mamá”- dijo con un brillo de felicidad en los ojos, hace mucho que no la había visto tan contenta. Le sonreí aun más y acaricie la cabecita de Yue, segundos después le di un ligero beso en la frente.
- Es estupendo Eve! Te dije que tarde o temprano lo haría- hable con alegría
- Si lo se por eso vine apenas lo dijo, quería que fueras el primero en saberlo aun que no sea gran cosa para otros pero…- le acaricie el rostro sin poder evitarlo.
- Para mi es muy importante, gracias.- ella asintió con la cabeza y luego miro detrás de mi hombro.
- Ve hablar con ella, ya nos veremos en el almuerzo- hablo y dio media vuelta. Gire para ver a Lidia saliendo por mi puerta. “Mierda, me fregué” pensé mientras ella me miraba con total frialdad.

[…]


Leo me había dicho que para la prueba de Chailleadh tenia que estar despierta, primero por que tenían que hacer exámenes con mi fuego control y para eso no podía estar inconciente y dos, me tenían que sacar muestras de la medula ósea y tenia que estar conciente para que no hubiera peligro de prenderme en llamas por el dolor.

Las horas pasaron y con ellas las pruebas mas difíciles. El hospital de la urbe esta muy bien equipado, lleno de instrumentales creados especialmente para los de nuestra raza, sin embargo eso no impedía que cada prueba doliera menos que la anterior. Ahora estaba sentada en una camilla, esperando a que me penetraran con la aguja en la medula.

- respira profundo- hablo la enfermera.
- Dolerá?- pregunte aun que ya sabia la respuesta, la mujer no respondió- es igual o peor que cuando lo hacen con los humanos?- pregunte nuevamente
- Peor- concluyo ella- ahora respire profundo y por favor no se mueva.
- Esta bien- hable y respire profundamente. Sentí como un pinchazo que ardía entraba dentro de mi. Era como si me estuvieran abriendo por dentro. Cerré los ojos con fuerza y me aferre de la camilla para no caer.
- Hay- se me escapo mientras las lagrimas caían por mis mejillas.
- Respira, ya casi termina- hablo la mujer.
- No, no termina - dijo otra voz de mujer, algo en ella me parecía tan conocida pero no recordaba quien era. Solo podía estar segura de algo, no era Sofía pero la voz le pertenecía a alguien joven.
- A que te refieres?- pregunte en mi subconsciente. Era como si ya no estuviera en la habitación del hospital, ni siquiera sentía la aguja clavada en mi espalda. Vi mi cuerpo, estaba parada y completamente desnuda en un lugar totalmente negro.
- A que recién empieza, es tu destino – dijo la voz femenina y apareció ante mi.

La muchacha tenia el cabello suelto y hasta la barbilla, de color rubio tendiendo a blanco, su piel era tan blanca como un papel, sus ojos grandes y dorados muy parecidos a la miel más dulce que había visto, pero me miraban con tonta tristeza que dolía. Tenia un vestido blanco, ceñido a su cuerpo pero lo que mas resaltaba en ella eran sus manos, tenían un fuego que cambiaba de azul a rojo con rapidez y también a un extraño color transparente que parecía agua que tuviera vida propia como el fuego.

- Quien eres? Que quieres de mi!- pregunte con lagrimas en los ojos, el hecho de que ella estuviera allí me acongojaba y aun no sabia la razón.
- Mi nombre no importa ahora, solo lo que pasara desde este momento en adelante.- dijo con calma- prepárate Alice por que toda tu vida cambiara. Tienes que ser fuerte, no importa lo que dejes atrás, todo sacrificio abra servido de algo.
- No entiendo a que te refieres.
- Ha que te he elegido Alice, pronto lo entenderás…

[…]

- Cuanto tiempo más nos esconderemos aquí?- pregunto Jessie impaciente
- Cuanto tiempo sea necesario- hablo Jocelyn
- Parecemos ratas!- se quejo Jessie

La alcantarilla era húmeda y fría, tenia ratas por doquier y eso a Jessie le incomodaba tanto, había pasado de ser una soldado fiel a la urbe a ser la fiel de una loca. Scarlett había perdido los cabales después de el incendio que causo en el refugio de Fox y ahora solo se guiaban por sus locas visiones de que la acción estaría centrada en la urbe de los Incidere Parvati pero eso a nadie le constaba. Aun así como llegaron allí y se escondieron en las alcantarillas de la ciudad para no ser vistas hasta que Scarlett tuviera otra visión y viera que es lo que podían hacer.

- Si nos entregamos ahora podemos echarle toda la culpa a ella- hablo Jessie tan desesperado como jamás había estado. Se sentía sucia, ya no se reconocía y solo quería que todo terminara pronto aun que eso significara entregarse y vivir en una celda el resto de su vida.
- Estas loca!- susurro Jocelyn
- Nadie me va traicionar- hablo Scarlett que aparecía entre las sombras detrás de Jocelyn. Estaba completamente despeinada, tan flaca que parecía anoréxica, con sus pómulos salidos igual que sus omoplatos.
- Entiende Scarlett si seguimos aquí moriremos de hambre, ya se nos van a acabar la comida, por lo menos afuera tendremos que comer y una buena cama, hasta nos podrían perdonar la vida!
- Nadie les perdonara la vida- dijo una voz detrás de Jessie.
- Que?- pregunto Jessie. La sangre se le helo tan solo escuchar esa voz, giro la cabeza para ver quien estaba pero ya era demasiado tarde.

El ser de capa oscura la tomo del cuello con sus manos enguantadas y con un doblez certero le rompió el cuello. El cuerpo de Jessie cayó sin vida al suelo, Jocelyn grito de horror, observo a ese ser que tenia una mascara negra y estaba tapado de la punta de la cabeza hasta los pies.

- Eres la siguiente- susurro.

Jocelyn no tuvo ni tiempo de prender su fuego con el encendedor. Aquel ser se le acerco con una daga en la mano y se la metió directamente al corazón. Para cuando el cuerpo de Jocelyn choco el suelo, Scarlett ya tenia las manos prendidas en fuego casi amarillo por que no tenia muchas fuerzas.

- No te me acerques- grito y trato de retroceder unos pasos.
- No lo haré- respondió el ser de negro y con un rápido movimiento le lanzo una bola de fuego azul a los ojos de Scarlett. Scarlett grito con fuerza, el fuego consumió todo por dentro dejándola con las cuencas de los ojos vacíos y con una expresión de dolor y terror permanente en el rostro.


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Hola! Espero que les guste el capitulo y las nuevas fotos de los personajes :) al fin encontré a la perfecta Yue, estoy tan feliz por eso ^^.

Lu

Pdt: COMENTEN y voten en la pregunta que publique al costado con completa honestidad.

viernes, 14 de octubre de 2011

Capitulo 32 - Fire Girl



- Te gusto?- pregunto mientras se aclaraba la garganta y fruncía el seño como si estuviera nervioso. Negó con la cabeza y me tomo la mano con sumo cuidado. – Lilian lo que te voy a decir es la verdad- dijo y comencé a preocuparme, saque la mano rápidamente y lo mire a los ojos con total neutralidad.
- El hecho que me gustes como amigo no significa que me gustes de otra manera- dije tratando de que sonara realista. El suspiro de alivio y me sonrío ligeramente.
- Que bueno- dijo mientras sonreía más, me abrasó por la cintura y comenzábamos a caminar de nuevo- a nadie le conviene enamorarse de mi. Sabes que quiero a todas pero no me gusta involucrarme con nadie en especial, supongo que ya te habrás dado cuenta de eso.
- Si que si- dije tratando de mostrarme animosa.- espero que…- suspire y lo mire a los ojos- espero que tu no busques algo así con migo- dije tímidamente y tan nerviosa que las manos me sudaban.
- Como así?
- A que solo sea tu juguetito como las otras- hable y me mordí el labio mientras veía sus ojos con mucha precisión. Sonrío y otra vez se vio radiante solo que su sonrisa se trasformo en una risotada y eso si que me molesto, puse cara de pocos amigos- de que te ríes?- pregunte indignada
- Hay Lilian las cosas que dicen me hacen reír, eres una niña no te podría hacer eso.- dijo el. Me quede paralizada, el siguió caminando y al darse cuenta que no lo seguía volteo a verme.
- No soy una niña y detesto que digan eso de mi- hable con frialdad.
- Eso es lo que me encanta de ti, tu carácter fuerte. Por eso me caes bien, por eso me gusta hablar con tigo.
- Vaya…- dije aun molesta.
- Además- dijo mientras me tomaba de la cintura y me atraía ligeramente hacia él – seria imposible tener algo con tigo, simplemente tus hermanos me acabarían destrozando- dijo con la voz ronca.
- Pero ellos no interesan- susurre mientras me acercaba un poco más a él.
- Claro que no interesan por que tu has dicho que no te gusto como algo más sino solo como un amigo- concluyo y una sonrisa se le escapo del rostro mientras a mi me dejaba sin palabras- ahora si, vasta de charlas extrañas, podemos ir al lugar que te quiero llevar?- pregunto y yo asentí.

“Pero que imbécil que soy” pensé con rabia, todo por no decir la verdad, todo por fingir que no pasa nada. Sonaron tres fuertes campanazos, las tías de Leo habían llegado pero yo no tenia nada que hacer con ellas así que le sonreí ligeramente y seguí caminando junto a él.

[…]

- Leo, como es tu prima?- pregunte un tanto recelosa. Leo sonrío ampliamente
- No quiero que te pongas celosa ahora- dijo el con total calma
- No son celos, solo curiosidad- dije y sonreí
- A ver mmm- comenzó a recordar- siempre andaba con dos trencitas, casi nunca se soltaba el cabello que era de la misma tonalidad del mío- dijo señalando su cabeza.- utilizaba brackets, recuerdo que un día nos atraca…- se callo al darse cuenta de lo que estaba diciendo. Negó con la cabeza y evito pensar en ello- creo que eso es todo. A y tenia acne, en la frente mas que todo por eso utilizaba cerquillo.
- Es normal que la gente tenga acne a esa edad- dije con neutralidad
- Si supongo, yo jamás tuve- dijo con una sonrisa superior.

Comenzamos a caminar por los pasillos lo más rápido que pudimos en completo silencio. Después de esa pequeña conversación Leo no me soltó en ningún instante la mano, sabia que eso le daba seguridad así que tampoco se la solté.

Nosotros vivíamos en la zona sur, donde estaba una de las 4 puertas. La forma de la urbe era circular y esta estaba rodeada de una gran muralla casi impenetrable. Digo casi, por que el lado norte tenia un gran río que llegaba hasta el castillo principal y era considerado como la cuarta puerta. La urbe se separaba en 4 grandes pabellones que simbolizaban los cuatro elementos(fuego, agua, tierra, aire). Mi pabellón (zona sur) era conocido como el pabellón de fuego y tenia un gran dragón en su plazoleta de rozas. El lado oeste, conocido como el pabellón del elemento tierra tenia un una plazoleta llena de arbustos muy verdes con florecillas amarillas y en el centro había una gran pileta con un Ents en el centro, vigilante y sonriente siempre. El lado este era del elemento aire, sus flores lilas rodeaban a una hermosa pileta con un hada en el centro, muy seria y vigilante. Al norte de la urbe estaba la plaza central, mucho más grande que las otras, era la que pertenecía al gran castillo, tenia una gran pileta con a una hermosa sirena de cristal que sonreía como si estuviese viva. En aquel castillo tan grande vivían los sacerdotes que se encargaban de liderar toda este lugar. Es allí donde nos dirigíamos por que allí se reunirían todos para los acuerdos. Allí estaba mi madre, en una de las dos torres y también estaba la prima de Leo. Caminamos hasta llegar a la gran plaza donde ya había gente que se acercaba a ver quien había llegado, los únicos que quedaban eran los soldados de esa corte que tenían sus capas granates. Sin ni siquiera saludar subimos la gradería hasta la puerta principal y nos encontramos con dos soldados, nos saludaron con la cabeza y pasamos sin ningún inconveniente. Los pasillos del castillo eran tan grandes y altos que podía escuchar el eco del resonar de mis zapatos. Me estaba poniendo nerviosa, en general este lugar siempre me ponía nerviosa pero era más ahora que conocería a Aurora y a las tías de Leo.

- Llegan algo tarde- dijo David que nos sonreía ligeramente. – Ya entraron hace un rato.

Parecía triste, más de lo normal y al igual que Sebastian esperaban pacientes detrás de la puerta de los tronos. Una gran puerta dorada, llena de escritos en idiomas ya extintos.

- Lo siento, tuve que explicarle primero- dijo Leo y me sonrío ligeramente
- Explicarle que?- pregunto Sebastian
- Que ya no hay más secretos entre nosotros- dije y mire a mi hermano con severidad para que ya no preguntara más.
- Oh! Entiendo…- dijo el y se quedo en silencio
- Cuanto tiempo llevan esperando?- pregunto Leo
- Tan solo 15 minutos- dijo David
- Creemos que hablan sobre mamá- dijo Sebastian y suspiro.- mamá es el problema, muchos quieren que ella muera para poder consolidar las alianzas. – dijo con seriedad. Negué con la cabeza.
- Eso no puede ser posible Sebastian, se que Fox hizo muchas cosas pero también ayudo a terminar con los cazadores. – hable rápidamente
- Lo se Alice pero ellas no quieren, recuerda que mamá mato a muchos de su urbe…
- Voy a entrar! Tenemos que hablar con ellos!- dijo Leo y me solto pero Sebastian se lo impidió poniéndose delante de la puerta.
- Eso seria una impertinencia, los dos sabemos que no deberías de hacerlo y que solo complicaría más las cosas- hablo con total seriedad. Leo bufo mientras yo le tomaba nuevamente de la mano para que se tranquilizara.
- Todo va a estar bien, no creo que Víctor o Atos se pongan del lado de tus tías- dije refiriéndome a dos de los 6 lideres monjes que gobernaban toda la cede.

Víctor era el líder mayor y la persona más sabia que había conocido en mi vida, era un hijo de Fleaur y se había encargado de criar a mi hermano cuando mi madre se lo dejo de pequeño así que el la defendería por que le guardaba un gran cariño a Sebastian y Atos era el monje más joven de todos pero no por ello menos sabio, tenia la mente abierta así que fue uno de los que defendió a Sofía cuando ella escapo y gracias a el no la buscaron más y fue también quien le dio una habitación acogedora a mi madre a pesar de todo lo que se le acusaba.

- Tu no sabes como son ellas- dijo Leo con la voz seca- lo hago por el bien de tu mamá Ali, tenemos que hablar con ellos para que ni se les ocurra tocar a Fox.

En ese instante se abrieron las puertas doradas. Sebastian se hizo a un lado y dejo ver a dos preciosas muchachas de cabellera rubia. Ya no estaban utilizando sus capas granates sino unos trajes de cuero negro muy ajustados al cuerpo, una de ellas tenia el cabello tan dorado como el de Leo, sus ojos azules y un rostro estilizado pero a la vez una mirada dura, rasgos que demostraban que tenia parentesco con el, la otra era algo mas angelical aun que no se quedaba atrás, su cabellera era más larga y su tonalidad tendía a un rubio muy claro y no dorado.

- Li…li…lidia- tartamudeo David y la muchacha de cabello más claro le sonrío, entonces caí en la cuenta que la otra era Aurora.

No era nada parecida a la persona que me había imagino cuando Leo me la describió, a excepción de su cabellera que ahora estaba suelta y ondulante. Los ojos de Aurora estaban clavados en los de Leo que se quedo casi hipnotizado por unos segundos, luego recupero la compostura y me apretó más la mano con firmeza. Entonces en ese instante sentí el primer mareo pero no hice más que quedarme quieta.

- Valla! tal parece que no has cambiado en nada- dijo ella rompiendo el silencio y creando un ambienté de tensión
- Oh! créeme Aurora si que he cambiado- dijo el, se notaba muy tenso. – y tu también- añadió.- cuantos kilos has bajado? 5, 6?- pregunto con burla.
- Tan chusco como siempre, no has cambiado en nada- dijo sin inmutarse. Ahora sus ojos se clavaron en mi- tu debes de ser la hija de Fox. Son como dos gotas de agua, idénticas. Me pregunto si sacaste su lado asesino también.
- Con Alice no te metas, Aurora- dijo Leo en tono protector. Entonce sentí el segundo mareo y esta vez sentí como todo se volvía algo borroso.
- Tranquilo machote, yo no voy a morderle, no tanto como tu- dijo con una risita malvada.- acaso no tienes voz?- pregunto con el seño fruncido y créanme que si le hubiera contestado pero la voz no me salía, la vista se me comenzó a nublar mucho más y un repentino mareo más fuerte que los otros hizo que perdiera la estabilidad y me sostuviera de Leo para no caer. .
- Que pasa Alice?- pregunto Sebastian con rapidez mientras Leo me tomaba con cuidado.
- Tal parece que se ha sorprendido al verme- dijo Aurora con burla.
- Cállate Aurora!- grito Leo furioso y me miro- que sucede Ali?- pregunto mientras las fuerzas regresaban ligeramente
- He tenido un mareo y sentido por un segundo que se me iban las fuerzas pero estoy bien- susurre con la voz resquebrajada
- Estas bien?- pregunto con sarcasmo David que se acercaba a mi y dejaba a Lidia- pareces un fantasma Ali, estas más pálida que un papel.
- Por que no la llevas a la enfermería Leon- dijo Lidia que hasta ese instante había guardado silencio absoluto y solo había mirado a David.
- No, estoy bien, ha sido por que no he desayunado ni tampoco cene anoche, no es nada enserio- dije mientras me frotaba los ojos y volvía a ver todo con normalidad.
- Tal parece que aquí hay alguien que siempre quiere ser el centro de atención- hablo Aurora con frialdad- vamos Lidia quiero desempacar mis cosas ya- hablo y se retiraron de allí.
- Por favor entiéndala, hoy no ha sido su día bueno y tu comentario la ha matado- dijo Lidia mientras miraba seriamente a Leo. Apenas Lidia se fue Leo me llevo a una de los sillones de cuero que estaban pegados a las paredes del pasadizo. En ese instante me dieron unas nauseas tremendas.
- Agua, Leo, necesito agua- dije algo entrecortada y me tape la boca para tratar de tragar todo lo que tenia.
- Iré a traerte agua, Sebastian por favor avisa a la enfermería.
- Pero Leo…- trate de replicar.
- No hay peros Ali- respondió y salio corriendo, Sebastian lo siguió rápidamente y en tan solo unos minutos estaba sola con David. Apoyé mis codos en las rodillas y mi cabeza en las manos. Cerré mis ojos y trate de tranquilizarme lo más que podía. “estoy bien” “estoy bien” me repetía una y otra vez pero en verdad no lo estaba.
- Alice que sucede?- pregunto David.- mareos, nauseas…acaso estas embarazada?- pregunto y yo me quede paralizada por un instante, gire la cabeza con rapidez y mire sus ojos azules.
- Como crees!- dije rápidamente pero eran tantas veces las que me había acostado con Leo que en verdad no estaba segura. Trate de sacar esa idea de mi mente, no quería hijos, ahora no, era demasiado joven!
- Pues tendrías que hacerte un chequeo, esos son síntomas de….
- Cállate David no tengo eso es solo…es solo que últimamente he estado durmiendo mal, tal vez sea por eso.
- Espero que solo sea eso- dijo David con seriedad.
- Y solo es eso.- dije en casi un susurro. Los mareos regresaron con fuerza, la vista se me nublo y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en el suelo.


[…]

Vi la gran muralla de piedra frente a mis ojos, jamás había estado tan cerca de una de esas murallas, simplemente ahora que todas las relaciones estaban tan tensas no dejaban salir a los menores de edad pero allí estábamos, habíamos logrado evadir las cámaras de seguridad y a los guardias para poder salir.

- Esto no es buena idea- hable dando dos pasitos para atrás. Nicholas me detuvo con una mano en la espalda.
- Desde cuando eres tan cobarde?- pregunto mientras me retaba con la mirada.
- No soy cobarde…
- Entonces? Haya afuera tengo mi lugar secreto, quiero que lo conozcas, no tengas miedo
- Tampoco tengo miedo Nicholas!-dije casi furiosa- hagámoslo de una vez.
- Espero que puedas- hablo el y de unos cuantos saltos logro trepar por completo la pared.
- Olvidaba que eras un Anastie- dije mientras tomaba impulso y saltaba.

Salte unas cuentas veces haciendo piruetas torpes y sinceramente horribles, el pie me dolía mucho para ser tan ágil como Nicholas y hacer movimientos tan gráciles. Si no fuera por el brazo de Nicholas jamás habría logrado subir a la sima y hubiera caído como tonta pero el me sostuvo. Me tomo por la cintura y solo se dejo caer al otro lado de la muralla. Gracias a sus brazos que me sostuvieron en el aire y no permitieron que mi pie chocara con el suelo todo estaba perfecto y no chille de dolor. Caminamos por el bosque, Nicholas estaba allí para ayudarme en algunos tramos pero en otros me dejaba, para ver si aun podía caminar y yo para hacerme la fuerte lo hacia aun que doliera terrible, lo menos que quería es que me viera como una de sus noviecitas débiles.

- Llegamos- dijo el que se sentaba en una hamaca rustica color marrón atada a las ramas gruesas de un árbol muy frondoso
- Esto es? El lugar tan lindo, perfecto y mágico que dijiste?- pregunte con una mueca en el rostro mientras el se acomodaba y ponía las manos detrás de su cabeza.
- No dije todo eso pero si, este es el lugar- dijo el giro todo su cuerpo y comenzó a sacar un montón de rocas y plantas de un lugar cercano, entonces de su escondite extrajo cigarros, un encendedor y una botella que contenía un liquido rojo casi fosforescente.
- Oh entonces aquí vienes a emborracharte?- le pregunte
- Si algo así, ya sabes en la urbe son muy estrictos con los menores de edad así que vengo aquí a pasarla bien. No me digas que no te gusta fumar o tomar.
- He…yo- comencé a tartamudear y Nicholas se dio cuenta al instante.
- Lo sabia, eres una santa!- dijo burlonamente – no sabes fumar!- lo mire con cara de pocos amigos mientras mis mejillas se sonrojaban. Di dos pasos para atrás y gire para irme con algo de dignidad. – o venga ya! No te vas a molestar ahora- hablo Nicholas pero yo seguí caminando. En menos de un minutos me tomo de la cintura por la espalda e hizo que parara. Una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo por sentirlo tan cerca a mi. gire con lentitud y me encontré a su rostro observando al mío, tan cerca que sentía su aliento a almendras y cigarro.
- Enséñame- susurre y me aleje de el.

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Chicas! Se que este capitulo es súper minúsculo pero es todo lo que pude escribir estos días por que estoy con full exámenes, ya el siguiente sábado posteo un capitulo largo. He decidido postear cada semana, si o si pero las semanas que no tenga mucho tiempo publicare capítulos pequeños como este, espero que me entiendan.

Me olvidaba! Ya vieron al ex de Eve? Que tal les pareció? Y las nuevas personajes ya están puestos! Espero que les gusten!

Lili Vulturi: Lilian es Ryan Newman de Zeke and Luther
Rebeca: si, Nicholas tiene 17 y el actor es Jesse Mccartney

Lu


GRACIAS POR COMENTAR, COMENTEN! :)

sábado, 8 de octubre de 2011

Capitulo 31 - Fire Girl


La muchacha tenia el cabello suelto y de color castaño tendiendo a rojo, su piel era tan blanca como un papel, sus ojos grandes y verdes muy parecidos a los de un gato miraban al frente con total frialdad. La muchacha paso la lengua por sus labios rojos sangre y sonrío ligeramente con malicia. A su costado derecho había un muchacho alto de cabello corto y ondulado color dorado, tenia esos mismos ojos verdosos impenetrables y unas ojeras azuladas que le daban un aspecto feroz.

- Que tenemos aquí?- pregunto la muchacha mientras me buscaba con la mirada.

Me escondí como una niña insegura detrás de mi protector. Hasta ese momento no me había dado cuenta de quien era, el muchacho volteo ligeramente para verme, su cabello era del mismo tono que el de la muchacha igual que su piel tan blanquecina sin embargo, sus ojos eran de un celeste cielo muy claros. Me miro con temor como si algo malo nos sucedería a continuación. Me aferre más a su brazo, como si confiara plenamente en él. Me apegué a su cuerpo, tratando de fundirme completamente para que así no pudieran separarnos.

- No nos va a ocurrir nada, te lo juro.- me susurro con una voz dulce que igual que yo tenia mucho temor.
- A ti no te va pasar nada Leif pero no se si ella corra la misma suerte- dijo la muchacha y camino unos pasos más.
- Yo la amo Astrid, nos amamos…- dijo Leif y yo me quede inmóvil. Astrid chasqueo la lengua con desagrado.
- Ese es el problema, te has debilitado por ella igual que ella por ti. Aquí no se permite el amor, que no estaba claro eso? Pero ustedes contradijeron nuestras leyes….
- Pero nos amamos!- dije débilmente. Astrid me miro con mucha rabia en los ojos.
- Se supone que ya teníamos planes y los han arruinado!- grito la muchacha con verdadero dolor cuando decía cada una de esas palabras, sin embargo al finalizar sonrío y sus ojos verdosos se volvieron totalmente negros.

Los ojos del muchacho rubio cambiaron de tonalidad y en un segundo el ya estaba frente a Leif, lo tomo del pecho y lo lanzo lejos, dejándome a mi totalmente desprotegida. Mire a los costados para tratar de escapar pero solo había oscuridad, trate de prender una y otra vez mis manos en fuego pero aun que lo intentara era inútil no podía. Levante la vista y vi que Astrid ya estaba frente a mi, me sonrío con malicia, escuche el grito desgarrador de Leif y luego sentí como una daga me entraba en el vientre. Abrí la boca en busca de aire pero solo salio sangre de ella.

- Lo lamento tenia que ser así. Ya veras, nos ayudaras de otra manera- dijo la muchacha mientras me tomaba en brazos para que muriera en ellos con lentitud.

[…]

- Ali! Ali! Despierta, es solo una pesadilla- dije mientras la movía ligeramente para que despertara.

Nuevamente me habían despertado sus gemidos de un llanto profundo. Ya era la quinta vez que despertaba así, llorando y con sus manos abrasando su vientre como si fuera a perder algo. Abrió por fin los ojos y me miro en medio de la oscuridad.

- Que has soñado?- le pregunte y ella negó ligeramente con la cabeza mientras me abrasaba con fuerza.
- No se, solo siento que fue terrible, aun la angustia sigue aquí- dijo con la voz frágil y entrecortada mientras se alejaba ligeramente de mi y se estrujaba la mano contra el pecho.
- Solo fue una pesadilla Ali, eso fue todo- dije y la abrase mas fuerte.
- No lo se Leo y si fue una visión? Y algo malo nos va a ocurrir?
- Lo recordarías- dije y le bese la frente mientras mis brazos rodeaba con sumo cuidado su cuerpo. Asintió ligeramente con la cabeza y se acurruco en mi pecho desnudo.
- Solo fue un mal sueño, solo eso…- susurro mientras se quedaba dormida otra vez.

Talvez era eso, solo un sueño pero lo cierto es que Ali se notaba cada vez más cansada y aun que no lo dijera ya hasta le daba miedo dormir. Lo notaba cada vez que se metía a la cama, tratando de hacer tiempo para no apagar las luces, tratando de hablar para no quedarse en silencio, entrando al baño más de una vez, era un hecho que necesitaba ayuda pero ella se negaba a tenerla.

[…]

Abrí los ojos y descubrí que Leo aun seguía abrasándome, tenia el torso desnudo, para él no era necesario dormir con camiseta de todos modos siempre estaba ardiente y por ese lado me calentaba a mi, a pesar de estar a unos 3 grados bajo cero por el crudo invierno que se vivía en las montañas. Además, mi calor corporal también había aumentado, eso se debía a que ahora podía utilizar mi fuego control cuando yo quisiera pero nunca ardería como lo hacia Leo. Comencé a hacer pequeños circulitos en su pecho con mi índice mientras hacia que el contacto lo despertara.

- Ali-susurro el.

Le sonreí, sabia que estaba preocupado y no quería que lo estuviese, solo habían sido pesadillas por todo lo que había pasado. Por el temor de que Sofía regresara y me lo quitara, por que mi madre ahora estaba en una celda por su propia protección y por que la siguiente semana se harían formales los acuerdos, solo estaba algo nerviosa eso era todo. Le bese ligeramente el pecho y luego bese sus labios.

- Lamento haberte despertado, enserio estoy bien- dije con total certeza.
- En la madrugada no parecías bien, es tiempo de que vallamos a un doctor Ali.
- No, solo son sueños, réstales importancia.- hable mientras me acomodaba y tenia una mejor vista de su rostro perfecto.
- No estas durmiendo bien y eso…- lo acalle con un beso, tan profundo y lleno de necesidad que pronto surtió efecto.

Me puso encima suyo y sus brazos no tardaron en rodear mi cintura con fuerza. Estaba a punto de quitarme el polo que tenia como pijama cuando sonaron tres campanadas de la gran catedral que había dentro del castillo. Leo se tenso y se sentó aun con migo sobre él, haciendo que casi cayera pero me tomo entre brazos y me miro directamente a los ojos.

- Llegaron- susurro mientras me ponía nuevamente en la cama y se paraba de un saltito.

Me miro algo nervioso mientras cerraba y abría sus manos. Se asomo por la gran ventana y observo de reojo el patio de piedra con la pileta de dragón. Me acerque a el y vi por la ventana. Los miembros de la corte de las alianzas estaban llegando desde hoy y las primeras eran las dos tías de Leo. las reconocí por sus largas cabelleras rubias a pesar de tener ya una edad un tanto avanzada. Eran mujeres altas, de caminar altanero y decisivo. Tenían unas capas largas color granate, detrás de ellas un sequito pequeño de unas 8 personas las acompañaba con las mismas capas granates.

Después de lo ocurrido en nuestra casa no se volvió a ver a Scarlett, ni a Jocelyn ni a Jessie, desaparecieron dejando a toda la urbe sin un líder, es por eso que las dos hermanas de Scarlett se hicieron cargo, a pesar de no ser elegidas de sangre, regresaron de America para ser lideresas temporales y es por eso que ahora estaban en representación de esa urbe para firmar los acuerdos.

Leo estaba nervioso, no las había visto desde hace 5 largos años. Suponía que era normal que se pusiera así después de todo lo que me había dicho de ellas, eran mujeres de temer, muy severas a las que Leo siempre les había guardado algo de resentimiento y también temor además claro esta de mucho respeto.

- Será mejor que nos apuremos, a ellas no les va parecer bonito que yo llegue tarde- hablo nervioso y estuvo apunto de meterse en el baño pero yo se lo impedí. Le tome del brazo y el giro con la cabeza gacha.
- Que es lo que te preocupa?- le pregunte mientras con la otra mano levantaba su barbilla y le miraba a los ojos.
- Ya sabes son severas y…
- Leo sabes que puedes confiar en mi. -Leo suspiro fuertemente y se sentó al borde de la cama, me senté a su costado y tome su mano entre las mías mientras él me veía a los ojos.
- Tengo primas.- dijo secamente
- Enserio? Jamás me lo habías comentado.- suspiro nuevamente
- Es por que nuestra relación es algo extraña- dijo el y miro la ventana esquivando mi mirada por unos segundos.
- En que sentido?- pregunte mientras me paraba frente a el y ponía mis manos en sus hombros.
- En el sentido de que…- paro abruptamente y me miro con suplica.- esto es difícil.
- Puedes decirme todo, sabes que no te juzgaré. Tu sabes bien que para nosotros el pasado es pasado y solo eso.- Leo asintió con la cabeza.
- Estuve con una de mis primas, Aurora- dijo el y yo me quede helada. Esta bien no esperaba eso, me quede en silencio por unos segundos y al ver que Leo esperaba alguna respuesta trate de serenarme. – éramos jóvenes, tan solo teníamos 15 años y no sabíamos lo que hacíamos.- dijo rapidamente
- En que termino eso Leo?
- Su madre nos descubrió…- susurro el.
- Que!- dije en voz alta llena de asombro y me aleje de Leo- no puedo creerlo! Y que les dijo?- pregunte y una sonrisa se me escapo. “El pasado es pasado” me repetí y ahora tome eso como una anécdota divertida en vez de algo de lo que me tenia que preocupar.
- Se puso como loca- dijo el algo mas animado al comprender que seguía de buen humor. - tan furiosa que decidió irse junto a su hija a una de las urbes en Nueva York
- Wauuu y por eso tu otra tía también la siguió?
- Ella se fue dos años después y en ese tiempo fue David quien tuvo algo con su hija pero nadie dijo nada por que después de todo era DAVID!
- Oh y en que termino todo? Seguiste en contacto con Aurora?- Leo negó con la cabeza.
- Mi madre me hizo entender que lo que hice estuvo muy mal, éramos primos hermanos, sangre de la misma sangre. Ella no me pidió que cortara toda comunicación con ella pero yo si tome esa decisión. Durante 1 año más recibí muchas cartas de Aurora pero nunca le respondí.
- Debiste de romper su corazón- dije con algo de pesar
- Si que lo hice y se que ahora me odia, se entero de Jessie y ahora se entero de ti y ahora esta aquí y eso me pone muy nervioso.
- No te preocupes Leo, han pasado ya 6 años, no creo que te guarde aun rencor. Ya están grandes.
- Pues eso espero.- dijo el aun que no se notaba del todo convencido.

Nos aseamos y vestimos lo mas rápido posible, Leo se notaba menos nervioso que antes y eso talvez era por que se había quitado un gran peso de encima al contarme que había tenido una aventurilla con su prima. Me preguntaba como era ella y si eso de alguna manera afectaría nuestra relación actual. Cerré los ojos con fuerza y saque ese pensamiento de mi mente, tenia que aprender a confiar en Leo, en que nuestra relación funcionaria y ni Sofía ni Aurora podría con nosotros pero era difícil después de saber todos los antecedentes de Leo.

- pasa algo? Ahora tu pareces pensativa- hablo Leo mientras me abrasaba por la cintura. Mire el espejo y observe esos ojos azul noche que ahora me miraban como los de un cachorrito.
- No pasa nada- dije y le sonreí.
- Entonces vamos- contesto, me tomo de la mano y salimos de allí.

Habían pasado tan solo 2 meses desde que Sofía se fue y todo había cambiado abruptamente. Mi madre había decido ponerse bajo custodia preventiva, sentía que ya no estaba en sus cabales y talvez era cierto, además de que la urbe de Londres exigía ese encierro por todo el daño y muerte que había causado mi madre. Ahora estaba encerrada en la misma celda que Sofía había estado solo que esta estaba mucho mas reforzada y mi madre no quería escapar. Jena y John estaban reclutando a mas hijos de Fleaur y Anastie para que se refugiaran en el pequeño pueblo que tenia el castillo. Poco a poco el lugar se estaba llenando de gente, habían muchos más niños corriendo por los patios y nuestro pabellón ya se estaba llenando de nuevos inquilinos, no me molestaba en absoluto pero al parecer eso le ponía muy nervioso a Leo. Por otro lado estaban sus hermanos, David paraba todo el tiempo con Eve y Lilian seguía haciendo rehabilitación por su tendón roto a causa del tacón de Scarlett. Por otro lado estaba Sebastian, el había vivido en esta urbe secreta hasta los 12 años así que conocía el lugar como la palma de su mano igual que a mucha gente de aquí. Precisamente ahora era uno de los responsables de velar la seguridad del castillo.

[….]

- Es necesario que hagas eso?- dije mientras miraba a Josep.

Tomaba mi pie con sumo cuidado como si fuera muy frágil y se pudiera romper otra vez, lo movía de un lado a otro para ver como estaba mi tendón.

- Si, Lilian y seria genial si me ayudaras un poco- hablo el algo molesto, ya estaba perdiendo la paciencia.

Mire sus ojos verdosos y fruncí el seño. No podía creer que un chico de mi misma edad ( 14 años) me revisara el pie como si fuera un verdadero doctor.

- Donde esta tu padre? Se supone que el es el doctor no tu- dije y puse cara de pocos amigos. Josep suspiro con fuerza mientras entrecerraba los ojos por un instante, luego me miro y trato de poner el rostro mas amable que pudo.
- Soy su aprendiz y un aprendiz sirve para esto, el esta ocupándose de cosas mas importantes como curar a heridos de verdad…- dijo mientras hacia una mueca y movía nuevamente mi pie.
- Hau!- chille y jale mi pie instintivamente al sentir el agudo dolor.
- Josep tranquilo, no dañes a la princesita- dijo la voz de Nicholas. Me quede paralizada al escuchar la voz de mi salvador.

Era aquel chico que me había sacado de la casa en llamas ese día, el muchacho que para mi era el mas hermoso que había visto en toda mi vida. Lamentablemente también muy jugador, aquí tenia la fama de estar con más de tres chicas a la vez por creerse tan irresistible. Como lo sabia? Pues Josep se había encargado de bajarme de la nube al descubrir que mi corazón palpitaba más fuerte cada vez que lo veía.

- No le hago daño Nicholas, es solo que no colabora sino ya estaría caminando con normalidad y no como una maldita coja!- dijo Josep malhumorado.
- Hey! Dude baja las revoluciones, ella no te ha hecho nada malo- dijo Nicholas mientras ponía su mano sobre la mía y me sonreía ligeramente.- por que no salimos de aquí, tengo un lugar muy divertido para mostrarte- susurro a mi oído.

Sonreí llena de felicidad al escuchar su invitación y me importo un pepino su reputación, después de dos largos meses Nicholas no solo tonteaba con migo sino que me estaba invitando a salir. Mi corazón dio un vuelco y no pude evitar sonreír.

- Ok- dije y trate de pararme pero Josep me lo impidió.
- Tienes que hacer rehabilitación- dijo con frialdad- sino nunca sanaras
- La puedo hacer luego, con tu padre- dije con frialdad y camine al lado de Nicholas, me dolía el pie, oh! si que me dolía pero me aguante para que Josep no se diese cuenta que en verdad lo necesitaba. – además ya estoy bien.- dije antes de salir de la habitación.

Nicholas puso su brazo en forma de taza para que yo pasara el mío por el suyo y así pudiera apoyarme mejor.

- Ya no nos ve, puedes dejar de fingir- dijo el y yo suspire.
- Gracias por sacarme de allí, no sabes cuanto detesto a Josep.
- No se por que no te cae, es un buen chico.
- Pero entrometido.
- Solo con la gente que le importa
- A mi no me interesa importarle!- dije rápidamente, “solo quiero importarte a ti” pensé tímidamente pero no le dije nada.
- Es un chico de tu edad, seria bueno que salieras con chicos de tu edad- hablo.
- Que ahora eres como mis hermanos?- le pregunte molesta- no me gusta juntarme con chicos de mi edad, son muy inmaduros. Según estudios tienen 2 años menos aquí- dije y me señale la cabeza.
- Entonces yo tendría algo así como 15?- pregunto Nicholas y comenzó a reír
- Por eso me gustas- se me escapo decir y Nicholas se quedo mirando mis ojos.

[…]

- Eve no estés así por favor- le susurre mientras la abrasaba por los hombros.

Eve se quedo mirando a Yue que jugaba en el suelo de su habitación con una pequeña muñequita de trapo. Apoyaba sus codos en las rodillas y con sus delicadas manos sostenía su rostro. Las lagrimas recorrían sus ojos color castaña por ver que Yue ya comenzaba a tener un hermoso cabello blanco y ella jamás volvería a tenerlo. Últimamente estaba muy sensible y eso me dolía.

- David no lo entenderías.- Susurro ella y suspiro con fuerza mientras mas lagrimas silenciosas recorrían su rostro.

Yue levanto la vista y miro a su madre algo extrañada con esos ojos que no eran como los que había tenido Eve de un color un celeste agua casi blancos, sino tenían una tonalidad cada vez mas lila que no era normal, en realidad nunca había visto unos ojos de ese color a excepción de la actriz Elizabeth Taylor pero ni ella tenia tal intensidad.

Yue había logrado reconocer a su madre a pesar de su cabellera castaña pero por alguna razón ya no tenían la misma conexión de antes y eso le dolía tanto a Eve. Talvez por eso lloraba casi siempre o por que aun le dolía ya no tener sus dones a pesar de que ella voluntariamente se los dono a Leo.

- Explícame…-Ella me observo por un instante, en silencio tomo a Yue y la puso en su cuna, minutos mas tarde estaba sentada junto a mi.
- Es lo de siempre, Yue crece y yo cada vez me vuelvo más sensible.- dijo ella con tristeza.
- No Eve, eso no es lo que te pasa, talvez vez es….-no termine de hablar. Eve se paro de un salto y me miro con total seriedad mientras cruzaba los brazos y me cortaba.
- Talvez sea por que tuve una hija a los 18, done mis dones! Y mataron frente a mis ojos a mi novio!- grito con furia y se quedo en silencio al darse cuenta de lo que había dicho. Suspire con tristeza, lo seguía amando, era un hecho y yo ni siquiera sabia su nombre.
- Eso es, lo extrañas...
- David yo no…- trato de arreglar sus palabras pero yo negué con la cabeza.
- No es necesario que digas algo, se que aun lo amas y lo entiendo.- ella asintió con la cabeza y se sentó a mi costado mientras volvía a llorar.
- No hay ni un solo día en el que no piense en el y en la posibilidad de que hubiera dado mis dones para salvarlo como lo que hice con Leo. Yue hubiera conocido a su padre. Todos lo hubieran conocido, Olaf te hubiera caído muy bien David, era de las personas que les caía bien a todos a pesar de su gran tamaño y mirada intimidante- dijo ella. El corazón me dolió por que sabia que decía la verdad, la abrase sin impórtame que el amor que ella sentía por el superaba al que ella sentiría por mi algún día.
- Olaf, nunca me dijiste su nombre, deberíamos de hablar de el más a menudo, parece que te hace sonreír he!- dije más animoso y vi una ligera sonrisa en sus labios.
- Si pero no te incomoda?- me pregunto. Negué con la cabeza y menti.
- Claro que no, sobre todo soy tu amigo y quiero que seas feliz.
- Eres el chico más bueno que he conocido en mi vida David, gracias- dijo y me abraso con fuerza.

“Como quisiera ser tan bueno como Olaf” pensé mientras contestaba su abrazo con el mismo afecto que ella me daba. Sonaron tres campanadas y supe que Lidia ya había llegado.


Chicas! Regrese con la tercera temporada y como vieron en esta temporada no solo habrá una narradora sino cuatro narradores (David, Lilian, Alice y Leo) que contaran sus propias aventuras, espero que esta nueva temporada les guste mucho, tratare de publicar cada sábado pero espero que me tengan paciencia por que ahora estoy con muchos proyectos y tengo muchas tareas.

Por otro lado quería responder la pregunta de Monika:

Las películas que se utilizaron para crear este video fueron:

- Soy el numero cuatro
- el vengador de dios
- Se quien te mato
- Los tres mosqueteros
- Y algunos trozos de series y propagandas

Los personajes que interpretan a Sofía y Eve son:

- Sofia Black D'elia que actúa en Skins
- Emilia Clarke que actúa en Games of thrones


También quería decirles que Olaf no aparecerá en la serie y por lo tanto no pondré sus foto pero se hablara mucho de el así que pueden buscar en Google a Jason Momoa y descubrirán quien es Olaf y las que lo conocen, no se sorprendan, Eve si se enamoro de alguien así ^^.

Ha! Me olvidaba, gracias por los comentarios y les gustaron los nuevos personajes?

Lu.

COMENTEN :)